Nadie más que tú.

; Cristian. -6to básico.

Estaba arreglando mi alborotado pelo para un lado, ya que este tenía era algo complicado de manejar. Ya estaba listo para ir al colegio, por lo que salí de mi casa para tomar la micro.

° Puta que hace frío.—Me dije a mi mismo poniendo mis dos manos en los bolsillos de mi pantalón.

Para mi suerte, la micro llegó y pude tomarla sin ningún problema. Me senté en los últimos asientos de la micro, saqué mis audífonos, los conecté a mi celular y comencé a escuchar música mientras miraba por la ventana. Lo mejor es que no me demoraría en llegar, ya que sólo eran algunos minutos de mi casa.

Pasado unos 17 minutos ya estaba cerca del paradero en que me tenía que bajar, por lo que me paré del asiento y toqué el timbre. Una vez abajo comencé a caminar hacia el semáforo, estaba en rojo así que esperé.

* Buena po' compadre.

Reconocí esa voz inmediatamente, era mi amigo el rata; Matías.

° Buena po', Riquelme.—Dije sonriendo. Pude notar como el semáforo cambió a verde y con mi compañero cruzamos para poder ir a la puerta principal de la cagá chica de colegio que teníamos.

Entramos y pude ver que estaba mi otro amigo; Diego. Nos saludamos y comenzamos a hablar, hasta que escuchamos que el inspector del colegio nos estaba dando la bienvenida nuevamente al colegio y claro que también a los padres presentes. Todos nos formamos por cursos correspondientes y escuchamos toda la charla educativa que nos estaban dando.

Luego de todo eso pudimos finalmente ir a las salas, por lo que el Matías se sentó con otro compañero. Yo y el Diego conversamos mucho, por lo que los profesores se empezaron a quejar, decidieron cambiarme a mi de puesto justo a una chica que se llamaba Tamara.

Empezamos a hablar de diversas cosas, llegamos a entablar conversaciones literalmente estúpidas. La Tamara parecía ser una persona sería, pero la verdad es que era buena onda.

Nuestras conversaciones podían ser estúpidas y todo, pero la pasábamos bien. Nos reíamos y compartíamos cosas.