Capítulo 7: El Zoológico (Parte I)

48 5 1
                                    

Ángela: Tienes que llamarme y contarme todo!

Robert: No recuerdo mucho luego de la tercera lata.

Ángela: Dile a Kamilah que te cuente que hiciste

Jajajaja y me cuentas

Robert: Eso te encantaría verdad?

Ángela: Sí!

Mucho XD

Aunque la verdad quería que tu primera borrachera fuera conmigo.

Robert: Lo siento cariño, la curiosidad y la presión social.

Ángela: Sí claro

Pobre Mr. Víctima

Robert: Jaja

Shhh

Te dejo

Tengo mucha migraña y no aguanto el brillo de la pantalla

Ángela: Jaja claro cariño, yo igual debo estudiar y salir a comprar comida para Salem

Robert: Te quiero

Bye

Ángela: Yo más

No recordaba casi nada de lo que hice anoche, solo tenía en mi memoria el rostro de Kamilah muy cerca de mí, y deseaba por todo los dioses habidos y por haber que no lo haya arruinado una vez más con Kamilah. Mi cabeza daba vueltas, tenía pesado todo mi cuerpo, y la migraña era casi insoportable. no podía ver siquiera la luz de mi teléfono, las cortinas de los grandes ventanales que veían a la playa estaban aún cerrados, al parecer era el primero en levantarme. Recuerdo como buscaba alguien cerca de mí para saber si no estaba en el año 300 cristos bajo 0, en la gran cama solo estaba Niles durmiendo mientras bebeaba el cojín de seda.

Como pude sostuve mi teléfono y activé el controlador por voz.

—Hola Robert —dijo la asistente virtual.

—¿Qué hora es?

—Son las nueve de la mañana, con veintitrés minutos —«Y el cadáver del minuto que pasó...» reí conmigo mismo.

—¿Cuál es el tiempo para hoy?

—El clima para hoy es soleado con posibilidad de lluvia en la tarde, la temperatura máxima es de veintiocho grados al mediodía y la temperatura mínima es de dieciocho grados a partir de las veintitrés horas.

—Notificaciones pendientes.

—No hay notificaciones pendientes.

—Desactivar asistente de voz.

—Que tenga un feliz día señor —inmediatamente de eso se apagó con el típico sonido.j

Trate de levantarme buscando el teléfono para pedir el desayuno, al parecer mi estómago desechó todo esa noche, entonces me di cuenta que estábamos en la habitación de Fátima, como pude llegué hasta el teléfono que estaba en la mesa de noche y llamé a servicio al cuarto.

Conexión. [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora