Capítulo XXIII

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Los dos se separaron al percatarse que Danielle estaba en el marco de la puerta con los brazos cruzados observándolos con suma atención.

El corazón de Kellin inició a latir con una velocidad increíble y pudo sentir como todo se volvía totalmente tenso. Lo que estuvo temiendo desde que había iniciado su relación ahora se estaba haciendo realidad, y al parecer, era más terrible de lo que jamás había imaginado.

—¡Fuera de mi oficina! —Ordenó el castaño tratando de controlar la oleada de nervios que pasaba por su cuerpo. —¡Fuera!

—¡Cállate, idiota! —Gritó la pelirroja.—¡No tienes el maldito derecho de gritarme así! —Lo señaló con su dedo índice.

—¡Tengo el maldito derecho de gritar como se me venga en gana! —Contraatacó el castaño. —Ahora, vete de aquí.

—Bien, me iré. —Sonrío con malicia. —Pero también iré a decirle a tu querido hermano como es que te encontré con... —Dirigió su mirada hasta el pelinegro que seguía observando la escena sin saber realmente qué hacer.—¿En serio? —La pelirroja soltó una risita sarcástica. —Aparte de una mierda, eres gay.

  —¡Maldita sea, cállate! —El castaño gritó perdiendo la poca cordura que tenía en esos momentos. —No te atrevas a decirle nada a nadie, o pagarás consecuencia. —Amenazó.

—¿Qué me harás? —Volvió a reír la pelirroja. —¿Despedirme?—Pasó la punta de su lengua sobre sus dientes. —¿Quieres a caso que el banco se quede en números rojos? —Sonrío. —Recuerda que tengo algunas... cosas de aquí.

Kellin seguía perplejo en su lugar observando todo desde su lugar. Tenía muchísimo miedo que Danielle saliera de la oficina relevando su relación, pero obviamente tampoco iba a quedarse a hacer lo que la pelirroja quisiera. 

—Danielle, por favor...

—¿Qué? —Sonrío ampliamente. —¿Estás seguro que quieres que me vaya?

 Vic soltó un suspiro. Danielle era muy inteligente, sabía que era una persona muy difícil de convencer y que lo único que ahora estaba en sus manos era tratar de que no dijese algo. No podía poner en riesgo su relación, ni a Kellin, ni a él mismo.

  —¿Ya tan pronto se acabó esto? —Danielle soltó una carcajada al observar el semblante de Vic. —Yo no digo nada, si es que...— La pelirroja caminó hasta enfrente del castaño y lo tomó por la corbata alejándolo más de Kellin. —Por fin dices que soy tu prometida y desvías al menos un cincuenta porciento de tus acciones a mi cuenta.

Kellin abrió enormemente sus ojos escuchando todo lo que la pelirroja pedía para poder mantener su secreto a salvo. No podía permitir que esa arpía se atreviera a manipular a Vic de esa forma.

—No te preocupes, puedo compartirte con este niño. —Tomó el mentón de Vic para observarlo directamente a los ojos. —¿Qué dices?

El pelinegro quería decir algo, oponerse ante todo lo que pedía pero ninguna palabra salía de sus labios, era como si su miedo se hubiera apoderado hasta de sus palabras y las hubiera sellado perfectamente para que no salieran de su boca.

—No creo que...

—¿Qué dices? —Volvió a repetir la pelirroja interrumpiendo al castaño. —Mira que sé que tu hermano no le va a gustar mucho la noticia de que Kellin y tú son algo. —Aseguró la pelirroja. —Además, ya todos en el banco saben que entre tú y yo hay algo, así que no hay nada que temer.

El castaño observó directamente a Danielle con furia. Sabía que tarde o temprano todas sus malas decisiones lo iban a llevar justamente como estaba ahora, entre la espada y la pared, rogando por algo que pudo haber evitado desde un inicio.

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⏰ Last updated: Jul 17, 2017 ⏰

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King For A Night || KellicWhere stories live. Discover now