Leila
Me desperté alterada, había tenido un sueño bastante raro... Estaba tranquilamente viendo una película y alguien toca la puerta, no se me ocurría quien podría ser ya que eran las diez pasadas.
Decido ir a atender y al abrir la puerta me encuentro con... ¿Alex?
-¿Qué pasó? ¿Por qué no abriste con tu llave?
- La dejé sobre la mesada. -dijo rascándose la nuca.
- Bueno, que eres tonto ya lo saben todos... Así que... -dije ladeando la cabeza- Ya entra, tengo mucho sueño.
Al entrar vamos directo a acostarnos, Alex apenas tocó la cama se durmió profundamente, pero yo no dejaba de pensar en ese maldito sueño. ¿Será capaz Jhon de hacerme algo así? ¿Lo haría por qué alguien lo habría mandando? Eran demasiadas preguntas que rondaban en mi cabeza.
En eso siento que Alex se despierta...
- ¿Lei? -preguntó médio dormido.
- ¿Sí?
- ¿No puedes dormir?
- No... Tuve un mal sueño eso es todo.
Me di la vuelta para acostarme y dormir. Pero Alex me abraza.
- Descansa, ¿Sí? Sabes que te adoro. -dijo eso y me besó la mejilla.
Amaba que me besara en la mejilla era algo súper tierno y lindo. Todavía me acuerdo cuando dije que nunca me iba a enamorar, pero ahora entiendo que el miedo fue el que me impedía querer.
Alex le había puesto colores a mí vida, había logrado que vuelva a sonreír.
Deja de pensar en esas cosas y duerme.
Estaba por hacerlo, pero apareciste ¿Podrías dejarme en paz? No quiero escucharte más.
Me iré, pero verás que me extrañaras y cuando lo hagas yo ya no volveré.
Como si fuera a extrañar a una estúpida voz. Después de un rato me dormí profundamente.
Me despierto con el maravilloso sonido del vecino que estaba arreglando algo de su casa y que mejor que hacerlo a las 8:00 de la mañana.
Al mirar hacia mi derecha me doy cuenta de que Alex no estaba en la cama así que decido bajar al comedor. Cuando llego al comedor Alex tampoco se encontraba allí, pero en la mesada había una nota...
"Lei, me llamaron del equipo de Rugby, iré a ver que es lo que sucede, quizá vuelva un poco tarde así que no me esperes, te amo. - Alex"
Luego de leer la nota decido limpiar un poco la casa, casi nunca limpiaba la casa, así que esta es una oportunidad de limpiarla, sin Alex al rededor, sola. Puse música en el equipo y comencé a limpiar.
Recuerdo cuando era niña y mi madre siempre me pedía que limpiara mi habitación y yo le decía que aunque me lo pidiese mil y un veces jamás iba a cambiar para limpiarla, a lo que mi padre siempre me decía "Los cambios son retos que abren puertas a nuevas oportunidades, no los desaproveches" . Siempre fue un hombre muy sabio y solidario, él siempre ayudaba a quien lo necesitaba sin importar qué, a lo que voy es que todavía no entiendo como alguien tan gentil pudo haberse ido, a veces pienso que es mejor que se haya ido ya que no sufre más de los problemas que tenía.
Cuando termino de limpiar decido ver películas para pasar el rato más rápido, intenté invitar a alguno de mis amigos, pero todos estaban bastante ocupados organizando las cosas para la fiesta de mañana, debería invitar a mi hermano, creo que estamos teniendo una buena relación después de todo lo que pasó.
{Conversación por WhatsApp}
Leila: Hola hermano, quería preguntarte si no quieres venir a una fiesta que haré mañana...
Nick: Hola! Claro, allí estaré, solo dime el lugar y la hora
Leila: Es en mi casa, a las 21:00 p.m
Nick: Pues me verás ahí Lei!
Leila: Bueno, hablamos luego, tengo cosas que hacer, como ver películas jajaja
Nick: Ok, ve a ver tus películas, adiós!
Leila: Adiós!
{Fin de conversación por WhatsApp}
Decido seguir viendo mis lindas películas hasta que Alex volviera.
Alex
Me encontraba sentado en una banca de la plaza, esperando a alguien, espero que a Lei no se le ocurra ir al campo de entrenamiento donde solía hacer rugby, debería decirle que lo dejé hace tiempo.
- Hola. - me saluda la madre de Lei.
- No tengo todo el día así que dime lo que tengas que decirme rápido. - dije parándome y cruzándome de brazos.
- No me hables en ese tono, lo que iba a decirte es que tú no eres un buen partido para mi hija, en cambio Jhon se encuentra bastante bien económicamente... - no pudo continuar ya que la interrumpí.
- Un momento ¿está queriendo decir que solo quiere que ella esté con ese idiota por el dinero? Usted no tiene uso de razón - hago una pausa - Leila y yo nos encontramos bastante bien juntos y ella no quiere saber nada de él.
- Escucha, esta es una oportunidad de poder acercarme a mi hija, yo... - vuelvo a interrumpirla.
- ¡No! No venga con el cuento de que la extraña y quiere acercarse, si fuera así ya habría intentado de todo para poder acercarse a ella ¿¡dónde se encontraba usted cuando ella más la necesitaba!? ¿¡dónde estaba usted cuando ella era una niña que había perdido a su padre y necesitaba a su madre!?
- ¡Tú no entiendes nada!
- Entiendo todo perfectamente ¿sabe algo? mejor me voy antes de que pierda mis estribos. - diciendo eso me alejé hacia mi auto.
A lo lejos oigo que me grita algo, pero no le hago caso. Para desquitar mi ira decido ir al gimnasio.
Mientras golpeaba los sacos de boxeo me preguntaba como alguien puede ser tan desagradable, no quiero ni imaginarme el infierno que habrá tenido que pasar, me alegra saber que al menos está entablando una relación con su hermano mayor.
Sin darme cuenta ya se habían hecho las diez de la noche, decido ir a casa, seguro a Lei ya le habían dado cinco ataques de nervios.
Llego a casa y la encuentro dormida en el sillón con el celular en la mano, la levanto con cuidado y la llevo hasta la cama. En eso abre los un poco los ojos.
- ¿Alex?
- Sí, nena, soy yo, es tarde sigue durmiendo. - le deposito un beso en la frente.
La dejo delicadamente sobre la cama y voy a cambiarme. Al salir la encuentro parada en la puerta, saltó a mis brazos y comenzó a besarme.
- ¿Y esto? - digo corriendo su cara.
- Porque me dejaste sola todo el día.
- En ese caso lo voy a compensar.
Seguimos besándonos y bueno ya saben el resto.
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Bueno al fin actualicé, ojalá les guste, perdón por desaparecer por tanto tiempo, es que se presentaron vario problemas, en fin, disfruten el capítulo.
Un beso y abrazo.
Atte: Caroo Gerstner.
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Los Cambios siempre existieron
Novela JuvenilLeila es una chica, que por culpa de los problemas con su familia, llegó al punto de auto lesionarse. Su madre era muy dura con ella y su hermano la trataba como una basura. Ella ya no tenía vuelta atrás, pero una persona llega y hace que todo lo qu...