Capitulo 1

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El sol se filtraba por las enormes puertas de roble del castillo abiertas de par en par; median más de tres metros y estaban llenas de grabados e inscripciones en lenguas antiguas y peligrosas, maldiciones puestas ahí para atemorizar a quien osara atravesarlas con malas intenciones, si es que las colosales estructuras le hacían desistir de ellas.

Con un metro ochenta y cinco y el cuerpo de un guerrero , incluso Acnologia se sintió empequeñecido y gruño internamente al darse cuenta de que se había encogido sobre sí mismo al avanzar pesadamente sobre la alfombra.

Está era de un color rojo brillante, se extendía por todo el pasillo y desaparecía trazando una “L” al dar vuelta en una esquina a la izquierda, tragándose los pasos. Acnologia estuvo tentado de girarse sobre sus pies y alejarse volando por donde había venido más, sabía que sería imposible y, en este caso peligroso huir. Ya había desairado en suficientes ocasiones al concejo y si algo había aprendido a lo largo de los años es que nunca debía hacer enojar a ninguna hembra, las hembras eran rencorosas, extremadamente vanidosas y nunca olvidaban ni perdonaban fácilmente.

Enderezando la espalda inhalo fuerte e hincho el pecho, no se había molestado en vestir para la ocasión, ropa nueva: la capa negra ondeaba alrededor de sus muslos , sin camisa y unos pantalones oscuros mostrando sus pies descalzos , no le importaba el hecho de ir ante la realeza luciendo como vagabundo... Despues de todo esa no era su verdadera forma...
Eso debía bastar si contaba con su buena apariencia: ojos verdes y penetrantes, que podían oscurecerse en un parpadeo cuando eran domados por la ira o la pasión, pelo azul oscuro  que le cubría toda la espalda al dejarlo caer desordenadamente, una piel  bronceada por el beso del sol y un cuerpo tonificado gracias a los entrenamientos y la lucha constante...

Acnologia se sabía guapo, y aunque su personalidad podría ser una mierda nunca le hicieron falta conquistas, convendría contar con el montón de hembras que componían la junta....

Resoplando por la nariz dio la vuelta en la esquina y un trozo más de alfombra apareció. El pelinegro frunció el entrecejo al mirar la gran puerta de oro abierta y estiro el cuello a la espera de captar una mirada del interior...

Podía olerlos, a cada una de ellas y por sobre todo a su padre, el olor a pino y especias tan familiar lo puso alerta...

Cinco hembras, ninguna en celo…

El ceño fruncido se intensifico hasta el punto de que sus cejas casi podían besarse.
Extraño...

El concejo solo hacia uso de su poder cuando se requería emparejar y engendrar a los dragones más jóvenes...

Él mismo sabia que los últimos 100 años le habían estado buscando solo para ello. Sin embargo, Acnologia no tenía ningún deseo de encontrar a su “alma gemela”, siempre había disfrutado de su soledad y era demasiado egoísta; no anhelaba dar absolutamente nada de sí mismo ni ceder a ninguna demanda que no consideraba necesaria o lógica....

Usualmente solo tomaba lo que quería y se iba, en eso su padre y él mismo se parecían incuestionablemente, sin contar el cabello oscuro y el tono de piel, la similitud de carácter creaba un profundo sentimiento de desazón en él...
La soledad era más común en cada uno de los individuos de su raza. Los dragones preferían vivir por su parte que en manadas. Se encontraban perfectamente a gusto sin compartir sus tesoros ni sus cuevas; cosa que los había vuelto en ocasiones vulnerables, aunado al hecho de que la mayoría de los seres terrestres les temían, incapaces de hacerles frente. Todos salvo los seres humanos, esos pequeños bichos molestos que no hacían otra cosa que multiplicarse y atacar...

Antiguas leyendas decían que estos eran descendientes de los dragones, más al ser seres imperfectos solo se habían aferrado a la emoción más básica de los grandes reptiles: la codicia.

El Apocalipsis Y Las Estrellas~ (AU Fairy Tail Acnologia X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora