La vida muchas veces cambia su rumbo, llevándote a lugares donde nunca pensaste que estarías. Si hubiera sabido eso hace varios meses, que estaba jugando con fuego, que mi vida estaba corriendo peligro con cada segundo que pasaba, hubiera hecho las...
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¿Cómo algo tan malo puede hacerte sentir tan bien?
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2013, 16 de noviembre
No desperdiciaré mi oportunidad.
Este es uno de los intentos de asesinato más difíciles que he tenido, no ha sido nada fácil llegar hasta este punto, hasta este momento. Una vez hecho no habrá vuelta atrás.
El reloj de mi muñeca marca las 02:26, por lo tanto me dirijo a la azotea del edificio donde me encontraré con mi víctima, hace unos minutos le envié un mensaje de texto en el cual le dije que teníamos que hablar de un asunto importante, y que a las 02:47 estuviera en la azotea, encuentro al cual aceptó.
De seguro se pueden preguntar; ¿Por qué la azotea? A pesar de la obviedad de está pregunta, escogí este lugar porque lo más seguro es que este vacío, además que conozco cada rincón de la azotea como la palma de mi mano.
Y no me equivocada, subiendo el último escalón me encuentro en la azotea, como esperaba no hay nadie, todo este plan está resultando perfectamente bien, traje los guantes para no dejar evidencias y el cuchillo para hacer el asesinato. Se que existen otras formas más eficientes para cometer este tipo de crimen; como una pistola.
Sería más rápido, sencillo y nadie se enteraría por el ruido que emiten los parlantes, pero... ¿Donde está la diversión?, Al usar un cuchillo el ataque es más directo, necesitas una técnica, y además me gusta tener más contacto con mis víctimas.
Espero que se entienda, aunque eso no importa ahora, habré acabado con su vida esta noche.
El único peligro que tengo en este momento es que me descubran, pero el peligro no me quitará el placer que obtendre al tener su sangre en mis manos, de poder tocar su piel suave y palida por última vez antes de perder la vida, de arrebatarle el alma. No me arrepentiré de esto mañana al despertar, no me sentiré culpable, eso te lo puedo asegurar.
Acabar con la vida de una persona me hace sentir bien, sonará irónico, pero me hace sentir cada vez más vivo, en cada asesinato, en ese momento que arrebato el alma de una persona, la siento mía, siento que me pertenece, cuerpo y alma, por eso anteriormente dije que me gustaba usar un objeto con el cual tenga más contacto físico con la víctima, me da una satisfacción inexplicable, la cual me hace sentir que vuelvo a vivir una y otra vez.
Al estar tan metido en mis propios pensamientos, no me percaté de la presencia de alguien más, y me pareció bastante extraño ya que siempre estoy alerta, pero esta vez fue diferente.
Sin preocupación alguna me di la vuelta para encontrarme con aquella persona, que nunca en los últimos meses, me hubiera imaginado con quién me iba a encontrar.
