I.

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Jungkook se encontraba frente a los horarios de la Universidad. Pequeñas corrientes de aire se colaban por su ropa. A pesar de ser Octubre, el seguía en invierno, al filo de ese invierno infinito que se había asentado en su corazón desde el día que Jimin había desaparecido.

Jungkook conoció a Jimin cuando el primero tenía 5 años y el segundo 7. Jungkook había salido del departamento buscando a Panqué. Estaba preocupado por el pequeño gatito, ya que éste era muy cascarrabias y podría fácilmente acabar en una pelea. Corrió rápidamente por las escaleras en sus azules pantalones cortos y su playera de Spider-Man mientras su madre le gritaba que tuviera cuidado. Comenzó a revisar por el jardín comunitario que unía todas las casas cuando sus ojitos apuntaron hacia una curiosa escena, un niño pequeño y cachetón jugaba ruidosamente con el felino. Rápidamente se acercó, molesto. Era SU gato y ese niño se lo estaba quitando.

-¡OYE! ¿Qué crees que haces? Ese es MI GATO, si quieres uno cómpratelo tú.

El niño volteó confundido y sin que le dejara decir nada, agarró al peludo animal y salió corriendo. Sin embargo, de pronto se sintió culpable por haber sido tan grosero. Al regresar al jardín aún con Panqué en brazos se encontró con una escena que le rompió el corazón, las pequeñas y regordetas mejillas del desconocido estaban bañadas en lágrimas mientras que ahogaba unos tenues sollozos con sus manitas. Jungkook sintió el impulso de correr y abrazarlo, protegerlo y no dejar que nunca nadie volviera a causarle las lágrimas. Se acercó con cuidado al niño y cuando estuvo a unos pasos el niño volteó a verlo asustado.

-Lo-o sie-ento... yo-o no querí-ia...-

Jungkook no pudo soportarlo más, dejó al gato en el piso y lo abrazó con cuidado de no asustarlo.

-No te disculpes, fui grosero. Lo siento. Pensé que querías llevarte a Panqué.

-¿Se lla-ma Pan-qué..?- no entendía cómo ni por qué pero los pequeños brazos del niño gritón lo calmaban

- Es un bonito nombre-

-Gracias, ¿Tú cómo te llamas? Yo soy Jungkook-

-Jimin- respondió en un susurro

-También es un bonito nombre, oye Jimin... tenemos un problema-

Jimin sobresaltado salió del abrazo del contrario para observarlo aprensivo.

-¿Qué pasa?-

-Panqué ha vuelto a escapar- respondió el otro con la mirada baja mientras un suave sonrojo atravesaba sus mejillas

Unas delicadas risas, como campanitas, sonaron por todo el lugar. Jungkook levantó el rostro y vio como los ojos de Jimin desaparecían mientras reía. Desde ese momento se prometió atesorar esa expresión como lo más hermoso del mundo.

🌸🌸🌸🌸🌸

Esos dos meses que Jimin estuvo de visita con sus abuelos se volvió inseparable del pequeño vecino de la casa de arriba. Ambos corrían por el jardín, inspeccionaban flores e investigaban sus nombres para anotarlos en lo que llamaron el "Diccionario de las flores del verano" y dedicaban parte de sus tardes a corretear a Panqué, quien tenía alma de escapista. Sin embargo, como todo en la vida, el verano terminó y Jimin tuvo que volver a casa con sus padres. Jungkook se entristeció enormemente al saber que la razón de sus risas de las últimas semanas debía irse, pero Jimin prometió regresar al verano siguiente.

Pasaron dos veranos en los que Jimin puntualmente volvió a la casa de los señores Park para pasar ahí las vacaciones. Con cada año a Jungkook le parecía que Jimin se volvía más hermoso, como una flor que poco a poco se abría. Los meses eran largos en la espera del ansiado verano, y el tiempo que compartía con Jimin se volvía su más preciado tesoro. En el verano de sus siete años, Jungkook decidió que era hora de decirle a Jimin sus sentimientos. No podría soportar otra separación sin aclarar su relación, el deseaba aclamar el gran amor que sentía por el niño de los cachetes rellenos. La noche antes de su regreso, Jungkook llevó a Jimin al patio de las flores.

- El próximo año deberíamos plantar rosas ¿No lo crees Chim?-

-Sí, sería bonito, así podrías darle rosas a la persona que te guste...- dijo el mayor cabizbajo

-Tienes razón, eso sería genial ¿Te gustan las rosas?-

-¿A-a mí? Supongo, aunque me gustan más las flores del cerezo.-

-Para mí tú eres como una flor de cerezo, eres bonito y sólo puedo verte una vez al año- causando un notorio sonrojo en Jimin. - Jimin, yo... quiero decirte...que te .... te quiero y quiero protegerte como mi papá protege a mi mamá y... estar juntos y conocer más nombres de flores hasta saberlas todas... y te llevaré a ver los cerezos... lo prometo...-

Jimin estaba atónito ante la declaración mientras que Jungkook seguía balbuceando cosas sin sentido. Ante las palabras autómatas del contrario decidió silenciarlo de la única forma que cruzó su mente. Posó sus labios sobre los del menor, quien ante el contacto se sobresalto haciéndose hacia atrás. Después de unos segundos de silencio Jungkook se acercó cautelosamente, acercó sus manos a las mejillas de Jimin a la espera de cualquier movimiento que significara rechazo, sin embargo Jimin no se movió, su corazón latía con fuerza a la espera del anhelado contacto. Finalmente sus pequeños labios volvieron a encontrarse con la suavidad de los contrarios para sellar para siempre su destino. Pasados unos minutos se separaron, ambos chicos rojos como tomates.

-Yo también te quiero Kookie. Pero yo soy mayor, yo te protegeré a ti.- a lo que Jungkook hizo un puchero - de acuerdo, hagamos una promesa. Seré siempre tuyo y aceptaré que me cuides si cuando seamos grandes eres más alto que yo. - Jungkook tragó saliva, pero asintió, se prometió comer danoninos como si no hubiera un mañana desde ese momento.

- Es una promesa entonces. Estaré esperando por ti Kook. Te veré el próximo verano. -  y le regaló la más preciosa eyesmile que había visto.

Sin embargo al año siguiente, Jimin no apareció. Después de varios días entradas las vacaciones Jungkook se atrevió a tocar la puerta de los Park y los abuelos de Jimin le explicaron que éste se había mudado a Japón con su familia por el trabajo de su papá, al ver las lágrimas del chiquillo la abuela le dio el número de teléfono del pequeño Park. A partir de ahí se llamaban una vez a la semana y platicaban tanto como la cuenta del teléfono se los permitía. Así pasaron dos años hasta que se volvieron a ver, pero no fue alegre. La abuela de Jimin había fallecido, y en el funeral casi no hablaron, sólo estaban juntos tomados de la mano, sosteniendose con desesperación, como si el otro fuera lo único que los anclara al mundo terrenal. Después de eso, el abuelo murió unos meses después.
Pasaron unos meses más en los que siguieron hablando por teléfono, pero un día cuando Jungkook le marcó, el teléfono sonó como número inexistente.  Asustado, trató de nuevo, seguramente había algún error. Trato de nuevo y nada. Una profunda ansiedad se apoderó de él. Paso los siguientes días desesperado intentando llamarlo, nada. Después pensó que él llamaría. Tenía miedo, miedo de perderlo, miedo de no poder cumplir su promesa.

🌸🌸🌸🌸🌸

Pasaron ocho años y Jungkook no tuvo noticias de Jimin, por más que trato de llamarlo el resultado fue el mismo. Intentó buscarlo pero nada funcionó. Extrañarlo ya se había vuelto parte de su vida. Se preguntaba cuanto tiempo más tendría que esperar y cuantas noches en vela habrían de pasar para verlo. La esperanza de que eso sucedería era lo que lo mantenía cuerdo y lo que lograba que siguiera con su vida. Él tenía que ser fuerte y crecer mucho y volverse un gran hombre para cuando reencontrara con Jimin y cumplir lo que habían prometido.

Era Octubre, pequeñas partículas de polvo volaban en el aire. Alguna vez se preguntó si siendo un copo de nieve llegaría a él más rápido. Después de ver el horario de sus clases salió directo al invernadero al fondo de los jardines de la Universidad. Al entrar se encontró a un muchacho bajito de cabello rosa en cuclillas cuidando las rosas. Al escuchar el ruido, el chico se volteó hacia la puerta. Sus miradas se conectaron. Silencio. Pequeñas lágrimas del pelirrosa acompañaron su sonrisa mientras desaparecían sus ojitos.

-Creo que después de todo eres el más alto Kookie-

Por fin se terminaba el invierno. Los días de primavera habían llegado junto con aquel hermoso flor de cerezo que le sonreía.

Spring Day || Kookmin O.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora