reto espía

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ESPÍAS NOCTURNOS

-Venga no seas pesado Carlos - lo regañó Rebeca-. Me lo has prometido.
-Sí, pero escaparnos de casa a estas horas, verás como nos pillen, se nos va a caer el pelo, Rebe.
- No seas pesado, a ver si te crees que a mí me apetecía salir. Me apetecía tan poco como a ti, pero quiero saber con quien se va la tonta de nuestra hermana. Se supone debería cuidarnos y no marcharse siempre que se van papá y mamá de cena. Además, ya lo has oído, ha quedado aquí.
- Ya, pero tú y yo tenemos 9 años y no deberíamos estar por la calle a estas horas. Son más de las 12 -la recriminó su hermano.
- No seas miedica. Y cállate ya. Le voy a demostrar a papá que no digo mentiras. Estoy harta que nos tome por troleros. Como es su hija predilecta y responsable.

A esas horas, el parque apenas estaba iluminado. La mayoría de las farolas estaban rotas por las parejas que buscaban un rincón con algo de intimidad. Los dos hermanos se tumbaron en lo alto de una cuesta y se escondieron detrás de unos arbustos. No llevarían ni cinco minutos cuando escucharon una voz muy familiar.

- Pero tía ¿aquí?
- Sí, ¿dónde quieres ir? -replicó la otra.
- No sé, creí buscarías algo más romántico para nuestra primera vez.
- ¿Y qué mejor que hacerlo aquí? A estas horas nadie se va a fijar en nosotras.

Los dos niños se miraron sorprendidos.

-¿Con una chica? -susurró Carlos.
- Calla, ¿quieres que nos pillen? Pasame la cámara de infrarrojos que te regalaron por navidades, por fin la vamos a dar buen uso. Verás cuando se entere papá y vea lo que hace en su ausencia. A ver si tiene ahora huevos para negarlo.

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