Cap. #1

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Pisar otra vez ese tonto suelo, pisado por tontos compañeros, dentro de una tonta escuela, así eras las perspectivas de Sebastián. Todo era estúpido, tonto e inútil. A pesar de ser el más popular de su escuela, para él, todo apestaba la peor forma, incluso él mismo.

Y con esa perspectiva y pensamiento, inició otro pesado año de su vida. Igual que cada otro día , traía su chaqueta de estampado de leopardo y cuero, y se tapaba la cara con su capucha. También, a pesar de su "popularidad", no tenía amigos. Nada le importaba de igual manera. Ese mismo día se le acercaron algunos compañeros y lo felicitaron, pues era su cumpleaños ese día. Al terminar la canción, no sonrió, solo dijo un simple "gracias" con su ronca voz y siguió su camino.

-Hola, Sebas. Feliz cumpleaños -se oyó atrás de él cuando llegó a su casillero. El volteó- y feliz inicio de 4to año.

Frente a él se encontraba Victoria, una chica muy cercana a él, su mejor compañera, no era su amiga, por lo menos no la consideraba eso aún. En cambio, para ella, Sebastián era su mejor amigo.

-Ah, si, gracias -otra vez decía esa palabra sin mostrar alguna otra expresión que no fuera la de seriedad

-Te traje un panqué -le dijo Vicky con una gran sonrisa en la cara y mostrando un pequeño ponquesito en sus manos

-Se ve delicioso -esbozó una falsa sonrisa y tomó el panqué

-Eso es porque hice yo.

-Ay, Victoria. Todo lo que tienes es casero, porque no tienes dinero para comprar nada -dijo Sihay, la chica popular de la escuela, que se acercaba a ellos con paso apurado y cartera en mano

-¿Y qué me darás tu ahora, eh?-volteó los ojos Sebastián- ¿Dinero?

-No. Te daré algo que conseguí con ello -sonrió Sihay

-Ya te dije que no quiero nada proveniente de ti -gruñó el chico

-No es de mi parte, porque yo respeto las reglas que pusiste entre nosotros en nuestro rompimiento. Es de mi padre.

-No lo quiero de todas maneras, porque, según dijiste, tu lo conseguiste, y por lo que estás admitiendo, tu me lo darás. Así me despido, date la vuelta.

-Ay, Sebastián. No querrás negarle a mi papá lo que te dio, ¿o si?- sonrió desafiante la diva

-Para de decir "Ay" todo el tiempo, que aquí no hay lástima ni nadie se murió. Y respecto a la pregunta, si lo niego.

-Eres un tonto.

-Lo se. Vámonos Victoria -tomó a la chica de la mano y desaparecieron al final del pasillo-. Estúpida diva...

Un Amor EstúpidoWhere stories live. Discover now