Verónica no quería seguir los pasos de las mujeres de su familia, ella no creía en los estereotipos de género, debido a esto era considerada la 'oveja negra' en su familia y le hacían burla en la escuela por usar el uniforme masculino, ella quería s...
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Minzy:
Continuamente escuchaba voces en mi cabeza que me decían lo gorda que estaba, que debería volverme en una princesa de verdad.
— “Nadie quiere a las gordas” — Decía constantemente una de las voces que se hacía llamar Ana.
— “Eres una Cerda, mírate nada más. La comida te hace gorda” — La otra voz, Mía, me hablaba cada vez que comía algo.
Había comenzado a mentirle a mi padre, amigos y demás, – “Comí en la escuela”. “Estoy llena”. “Ya comí en casa” – Eran unas de las expresiones que más usaba; en ocasiones terminaba desmayándome en la escuela, de las cuales mandaban llamar a mi padre y siempre resultaba en la misma conversación incomoda.
— Minzy ¿Qué está pasando contigo? — Preguntaba siempre al llegar a casa.
— Nada, solamente me maree; debió ser el sol — Mentía.
Después conocí a Park Eun Soo, una chica llena de vida, sonriente y que siempre terminaba por contagiarme esa pequeña alegría que al final se esfumaba al terminar la escuela; sin embargo un día llevó comida tailandesa y me compartió.
— Vamos, come aunque sea solo un bocado — Dijo dándome de comer en la boca.
— No tengo hambre, comí mucho en casa — Mentí, pero de verdad se me había antojado.
— ¿Me vas a dejar con la mano estirada? — Preguntó haciendo cara triste.
— No, claro que no — Dije. Terminé por comerme lo que me estaba ofreciendo.
— “Tienes que deshacerte de las calorías que acabas de consumir” — Comentó Mía, incitándome a ir al baño a vomitar.
Me levanté automáticamente dispuesta a ir inmediatamente al baño, pero Eun Soo me tomó del brazo; no quería estar sola, pero yo necesitaba vomitar lo que había consumido.
— ¿A dónde vas? — Preguntó curiosa.
— Necesito ir al baño — Respondí fingiendo una sonrisa.
— Vamos juntas, deja nada más guardo esto — Comentó y comenzó a guardar el toper en su mochila.
Fuimos juntas, así que no podía provocarme el vómito; entre al sanitario y fingí que estaba haciendo mis necesidades, salí, me lavé las manos y fui a la cafetería a ver que “compraríamos”. En realidad yo seguiría diciendo que había comido demasiado en casa.
ฅ^•ﻌ•^ฅ
Verónica me sacó de mis pensamientos sacudiéndome un poco, las tres chicas en la habitación me observaban extrañadas, simplemente sonreí para no llamar más la atención y que no se preocuparan por lo que estuviese pensando.
— ¿En qué piensas? — Preguntó Hanna.
— Nada importante, solo estaba recordando unas cosas — Respondí sonriente.
— Está bien — Comentó no muy convencida.
— Bueno, tengo que volver a casa con papá — Dije, para cambiar el tema.
— ¿Puedo ir contigo? — Interrogó Hanna.
— Sí, papá estará muy feliz de verte — Contesté y sonreí feliz.
Había olvidado que papá había viajado a México para pasar más tiempo conmigo, no convivíamos mucho, pero tampoco nos gustaba estar lejos por mucho tiempo.
Nos despedimos de Verónica y Mitzy, caminamos bastante hasta llegar a la casa; nuestro papá estaba muy preocupado, había llamado a la policía porque no había llegado a dormir a casa, cuando ambas nos acercamos a él me abrazó fuertemente.
— ¿Dónde te habías metido Minzy? — Preguntó aliviado y algo molesto.
— Emm… En casa de una amiga, por cierto Hanna vino conmigo — Respondí y voltee a ver a Hanna.
— ¿Hanna? — Preguntó, la vio y se dejó ir a abrazarla.
— Papá, te extrañé mucho — Hanna lloró.
— Mi niña, también te extrañé mucho — Mi papá también lloró.
Nos dimos un abrazó familiar, los tres estábamos llorando; después de unos minutos entramos a la casa, mi papá corrió a preparar algo para que comiéramos, me alegraba de ver feliz a aquel hombre que siempre había dado todo de su vida para verme a mi feliz.
— Venga, coman hasta llenarse — Comentó colocando los platos sobre la mesa.
— Gracias — Dijimos al unísono Hanna y yo.
Comenzamos a comer los tres mientras, hablábamos sobre muchas cosas, en una de esas Hanna le comentó a nuestro padre que le gustaba Mitzy (la prima de Verónica), mi padre la vio extrañado y aceptó con gusto su decisión.
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