Ámame hermano (Gru x Dru)

Capítulo 4: Broma de mal gusto

Edith fue a buscar una cubeta para su broma, estando de arriba y abajo en toda la casa al fin consiguió una pero antes la reviso si estaba en mejores condiciones.

—¡Encontré una! —dijo llegando a la cocina mostrando una sonrisa.

Dru estaba igual de sonriente, agarro el objeto y comenzó a llenarla de agua en el lavandero de la cocina, no cabía por completo pero pudo llenar cierta cantidad y luego con los vasos —junto con la ayuda de Edith— pudieron llenarla por completo.

La rubia reviso el área y luego fue a la ventana que mostraba el exterior y ver si aún sus padres estaban platicando afuera. Al ver que seguían ahí, con una mano avisa para que su tío saliese cargando la cubeta con sus dos manos ya que pesaba. Llego a la puerta, dejo el objeto en el piso y descanso un poco.

—Rápido tío Dru —habla a lo bajo para que lo oyese el adulto.

—Yo voy —responde con la misma tonalidad de voz y mira lo alto de la puerta—. Necesito una banquita —agrega.

El rubio miro su alrededor sin lograr encontrar con la vista lo que necesitaba justo ahora pero vio que dos minions estaban ahí platicando. Con un ruido de llamado empezó hacer y los pequeños amarillentos lo vieron y se acercaron al mayor.

—Chicos, necesito una banquita —dijo y estos no le entendieron—. Ya saben, una de esas plegables en donde una se sienta —describe un poco de objeto que requería justo ahora.

—¿Chilla? —pregunto uno de ellos y Dru asintió.

Ambos minions fueron en busca de lo que pedía el rubio, no tardaron un minuto cuando le trajeron una silla. Al principio no era lo que pedía pero le servía. El gemelo pidió a los pequeñines que sostuvieran la silla mientras él se subía con el balde de agua en mano.

Le pesaba y trato de subirlo hasta su cabeza. Edith fue a abrir un poco la puerta y se asoma para seguir en su modo vigilancia. Dru puso la cubeta en una buena ubicación para cuando Gru entre el objeto caiga encima de su cabeza y lo mojase con el agua. Se baja y da un choque de manos a la pequeña rubia y ambos fueron a esconderse. Los dos minions que ayudaron no sabían que pasaba y se fueron a otro lado a ver que hacer.

***

Margo estaba leyendo en su habitación, continuando con su lectura que no pudo finalizar en su escuela. Acabo con aquel libro y dio un suspiro de finalización. La castaña sentía que algo no iba bien; instinto quizás de algo malo.

La más mayor de las hermanas salió de su cuarto y fue directo a ver en la cocina, como un chequeo de que todo estaba en orden. Vio a Agnes alimentar a la cabra, con la de cabello negro no tenía de que preocuparse pero si de la gorra rosada.

—¿Dónde esta Edith? —pregunto la de lentes.

—Esta con el tío Dru en la sala —responde centrando su vista en su hermana y dedicarle una leve sonrisa.

La cocina quedaba a lado de la sala, no fue a buscarlos sino se apoyó en el miro y se asomó a ver y ahí vio a Dru poniendo la cubeta de agua mientras que Edith tenía la puerta un poco abierta y observando afuera. Agnes le entro una curiosidad y acompaño a la castaña a ver.

—¿Qué crees que están haciendo? —pregunta la pequeña viendo el acto.

Margo puso una cara de pocos amigos, sabía que ambos estaban haciendo una broma y recordó que afuera estaban sus padres platicando. Sabía que esto no llevaba a nada bueno.