Pandemonium

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Era cerca de la media noche el gran Magnus Bane se encontraba sentado bebiendo, había tenido una discusión con su pareja y por esa razón se encontraba en Pandemonium bebiendo como si no hubiera mañana, si Ragnor estuviera vivo de seguro le recriminaría su proceder, pero Ragnor estaba de viaje con Catarina y el no pensaba interrumpirlos.

Muchos hombres y mujeres se habían acercado a coquetearle, pero Magnus siempre les mostraba su argolla y les decía que tenía una pareja que lo esperaba en casa; ya iba por el quinto Martini cuando lo vio entrar, era un hombre muy guapo quizás de 20 años, su cabello era negro como la noche no podía distinguir sus ojos a esa distancia pero era muy bien parecido y su cuerpo, por Dios si Magnus no estuviera casado iría y le pediría matrimonio a ese hombre en ese mismo instante tenía un cuerpo digno de un Dios griego, esos pantalones de cuero se amoldaban muy bien a su figura; Magnus jamás había engañado a su pareja pero ahora estaba pensando seriamente en que "engañar" es un término muy relativo si su pareja no lo sabe no es engaño, Magnus sabía que si su pareja se enteraba de sus pensamientos lo mataría pero por esta noche Magnus no pensaría en eso mejor iría a conocer al hombre que le robo el pensamiento en cuanto entro y en un solo movimiento se levanto de la silla, se guardo el anillo en el pantalón y se encamino a buscar a su futura conquista.

Pov Alec

Sabía que no debía de hacer esto, pero no había marcha atrás desde hace varios días he deseado ir a ese nuevo antro llamado Pandemonium pero mi esposo no desea ir, él siempre es muy recatado y tranquilo, prefiere leer un buen libro antes que salir a beber por esa razón es que decidí dejarlo leyendo con la simple excusa de pasar la noche con Isabelle para ayudar a Max con una tarea, y por supuesto el me creyó por completo, pase rápidamente al centro comercial a comprar unos pantalones ajustados y una camisa negra bastante ajustada, jamás uso este tipo de ropa pero esta noche la merece.

Al salir ya con mi nueva ropa del centro comercial tome un taxi para ir a Pandemonium, el viaje fue un poco largo pero me ayudo a despejar la mente solo entrare, recorreré el lugar, tomare un trago y me iré, ese es mi plan y mi esposo no sabrá nada de esta pequeña travesura.

-¿Qué podría salir mal?- fue mi pregunta al bajar del taxi, el taxista solo me miro sonriendo y se marcho.

El lugar estaba abarrotado de personas y en menos de un minuto ya había sufrido acoso sexual por parte del guardia pero un golpe en la entrepierna lo hizo cambiar de opinión, estaba comenzando a relajarme cuando sentí una mano en mi trasero, estaba por voltear y golpearlo pero al parecer él fue mas listo ya que me abrazo por la espalda y atrapando mis brazos

-Vamos lindura ¿Quieres jugar un rato conmigo?- Intente soltarme pero no pude al parecer el tenia mas fuerza que yo, estaba por darle un cabezazo cuando repentinamente me soltó, me gire inmediatamente y vi al posible acosador en el suelo con el pie de otro hombro en su garganta.

-Lo lamento, pero al parecer el joven quería que lo soltaras o esa impresión me dio, ademas el esta conmigo así que largo de aquí si no quieres salir en pedazos de este lugar- las ultimas palabras las dijo en un tono tan lúgubre que temblé involuntariamente, aunque me molesto que lo que dijo sobre que estaba con él, esta bien era un hombre muy sexy de espaldas se notaba su cuerpo de Adonis, aunque tenia una peculiar forma de vestir su ropa tenia mucho brillo y lentejuelas y su cabello parecía bañado en purpurina.

-¿Estas bien?- Él se giro y me pregunto mirándome a los ojos, sentí como el aire dejaba mis pulmones al mirarlo a los ojos por un segundo pensé que alucinaba pero rápidamente deseche la idea volviendo a la realidad, detalle al hombre frente a mi, él  tenia un sombreado de ojos perfecto realmente era muy atractivo y sus ojos eran tan ¿extraños?,¿diferentes?,¿extraordinarios? no sabia que palabra usar y sus labios, sus benditos labios me hacían desear besarlos a pesar de estar casado este hombre acababa de hacerme desear no estarlo.

-¿Hola?- no supe cuanto tiempo me quede admirándolo hasta que paso su mano por mi rostro diciéndome hola.

