Escóndete

El viaje

-Andrew, despierta que es tarde, mamá ya ha preparado el desayuno y papá ha ido a por el coche, pronto vendrá a recogernos pero date prisa o perderemos el vuelo.
-J*der Chris, ¡déjame dormir, es verano, aprovecha las vacaciones y duerme todo lo que no has podido durante el curso!
-Ya dormirás en el avión vago.
-Aaag, de acuerdo, me visto y bajo.

No sé que me pasaba esa mañana, pero tenía más sueño que de costumbre. De todas formas Chris tenía razón así que baje lo antes posible a la cocina, no quería que por mi culpa perdiesemos el vuelo.

-Buenos días mamá.
-Buenos días hijo, desayunad rápido, tenemos que irnos, (dijo mi madre apresurada).

Esa misma mañana nos íbamos a visitar a unos amigos de mis padres de Inglaterra, para ellos eran unas super vacaciones, para mí, un suplicio. De todas formas sus amigos tenían hijos de nuestra edad, pensé que no estaría tan mal después de todo.

-Papá ya está en la puerta, coged las maletas, nos vamos.

Cogimos las maletas y tras unas largas 8 horas de vuelo llegamos a Inglaterra, Londres, donde nos esperaban los amigos de mis padres.

-¡Cuanto habeis crecido!, (dijo Stephany mirándonos a Chris y a mí).

La ultima vez que la vimos teníamos 8 años, en ese momento teníamos 18 Chris y 17 yo, así que sí, había pasado mucho tiempo.

Justo después de salir del aeropuerto fuimos a comer a un restaurante cercano y después fuimos a la casa donde dormiríamos a conocer a los hijos de los amigos de nuestros padres.

-Estos son Jaime y Stephen y tienen la misma edad que vosotros.

Estuvimos hablando durante un par de horas y no hizo falta mucho tiempo para que tomásemos una gran confianza con ellos.
Esa noche Chris y yo no teníamos sueño, y Jaime y Stephen lo sabían, así que nos propusieron ir a explorar un poco el barrio de las afueras en el que estábamos. Nosotros accedimos y salimos de la casa sin que nos escucharan.

Debían de ser las 2 de la madrugada, pero teníamos la misma energía que recién levantados. Andamos durante unos 45 minutos hasta llegar a la entrada de una especie de mansión de gran tamaño, hasta que Chris se dio cuenta de que no era una mansión.

-Eh chicos, mirad el cartel, "Hospital Psiquiátrico North Avenue", (señaló entusiasmado Chris).
-¿Os animáis a entrar?, (sugirió Jaime descaradamente con un tono desafiante).
-Claro que si, seguro que es una tontería, (dije yo ignorando lo que podía haber dentro).

De esa manera, procedimos a entrar a aquel sitio.
Era un edificio de cuatro plantas de altura, construido con ladrillos de piedra antiguos, y sobre todo se notaba la vejez del edificio debido a las enredaderas que subían por sus paredes y por el musgo que crecía en las uniones de los ladrillos. Ese sitio transmitía inseguridad nada más verlo.

-No me suena de haber visto este sitio nunca Jaime, ¿es raro no?, llevamos viviendo aquí muchos años, (dijo Stephen con un tono titubeante mientras andábamos por el camino en ruinas que conducia hasta la entrada).

Al fin llegamos a la entrada del hospital, una puerta de madera gigante con una escripcion en lo alto, "XIX".
Ya sabíamos de que época era, del 1800. No le dimos mucha importancia y procedimos a entrar.