Diario de una pareja disfuncional

♧Otra vez.

Noah Souza.

01/06/2015.

¿Quién dijo que los hombres no pueden escribir en un diario? Sólo me interesa plasmar las cosas maravillosas que viviré junto a Nelly, y este será un breve recuerdo de aquella vez que volvimos a reencontrarnos.

La chica administradora del grupo de WhatsApp, nunca me hubiese imaginado que tendría una extraña conexión con ella. Le había hablado anteriormente y luego de eso, sólo veía cada cosa que ella publicaba, sin imaginar que estaríamos tan cerca. ¿Lo que opinaba de ella? Es simplemente hermosa por dentro y por fuera, es de esas personas que con tan sólo tener una conversación ves cómo florece el cariño y los sentimientos de esta. Tiene una hermosa piel y una sonrisa segura.

Después de habernos encontrado ella dijo que me escribiría, sin duda lo hizo, pero no tuvimos ninguna otra conversación. Me sentía mareado, pues decía que le había gustado conversar conmigo, pero no había vuelto a iniciar otra conversación, bueno, también era culpable porque tampoco lo había hecho.

Iba caminando por donde siempre regresaba a mi casa y jamás en la vida había visto a Nelly, exceptuando esta vez.

—Hola ¿Nelly? —pregunté inútilmente, para confirmar.

—Hola, sí, mi nombre es Nelly. —respondió riendo, era muy risueña.

—Eres muy risueña. —dije sin pensar, y sonriendo.

—Así es, pero no puedo creer que olvides mi nombre, Noah. Es decir, no hablamos mucho, lo sé, pero ¿tan fácil me olvidaste? —esa última oración me puso el mundo de cabezas.

—Créeme si te digo que es todo lo contrario. —cambié un poco el tema— ¿Cómo estás? —pregunté y me senté a su lado.

—Muy bien, gracias por preguntar, ¿Y tú? —empezó a mover sus manos mientras me miraba.

—Bien, pensando es que es una casualidad encontrarte por aquí. —ella negó con la cabeza.

—En realidad, no, siempre estoy por aquí haciendo cardio, pero ahora he cambiado mis horarios porque encontré un trabajo de medio tiempo. —no me imaginé que trabajase.

—¿Te gusta al ejercicio? —pregunté fijándome en su vestimenta y pensando en lo que había dicho.

—Sí, me gusta mucho. —llevó sus manos a su pecho, donde se supone que está el corazón— Y lo necesito para mi delicado corazón.

—Déjame conocerte más, cuéntamelo todo sobre ti. —la miré con mucha curiosidad.

—Me gusta la música, amo leer, escribir, por más raro que parezca me gusta estudiar, adoro cantar, no tengo una perfecta voz pero no canto tan mal, antes podía dormir sin parar, ahora estoy despierta cada día a las seis de la mañana, a veces puedo ser muy delicada y eso suele irritar a las personas, amo mi color, mi cultura, mi raza, mi descendencia y todo lo relacionado a eso, por más que a las personas no le guste de donde venga, a mí siempre me va a encantar lo que soy.

—Igual, a mí me encanta tu color de piel. —noté un leve sonrojo en su rostro.

—Eso es importante para mí. —sonrió— Por último, cuando me conozcas mejor sabrás que tengo muchas debilidades. Estoy estudiando muy duro porque amo la enfermería, el modelaje y la fotografía, es lo que quiero y sé que voy a lograrlo. Aunque sean tres  cosas que no vayan para nada de la mano. 

—Me encanta tu personalidad y me encanta la idea de que quieras ser enfermera, modelo y fotógrafa, eso habla muy bien de ti. —dije y tomé una de sus manos, ella se sorprendió y bajó la cabeza un segundo.

—Eres un amor de persona, siempre quise conocer a alguien así, tener a alguien así en mi vida. —me encantaba verla, siempre se mostraba tan sonriente y alegre.

—Realmente eres un sueño para todo hombre eres excelente, muy hermosa y diversa y eso me está encantando de ti, a pesar de ser tan joven tienes muchas cualidades. Estaría encantado de estar todos los días junto a ti, tomando en cuenta que sólo llevamos un par de meses "conociéndonos", pero sé que tienes muchas virtudes y me gustaría seguirte conociendo. —dije y sonreí al ver su cara de sorpresa.

Nunca pensé que le diría esto.