-Si, me encuentro bien gracias por su ayuda ¿Cual es su nombre?- él hombre se encogió de hombros y se acerco a mi tomándome de la mano y llevándome a la pista de baile no pude reaccionar a tiempo para resistirme antes de darme cuanta ya me tenia en medio de la pista de baile con su manos en mi cintura -¿Acaso importa mi nombre?, que te parece llamarme señor M y a cambio yo te diré garbancito ¿Que opinas?- lo mire indignado -¿garbancito?, mejor llamame señor A- sonreí ladinamente este hombre me hacia perder mi cordura y eso que acabo de conocerlo.

-Prefiero llamarte garbancito- Tomo mi cintura y me apego mas a su cuerpo, la canción era bastante lenta y el señor M movía sus caderas contra las mías de una forma lenta y placentera, desperté de mi ensoñación justo en el momento en que su lengua recorría mi cuello con maestría, con un poco de esfuerzo lo aleje de mi - L..lo lamento pero soy casado y no pienso engañar a mi esposo- el comenzó a reír muy bajo eso me moleso ¿Acaso piensa que bromeo?.

-Ya lo sabia garbancito- lo mire confundido y el acaricio mi rostro- Digamos que no te quitaste el anillo de matrimonio - mire el anillo en mi dedo sonrojado y me lo quite para guardarlo en el bolsillo, el señor M me miro complacido- Si lo has guardado quiere decir que sientes lo mismo que yo- me tomo de nuevo de la cintura y me acerco a él- ¿Por que no te olvidas de él por esta noche?, te prometo que no te acordaras ni de tu nombre si me acompañas esta noche ¿Que dices?- no sabia que decir, su voz hacia que mi mente dejara de funcionar, fue entonces que al girar el rostro vi sus manos y note una marca alrededor de su dedo anular y sonreí- Al parecer no soy el único casado ¿verdad?- el miro su dedo y se fijo en la sutil diferencia en su tono de piel - Me descubriste, pero a mi favor esta noche solo pensaba beber hasta desmayarme por haberme peleado con mi pareja ¿y tu?, ¿venias por una noche salvaje con un desconocido o solo venias a tomar un trago?- aleje sus manos de mi cadera y me gira dándole la espalda, busque sus manos y las coloque alrededor de mi cintura rosando mis glúteos con su cadera con movimientos lentos acordes a la musica- En realidad solo venia a conocer el lugar y quizás tomar un trago, jamas imagine encontrarme con  un sexy desconocido y mucho menos me imagine pidiéndole ir a una habitación para jugar "twister"- Escuche su risa en mi oído.

-Muy bien garbancito quieres jugar- Junto aun mas nuestros cuerpos apresando mi cadera mas fuerte- Juguemos.

Pov Magnus

Entre besos y caricias lleve al chico a una de las habitaciones de la discoteca, sabia que estaba mal engañar a mi pareja pero este hombre me hacia perder la razón, en cuanto entramos nuestras camisas acabaron en algún rincón del cuarto no podía perder el tiempo siendo suave y cariñoso, si no me apuraba mi pareja podría preocuparse y por él rostro del chico creo que el pensaba lo mismo de su esposo, lo arroje en la cama y me subí a horcajadas  sobre él, su rostro estaba rojo cual tomate y eso me parecio tierno.

-Señor M solo es una duda pero por su posición me hace dudar sobre que rol tendré esta noche- lo mire y sonreí, me seria muy fácil tomarlo pero por alguna extraña razón prefería tener a este chico sobre mi, me acerque a su rostro y susurre en su oído - Te daré el honor que ni siquiera mi pareja a tenido, por esta única ocasión dejare que seas tu el activo ¿Te gustaría?- creí que el chico temblaría, tartamudearía o se pondría rojo, pero no paso nada de eso muy por el contrario puso sus manos en mi cintura y en un movimiento ya me tenia debajo de él -Me encantaría, y ahora yo te contare un secreto, es la primera vez que seré el activo así que seré gentil- sonreí embobado al ver sus ojos tan concentrados en mirar y detallar cada parte de mi cuerpo                  - Entonces seremos la primera vez del otro en cierta forma ¿Interesante no lo crees?-

-Bastante, pero mejor calla que la noche es corta y tu y yo tenemos hogares a los cuales volver, así que señor M esta noche le daré el mejor sexo de su vida- sus pupilas estaban dilatadas y de una forma demasiado sensual delineo sus labios con su lengua, no pude evitar sentir como mi miembro dolía por la falta de atención puesta en el, al parecer mañana me dolerían las caderas como el infierno, pero no me arrepentía de nada de lo que fuera a suceder.

JuguemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora