CAPÍTULO ÚNICO

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Últimamente sentía que nada le salía como él deseaba. A esas alturas, se suponía que estaba logrando realizar sus sueños de toda la vida. Su academia de baile estaba resultando ser un éxito y había ganado ya bastante fama. Él mismo era toda una celebridad.

Pero sentía que algo le faltaba a su vida, como si hubiese perdido algo valioso y lo necesitara para ser por completo feliz. Y Sabía de qué se trataba, no era para nada un misterio esa sensación de vacío, simplemente no se sentía con el valor de reconocerlo, no cuando se prometió a sí mismo salir adelante, no cuando se lo prometió a él.

Se preguntaba qué hubiera sido si la decisión que tomó hubiera sido diferente, qué hubiera pasado si nunca lo hubiera conocido en primer lugar.

Junmyeon siempre fue la clase de persona que pensaba primero en los demás antes que en él mismo, y esa era la razón por la cual se sintió decepcionado de que no lo eligiera a él por sobre todo.

Aunque sinceramente no podía culparlo, pues él mismo fue el que lo alentó siempre a arriesgarse, a probar cosas nuevas, a perseguir sus sueños y nunca dejarse vencer por el miedo. Debe admitir que, cuando Junmyeon le contó sus planes, sintió una fuerte daga clavarse en su pecho, pues en ese instante se dio cuenta que sus caminos ya no irían hacia la misma dirección. Joder, y vaya que fue tan difícil hacerse a la idea.

Junmyeon había llegado a darle a su vida un nuevo matiz, a darle el sentido que necesitaba. Su bella sonrisa se robó su corazón en el instante en que la vio, y agradecía eternamente a la vida despertar y poder verla de inmediato. Su voz era tan preciosa, parecía sacada del coro de los ángeles, siempre lograba transmitirle una paz que nada más podía darle. Le dolía pensar que ese bello ángel no hubiera podido realizar su sueño de ser un cantante famoso, pero le reconfortaba saber que no había dejado de practicarlo. Uno de sus mayores placeres era escuchar a Junmyeon tocar el piano y cantar, y aún más cuando lo hacía para él, cuando le escribía canciones y se las cantaba solo a él.

Aún puede escuchar su hermosa risa, su voz regañándolo por el desorden que dejaba en alguna habitación, su voz susurrándole palabras dulces al oído, su voz leyendo algún libro para él, ambos sentados en la sala, con su cabeza sobre el regazo del mayor. Aún puede sentir sus brazos alrededor de su cuerpo, su cuerpo entre los suyos, su cuerpo fusionándose con el suyo, sus labios en los suyos, su piel en su tacto, su todo impregnado en cada parte de él, su aroma invadir todos sus sentidos. Aún puede ver la galaxia que percibía al posar su mirada sobre la suya, sus ojos tan hermosos y expresivos; aún puede ver su rostro angelical, sin ninguna imperfección.

Nunca había vivido un romance tan intenso como el que vivió con él. Nunca se había enamorado como lo hizo de él, nunca se había entregado tanto a una persona como lo hizo con él. Y puede admitir con culpa, que el sanar a un corazón fisurado, como el del mayor, diariamente, le producía un extraño sentimiento de placer. Junmyeon había tenido que pasar por muchas cosas, y había perdido muchas otras también. A Sehun le parecía admirable que, a pesar de eso, el mayor seguía mostrando su sonrisa ante el mundo, y, sobre todo, que seguía siendo una persona con un enorme corazón, lleno de sentimientos hermosos. Era simplemente inevitable no caer rendido ante semejante obra de arte.

Pero era obvio que el corazón del mayor estaba roto, por eso Sehun dejó su frialdad y timidez a un lado, para llenar de besos y mimos diariamente a su amor. Siempre lo impulsaba a hacer cosas nuevas, a superar sus miedos, y le demostraba que estaría junto a él para protegerlo de todo. Como cuando lo obligo a correr por la lluvia, sin soltar nunca su mano, demostrándole que no le pasaría nada, que él estaría a su lado.

Diariamente, al despertar, llenaba sus rostros de besos y le susurraba lo mucho que lo amaba. Lo abrazaba todas las noches, temiendo que la vida se lo arrebatara. Sostenía su mano sin soltarla cuando caminaban por la calle, sin siquiera importarle un poco lo que pensaran o dijeran los demás. Juntos miraban las estrellas con el telescopio de Junmyeon todas las noches del domingo.

EL DESTINOWhere stories live. Discover now