ÚNICO

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Temía que esto fuera una despedida.


Aspros había entrado al Templo de Tauro con una sonrisa llena de felicidad, con una sonrisa muy bien fabricada.

Habían reído, hablado, bebido, se habían burlado del mundo como si fueran un par de niños sin preocupaciones en la vida.

Aspros le había sonreído con coquetería mientras con su manos acariciaba el ante brazo de Hasgard, una invitación sugerente que Hasgard no acepto pero tampoco nego.

Aspros le sonrió seductor mientras se desprendía del saco que llevaba puesto mostrando un traje de negro color que dejaba al descubierto mucha piel.

Se levanto cotorneando sus caderas, yo no pude resistir, mis ojos bajaron observando con lujuria y amor aquel movimiento.

El solto una carcajada divertida mientras se alejaba del lugar, mientras se adentraba a la habitación del Tauro.

Hasgard le había seguido ansioso, deseaba estrecharle en sus brazos, deseaba tenerlo para él solo.

Hasgard entro a su habitación, Aspros le estaba esperando.

Aspros lucía tan hermoso y lamentable.

Parado en medio de la habitación, con una sonrisa alegre en su rostro.

-con que.... alguien que no traía puesta una armadura y ni siquiera había atacado.... logro mover al gran Toro-

Solto una risa muy alegre, y es por esa razón que Hasgard no se enfada ante la clara burla, si no que también ríe de manera alegre.

Aspros se sorprende, pues de pronto los fuertes brazos de Hasgard le abrazan con tristeza y ansiedad. Se mueve nervioso pues no esperaba un tipo de contacto por parte del mayor pero después se deja abrazar. 

Hasgard siente miedo, Aspros se comporta inusual, sospecha que esto era una despedida, el miedo crece cuando escucha los sollozos del menor sobre su pecho.

El nudo en la garganta y el apreton de su corazón son dolorosamente reales.

Hasgard recuerda los rumores que se han exparcido por todo el santuario.

El patriarca Sage a elegido a Sisyphus de Sagitario como nuevo patriarca.

Hasgard cierra los ojos, escondiendo su rostro en el cuello blanquecino del menor, respirando el aroma de Aspros, queriendo llenarse con ese frezco y dulce aroma.

Se quedaron por un largo tiempo de esa forma, hasta que él menor toca la mejilla del mayor.

Hasgard abre los ojos al sentir el contacto tan anehelado. Separo su rostro del cuello del menor y se encontro con dos preciosas perlas azul bañadas en llanto.

-besame-

No fue un pedido, fue una orden.

Una orden que llena el corazón de Hasgard de ansiedad, una orden que significa mucho.

Hasgard pega sus labios con los de Aspros.

Él penso que esos labios eran suaves y dulces, pero a pesar de eso, no podía evitar sentir un sabor amargo en su boca.

Esto es una despedida

Las manos de Hasgard recorrieron los costados de Aspros mientras bajaban a sus caderas, Aspros llevo sus manos al pecho de Hasgard y con desesperación trato de quitarle la camisa.

Entre caricias y besos ambos hombres llegaron a desvestirse, Hasgard llevo a su cama el cuerpo de Aspros.

Aspros le sonrió mientras abría sus piernas invitandolo. Hasgard no se resistio.

El placer fue dolorosamente real, Aspros le sonrió orgulloso, pues sentía esa pizca de orgullo al poder resistir al gran toro en su interior.

Hasgard se movió con amor y lujuria, más movimientos le siguieron pero algo cambiaba.

Hasgard comenzaba a sentir la tristeza quien lo invadía junto al placer.

Y llegó el orgasmo.

Ambos se acostaron en la cama, con el sudor impregnado en sus cuerpos, ambos totalmente agotados por el placer y la tristeza.

Hasgard sabía que esta sería la última vez que vería a Aspros, fue por eso que lo abrazo con fuerza mientras pensaba que esto era una triste despedida. 


Una triste despedidaWhere stories live. Discover now