Hace tanto que solo me paso el día acostada en la cama viendo hacia la nada proyectada por el techo de mi habitación... ¿alguna vez has sentido como tu vista se distorsiona al mirar por mucho tiempo un punto fijo? a mi me pasa seguido desde hace un tiempo, claro que eso no es lo importante. Verás, hace unas semanas soñaba con volver a casa, estaba tan desesperada por regresar que no me daba cuenta de lo privilegiada que era; no me daba cuenta de que en realidad estaba en casa. Supongo que no estoy explicando nada, mil disculpas; comenzaré por el principio: una pequeña descripción de quien soy aunque... es mas para recordarme lo a mi misma que para ti.
Mi nombre es Taryn, según leí alguna vez significa trueno. Tengo 21 años o bueno, los tenia... la verdad ahora no se si soy un cadáver en proceso de descomposición o si aun respiro; de cualquier forma no importa. Vivo sola, en una casa pequeña en el centro de una pequeña ciudad. Trabajo medio turno en una librería por cinco días a la semana y me quedan los fines de semana libres a menos que tenga que hacer horas extra.
Mi vida es fácil prácticamente, casi nunca debo tomar decisiones importantes; el sueldo del trabajo va directamente a cuatro sobres con los nombres: Comida, Impuestos, Estudios (para la universidad - que aqui no la hay - ) e Imprevistos; no se porqué los niños desean crecer e independizarse para poder vivir solos y hacer lo que se les da la gana, la verdad es que vivir solo es horrible. AH si, ¿por qué tengo un sobre para Estudios si dije que aquí no había universidad? Bueno la razón es que este es un año sabático, la universidad es cara y para estudiar necesito ahorrar.
Todo sucedió un día, hace unos meses quizá... tal vez un miércoles... Recién salí de mi trabajo pasé a la tienda mas cercana a mi casa y compré algunas bolsas de frituras y un par de paquetes de palomitas para microondas. Esa tarde tendría visitas y sabiendo sus gustos no podía permitirme ‹matarlas de hambre › como solían decir.
Al llegar a casa puse las frituras en dos botaneros y los dejé sobre la mesa; recogí un poco la casa y esperé al rededor de hora y media cuando sonó el timbre, me apresuré a abrir. Por cierto, cuando dije ‹visitas› solo me refería a una persona.
—Lamento llegar tarde, mi autobús chocó y casi salgo volando por el parabrisas. —Me dijo Jalek después de entrar y tumbarse en el sofá.
Recuerdo que le ofrecí uno de los botaneros hasta el tope de frituras y como me lo esperaba: lo devoró en pocos minutos. Jalek siempre ha sido muy trabajador y responsable en el ámbito laboral pero se descuida a si mismo; la mayoría de las veces no come mas de una vez al día y deja para después sus necesidades básicas, claro que ese ‹después› no suele llegar nunca.
Jalek es mi mejor amigo desde que tengo memoria; eramos vecinos de pequeños y fuimos a las mismas escuelas hasta que salimos de la preparatoria y venimos a vivir aquí, lamentablemente conseguimos trabajos diferentes pero nos habíamos jurado ir a la misma universidad también después de ahorrar un poco. Él es unos centímetros mas alto que yo, 1.75 m tal vez; su tes es un poco morena y su cuerpo es ‹mesomorfo› como le dicen algunos, es decir, con una apariencia atlética aunque no hiciera nada de ejercicio, siempre se mantenía asi. En general usa el cabello un poco largo pero le gusta experimentar y no eran raras las veces que lo veía tuzado por la calle.
—¿Sobre qué querías hablar? te escuchabas muy entusiasmado por teléfono.
Mientras me sentaba a su lado, él sacaba de la bolsa de su chamarra un CD que venia en una funda morada con rayones de color rojo, parecían hechos con crayola.
—¿De quien es? ¿De tu hermana? —Dije en tono de burla al recordar que él tenia aún una hermana pequeña viviendo con sus padres.
—Ja... Ja... —Se rió con sarcasmo —No, lo compré en un bazar cerca de mi casa. Creo que era de la hija del dueño, según lo que escuché de los vecinos su hija había desaparecido hace algún tiempo y está deshaciéndose de sus cosas. —Dijo mientras comía del segundo botanero.
Al abrir la funda pude observar mejor el disco, estaba un poco rayado y tenia manchas de dedos por todas partes, eso me molestó, ¿quien seria tan irresponsable para hacer eso? su vida útil parecía casi agotada.
—Me muero por jugarlo pero... ¿sabes? dudo que esta cosa funcione, esta rayado y se ve muy gastado.
—No pierdes nada con intentarlo. Por cierto... me dijo que era para la PlayStation II. —soltó una risa burlona al decirlo.
Si antes me quejaba del mal estado del disco ahora lo hacia por el formato. Tenia una consola de esas pero era una pesadilla usarla; la ultima vez que la usé fue hace años y seguramente estaría llena de polvo dentro de una caja... en el sótano.
Al observar mas de cerca, noté en en interior de la funda un texto con crayola roja: En la realidad no hay vidas extra.
No le di importancia, supuse que sería el titulo.
Pasamos la tarde hablando sobre series, películas, libros, etc. Antes de que nos diéramos cuenta ya habían dado las 9:40 pm; le insistí a Jalek que se quedara y podría irse a casa por la mañana, ya era tarde y mi colonia no era de las mas seguras precisamente. De cualquier forma se negó diciendo que no quería dar molestias y que prefería irse a casa a dormir, además, tenia un hamster que alimentar. Lo despedí en la puerta y en cuanto se fue bajé al sótano por la Play.
Para mi fortuna no había tanto polvo como esperaba. Tomé la caja con la consola y subí a instalarla en mi habitación; sinceramente esperaba que no sirviera pero encendió. Lo primero que vi fue la intro, ya sabes, el logo de ‹Sony Computer Entertainment› seguido del nombre de la consola, en fin: inserté el disco.
La pantalla se puso negra y con letras rojas apareció el mensaje:
En la realidad no hay vidas extra... ¿Continuar? ‹Presione Start›
Presione el botón y apareció lo siguiente:
Vida: 1 Vidas extra: 0 si decides continuar será bajo tu propio riesgo. No podrás abandonar o guardar hasta completar o morir.
Esto me dejó perpleja, supuse que se trataría de un juego de terror. Volví a presionar ‹start›.
Mi suposición de un juego de terror se desvaneció al ver un bello paisaje, se podían ver algunos poblados con sus habitantes, también había criaturas que no pude reconocer; el ambiente parecía de la edad media o incluso antes.
La escena duró poco pues la pantalla enfocó un cartel de madera, bastante sucio y con la madera podrida que decía:
BIENVENIDA
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En la realidad... No hay vidas extra
FantasyUna chica de 21 años fanática de los vídeo juegos y a las historias fantásticas nos cuenta su experiencia al convertirse en, lo que ella cree, un código dentro de uno de sus vídeo juegos. En el que debe luchar para sobrevivir y regresar a su mundo "...