Diecinueve Años ~NJ~ Two Shot

I Think I'll Miss You Forever

--- Vamos, SeokJin debe conocerte y probarte para que seas oficialmente de los nuestros.--- Comentó aquél moreno bajito a el muchacho que, en ese momento, casi arrastraba por el brazo a través de la casona. Lo encontró solo por las calles, al parecer él y su familia se encontraron en fuego cruzado entre clanes y sólo él sobrevivió, ese muchacho de grandes dientes era afortunado como pocos.

--- Llegamos.--- Le dijo el castaño una vez que frenó de forma violenta frente a esa oficina que momentos antes buscaba con tanto ahínco. Tocó la enorme puerta frente a él y por dentro se escuchó un "Pase" con una voz muy suave pero firme, no tardaron en obedecer adentrándose en el lugar.

--- ¡Jin Hyung, Jin Hyung, Lo encontramos hoy!--- Dijo jalándo nuevamente a su nuevo amigo hasta ese hombre de fino porte.

--- ¿Lo encontraron?, ¿Dónde?--- Preguntó arriscando su entrecejo, no era una cara conocida, tampoco recordaba a nadie perdido.

--- Bueno--- Mencionó un muchacho de perfil recto que iba detrás de los dos más jóvenes durante todo ese tiempo. --- Se salvó de las balas, es un bonito conejo de la suerte.--- Le agitó el cabello de forma amistosa y este retiró la cabeza de forma disimulada.

--- N-No soy un conejo.--- Mencionó en voz baja mientras agachaba la cabeza lentamente, no le gustaba la atención sobrante.

--- ¡Es una ternura, a que es una ternura, ¿O no, HoSeok?!- El bajito no pudo contenerse de tomar por las mejillas a aquél pelinegro y apretarlas amablemente. Admitiré que le gustaban las cosas dulces, los objetos adorables y, ciertamente, ese niño era adorable.

--- Taehyunnie, déjalo en paz o lo hostigarás. Su voz no era grosera pero sí era firme, no le gustaba ser el clásico cabrón autoritario al mando. --- Ven aquí, pequeño, dime tu nombre.

Ambos obedecieron ante las peticiones sin rechistar. JungKook no quería tentar a su suerte y TaeHyung nunca le faltaría al respeto a su Hyung, él lo quería y recibía un buen trato por ser obediente.

--- JungKook, Señor.--- Trató de no sonar con ese leve deje de miedo pero no evitó que su voz tambaleara un poco.

La risa escandalosa característica de SeokJin resonó en el lugar por breves instantes hasta que recobró la compostura, dios, ese niño era cómico.

--- No me digas "señor", me haces sentir viejo y no es nada agradable.--- JungKook devolvió su vista al piso y susurró un "Lo siento" muy bajo, Jin no pudo evitar sonreír. --- Vamos, te daré un recorrido por el lugar.

Esa casa no era exageradamente grande realmente, era lo suficiente para las personas que vivían ahí, aproximadamente unas cincuenta o sesenta personas acomodadas en habitaciones para cuatro personas cada quién. Había casas mucho más grades en otros distritos pero SeokJin decidió seguir como un lugar discreto, pasar por un hotel no resultaba tan complicado.

Le mostraron al pequeño pelinegro todo lo que podían; las habitaciones de los demás integrantes y, de paso, haciendo algunas presentaciones durante el camino; el baño que estaba para acceso de todos junto a unas regaderas simples; su habitación propia para que se fuera acostumbrando a su nuevo hogar; la cocina que solía evitar que personas ajenas a ella entraran; la sala y el cuarto de juegos; la sala de reuniones y la oficina principal nuevamente porque les quedaba de camino. SeokJin era una persona muy amable, o eso pensaba aquél niño de grandes dientes.

El lugar tenía mucha gente dentro moviéndose de un lado a otro, parecía que todos estaban muy ocupados en sus propios asuntos, se sentía un poco incómodo, muy fuera de lugar, pero trató de ignorarlo pues ahora ese lugar sería su hogar, no tenía donde ir, no tenía a quienes recurrir. Estaban dispuestos a seguir con el recorrido y finalizar de presentarle todos los lugares de aquella casona pero este muchacho se distrajo con una fotografía colgada en el centro de una pared principal.