Capítulo 15

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Por ahí dicen que el amanecer es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para ser feliz, para cumplir metas y ser mejor persona de la uno fue ayer.

Martes, ese día que es menos odiado que el anterior, pero igual de desagradable, pero como dije, es un nuevo comienzo.

Camino despacio por el pasillo vacío de la Universidad, es temprano y por lo mismo está casi no me he topado con más estudiantes, no se escucha voces, tampoco los pasos rápidos de los mismos y menos se escucha el azote de las puerta de los salones.

Él día está empezando bien.

Camino hacia la biblioteca, quiero conseguir un buen libro de psicología. Llego a mi objetivo, como lo he pensando, está vacía, solo está la bibliotecaria, levanta su cabeza cuando paso por al frente de ella, me sonríe y vuelve a lo que estaba haciendo. Me dirijo hacia el pasillo que busco, hay tantos libros que empiezo a leer sus títulos por sección del estante.

Los títulos que más me atraen los cojo y leo su reverso, tengo tiempo de sobra, puedo leer todas las sinopsis que pueda, algunas son más atrayentes y otra no tanto.

Sigo con mi búsqueda cuando siento que vibra algo en mi chaqueta, saco mi celular y en la pantalla se lee el nombre de mi amiga, en seguida contesto:

-¿Aló? -apoyo el aparato entre mi oreja derecha y mi hombro para seguir viendo los libros.

-Buenos días. -se escucha alegre, eso es muy bueno.

-Hola, ¿Cómo estás?

-Bien bien, y tu ¿Cómo estás? -confirmo lo que había pensando.

-Me alegro que estés bien, yo estoy bien, en el silencio de la biblioteca.

-¿Tan temprano?, son aún... -escucho como en la otra línea se separa el móvil del odio- las ocho de la mañana, las clases no comienzan hasta dentro de una hora y media.

-Si, es que quiero leer un libro y para evitar colas en la biblioteca decidí venir temprano. -preferí dejar en su lugar el libro que estaba leyendo porque no le estaba tomando atención, tomé mi celular correctamente.

-Comprendo, yo todavía ni bajo a desayunar, hay tiempo aún. -supongo que está en su habitación en el segundo piso de su casa.

-Oye, seguiré buscando libros, luego hablamos. -hablé un poco cortante, pero para que Julie entienda que hay que terminar la llamada.

-Ya, está bien, luego hablamos. -con esas últimas palabras cortó la comunicación. Quito el celular de mi oreja y lo observo, son recién las ocho cinco de la mañana, tengo mucho tiempo aún. Dejo la tecnología de piedra que tengo como celular de nuevo en el bolsillo derecho de mi chaqueta.

Sigo viendo libros, hasta que siento que otra vez vibra algo en el dicho bolsillo, lo saco rápidamente ya que me molesta su vibración, miro el identificador de llamadas y me sorprendo a ver que es mi mamá quien llama;

-¿Aló? -vuelvo a dejar el libro que estaba viendo en el estante, he tenido más interrupciones que los títulos que he leído.

-Hola hija. -se escucha mucho ruido al fondo y me cuestiono donde debe estar.

-Hola mami.

-Rosie, ando en el hospital, -por eso el ruido- entonces pensé en traerte tus papeles de la psicóloga y pedirte una hora con ella ya que hace tiempo que no hablas con ella...

-Si, entiendo, entonces ¿qué pasa? -pregunto desorientada ya que aún no entiendo el motivo de su llamada.

-Hay una hora libre hoy a las cuatro de la tarde, ¿quieres tomarla? -hablar con mi psicóloga hoy, lo necesito, mucho.

Él tiene un pasado oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora