UNCONTROLLED LOVE

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(AMOR INCONTROLABLE)


"El cielo se ha oscurecido de nuevo. El lado derecho de la cama está todavía vacío. Siempre ha estado vacío, debido a que no apareces más..."

Allí estaba yo, no podía moverme, no podía parpadear, sentía que no podía respirar, mucho menos llorar.

Sólo pude quedarme allí, inmóvil. Me quedé con el teléfono pegado a mi oído incluso mucho tiempo después de que colgaron del otro lado. La llamada había terminado, igual que mi mundo entero. Todo se derrumbaba.

Después de un tiempo colgué el teléfono y me senté en el sillón que estaba allí cerca. Me quedé mirando sin ver realmente, con la mirada perdida, la mente en blanco. Nada parecía real.

De repente llegó a mis oídos mi nombre. Alguien estaba diciendo mi nombre, alguien me llamaba. Reaccioné, levanté la mirada y vi a mis padres. Mi madre me preguntaba qué era lo que me pasaba.

Poco a poco mi mente fue reaccionando. Recordé que mis padres habían salido por la mañana. Habían dicho que regresarían tarde, no entendí por qué estaban de regreso hasta que miré hacia las ventanas y me dí cuenta que afuera estaba oscuro. Ya era de noche. Estuve sentado allí prácticamente todo el día.

Vi que estaba lloviendo. La lluvia caía desde el cielo de esa noche completamente oscura.

De repente, la realidad regresó a mí. El aire llegó de golpe a mis pulmones junto con tu recuerdo, causando un dolor enorme en mi pecho. No pude pronunciar palabra alguna. No pude contestar a las preguntas de mi madre. Sólo podía pensar en ti.


"Así que ya no estás más por aquí..."

Dicen que la esperanza es lo último que muere. En ese momento, mi esperanza ya había muerto. Mi esperanza de volver a verte y de tenerte de nuevo a mi lado.

"Así que soy el único que ha quedado..."

Yo quería que estuvieras conmigo por siempre. Había hecho una promesa, a ti y a mí mismo. Prometí que, en cuanto regresaras, jamás dejaría pasar un día sin abrazarte y llenarte de besos, sin decirte todo lo que te amo y que eres lo mejor de mi vida, sin defender nuestro amor ante toda la gente.

Ahora, esa promesa se desmoronaba completamente. Ya jamás podría cumplirla.

Mis lágrimas comenzaron a caer. La pena al fin invadió todo mi ser y me puse a llorar incontrolablemente. Lloré y lloré. Mi madre me abrazó, pero yo la alejé y salí de la casa. De repente me encontré bajo la lluvia, sin poder dejar de llorar y gritando, tratando que todo el dolor saliera de mi cuerpo a través de esos gritos.

Estaba lleno de remordimientos. Mi mente solo podía pensar en las cosas que pude haber hecho y no hice.

Si no hubiera dudado de ti...

Si no me hubiera alejado de ti...

Si no te hubiera dejado solo...

Si no hubiera sido tan inseguro...

Si te hubiera dicho más veces lo mucho que te amaba...

Si hubiera tomado tu mano sin soltarla nunca...

Si nunca te hubiera perdido de vista...

El final de un amor sin controlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora