Bueno, hoy decidí suicidarme.
Si, se que suena loco, o pensarás que trato de llamar la atención; pero no, en realidad tomé la decisión de quitarme la vida hoy.
¿Por qué? Es fácil. Considero que últimamente no tiene motivo alguno seguir vivo, es decir, mi vida es tan monótona y carente de emoción alguna.
Si éstas pensando que no debería quiero decirte que no necesito ni me importa tu opinión, hay alguien que apoya mi decisión e incluso va a ayudarme a quitarme la vida. El es mi novio y es la persona que más me ama, tanto así que odia verme sufrir, y lo odia tanto que también piensa que debería suicidarme.
Ahora te alarmaste, me imagino; no seré el único en morir aquí, el dice que no podría seguir vivo sin mi, así que va a matarse también. Será un suicidio en pareja.
Son las 11:43pm y vamos a hacerlo a las 12:00am. La hora se acerca y ambos estamos sentados en la orilla de la cama abrazandonos y con lágrimas en los ojos, aún así, estamos tranquilos pues sabemos que después de esto no habrá más razón para estar tristes. 11:50pm, ahora sólo sostenemos nuestras manos y miramos a la oscuridad de mi habitación, pensando en absolutamente todo; ya ni siquiera estamos llorando, sólo estamos en silencio.
11:56pm, el se levanta y se acerca a la mesita de noche y saca un frasco de pastillas para dormir mientras yo voy a la cocina por una botella de Vodka. Sabemos que la hora ya casi llega pero ninguno dice nada.
12:00am, finalmente llega la hora, nos vemos a los ojos sin decir nada pues nuestras miradas ya lo dicen todo, el toma algunas pastillas y temblando me las da, después, lo más lento que puede toma la botella de Vodka y me la da también; me mira por última vez y le sonrío.
Se acerca a mi y me abraza. Está temblando mucho.
Cuando nos separamos no le doy tiempo de nada, rápidamente me tomo el Vodka y con el las pastillas.
Mi visión se esta volviendo borrosa.
Lo veo a el muriendo también.
Todos los días mi hermana me decía que el no era real, parecía angustiada cuando lo decía; se que sólo tenía celos de lo mucho que nos amábamos.
Aún así era buena, siempre me recordaba cuando debía tomarme mis medicinas; se que a el nunca le gustó esto porque siempre se iba luego de que me las tomara. El psiquiatra decía aunque no fuera real, aunque fuera un producto de mi enfermedad, había generado una dependencia muy real hacia el. Pero mentía, el era real para mi; era más real que el y que cualquier otra persona. ¡Todos mentían! ¡Aparentaban siempre ser algo más de lo que eran!, en cambio el era honesto, lo amaba demasiado.
Y es por eso que si uno moría el otro no podía estar vivo. El por ser producto de mi esquizofrenia y yo por amarlo, no podría llevar una buena vida sin el.
