Puedo hacerlo

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Consigo deshacerme de Madison y Jack y encuentro a Mikey sentado en una mesa, mirando como Brook intenta pegarse una cuchara en la nariz

-¿Interrumpo? -pregunto, divertida, sentándome al lado de Mikey.

-Para nada... Mierda. -Brooklyn recoge la cuchara, que ha caído encima de la mesa.

Laia estalla en una carcajada y le da unas palmaditas en la cabeza a su... no tengo muy claro que son exactamente.

-No soy un perro. -dice Brook, mirándola, un poco molesto.

-Claro que sí. -ella le coge los mofletes y le sonríe. -Eres mi cachorrito.

Entonces los dos se sonrojan, de repente. Brook carraspea y Laia desvía la vista, en un intento de disimular su turbación.

-¿Hay algo que queráis contarnos? -les pregunta Mikey arqueando las cejas.

Los dos niegan con la cabeza y bajan la vista, incómodos, pero tanto Mikey como yo vemos cómo Brooklyn le coge la mano a Laia por debajo de la mesa.

*Flashback de Brooklyn*
(Hace una semana)

Voy a hacerlo.

Llevo pensando en ello desde hace más tiempo del que soy capaz de recordar.

Bueno, en realidad sé el momento concreto en el que decidí tomar esta decisión, pero me falta el coraje para hacerlo.

-Las posibilidades de éxito son muy limitadas ahora mismo.

-¿Qué? -susurra Laia, mirándome como si acabara de gritar "Fuego" en medio de un lugar lleno de gente.

He vuelto a pensar en voz alta.

-Eres un estúpido, Brooklyn, un completo... -Mierda. Lo he vuelto a hacer.

Garabateo algo en mi cuaderno y finjo prestar atención a la explicación sobre literatura renacentista para que Laia deje de mirarme.

Nunca soy capaz de pensar con claridad cuando la tengo cerca. Ella parece tenerlo toda tan claro que sé que cuando me rechace será como si me diera de bofetadas.

Sé de lo que hablo, esa chica tiene un giro de muñeca increíble.
En el mejor y en el peor de los sentidos.

Cojo aire. En cuanto termine la clase se lo diré. Será rápido, indoloro.

Puedo hacerlo.

...................

No puedo hacerlo.

El timbre acaba de sonar y yo sigo sin encontrar las palabras adecuadas.

Todo suena demasiado perfecto en mi cabeza, pero estoy seguro de que cuando hable mi boca irá varios kilómetros por delante de mi cerebro.

-Laia, ¿podemos hablar?

-Claro. -me coge la mano, como si nada, conduciéndome a una esquina.

Me rasco la cabeza, nervioso. He olvidado lo que se suponía que tenía que decir.

-M-mira, y-yo... -empiezo a tartamudear y entro en pánico. -T-te...

-Eres un imbécil Brooklyn David Avraam Wyatt-Gibson.

¿Qué?

Entonces me agarra por el cuello de la camisa y pega sus labios a los míos. Abro mucho los ojos, sorprendido al principio, pero finalmente me dejo de llevar. 

Sus labios son suaves y se mueven despacio, mientras yo me abro camino con la lengua para explorar el interior de su boca.

Cuando nos separamos apoyo mi frente contra la suya y suelto un suspiro.

-¿Qué acaba de pasar? -pregunto sin poder creérmelo todavía.

-¿Necesitas que te lo explique? -se la dibuja una sonrisa divertida en el rostro que me hace querer besarla una y otra vez.

-No. -le aparto un mechón castaño de la cara y acaricio su mejilla, ligeramente sonrojada. -Pero no me importaría volver a repetirlo.

Cierro los ojos mientras nos besamos, riéndome de mi mismo y de mi estupidez.

*Fin del flashback*



No confíes en mí (Fanfic Road Trip)Where stories live. Discover now