Casada con mi Enemigo

Capitulo 12

ALEXANDER

Estuve toda la mañana trabajando en mi oficina, los lunes siempre son un caos. Había logrado calmarme después del episodio de la mañana con Anna. Ella insiste en desafiarme y me enfrenta como si yo fuera cualquiera de los empleados, pero que le quede claro que acá soy el jefe y nadie me pasa por encima, menos una nena mimada que lo único que hizo en su vida es escribir novelas sosas y aburridas.

-Me queres explicar que mierda es esto.- Jennifer entró hecha una furia ¿Cuál será su gran problema ahora? Se paró delante de mi escritorio y me mostró la pantalla de su celular:

"EL ROMANCE DEL AÑO"

El amor llegó a la revista "BellaDonna" y tocó el corazón del hombre menos pensado: Alexander Gabbanna. El joven de 26 años, actual presidente de la empresa, estaría viviendo un romance nada menos que con la hija de sus socios, Anna Sabatello.

La joven pareja se conoció hace apenas una semana y la conexión había sido instantánea. Rumores afirman que estarían muy enamorados, y fuentes cercanas ya hablan de posible matrimonio.

No podía creer lo que leía ¿Cómo es que los medios se habían enterado si nadie más que nosotros lo sabía? Nunca pensé que esto pudiera explotar tan rápido, supuse que tendría más tiempo para hablar con Anna y ponernos de acuerdo ¡Mierda! Todo esto se estaba descontrolando.

-¿Me vas a contestar? Me dijiste que esa chica no era nadie... pero ahora resulta que es el gran amor de tu vida ¿A qué estás jugando Alexander?- seguía gritando como si tuviera algún derecho. Ya estoy demasiado nervioso con todo esto para que venga esta perra a querer explicaciones que no le corresponden.

-¿Por qué venís acá a cuestionarme como si tuvieras derecho a estar ofendida?- le dije mientras me servía un vaso de wiski, necesitaba calmarme.- Ya te dije un millón de veces que no me gusta que me jodan y siempre terminas haciendo lo mismo. Este tema no te incumbe asique te voy a pedir que te vayas.- mi tono fue lo más conciliador que pude, no quería armar un escándalo para que alguien lo escuche.

-¿Estás enamorado de ella? ¿Vas a casarte?- ¿Por qué no para de hacerme preguntas? Estoy a punto de romper todo por lo mucho que me enfurece todo esto.

-Dejá de decir estupideces Jennifer, me conoces bien, yo no me enamoro de nadie. Te estoy pidiendo que me dejes solo y seguís acá molestándome con tus estúpidas inseguridades que no me interesan porque tengo muchos problemas que resolver.- le levanté la voz, me tiene harto con toda esta mierda.

-¿Mis inseguridades? No te confundas conmigo Alexander, porque así como todos celebran que tenes algo con esa idiota yo puedo hacer que todo se caiga en un segundo contando muchas cosas.- Ese comentario me hizo perder la poca paciencia que me quedaba con ella.

La tomé del brazo con fuerza y la mire a los ojos.- Vos abrís la boca y te aseguro que te vas arrepentir Jennifer, conmigo no juegues.- la solté para buscar mi vaso y tomar un buen trago. Ella me miraba completamente furiosa pero me importa un carajo, ahora en lo único que puedo pensar es como seguir con todo esto.

-Más te vale que mantengas a esa estúpida lejos de mi vista sino queres enviudar antes de casarte.- una sonrisa perversa se formó en su rostro. - Te lo advierto Alexander, vos no me conoces ni tenes idea de lo que soy capaz. - y se fue pegando un portazo.

La ira se apoderó de todo mi cuerpo, si fuera por mí mandaría todo a la mierda. Mi mano empezó a arder y cuando la mire estaba completamente ensangrentada, había roto el vaso y este me cortó. Entonces ya no pude más, de un momento a otro tiré todo lo que estaba encima de mi escritorio. Necesitaba descargar, ya demasiado con todo lo que tenía que aguantar de mis padres y su idea de casarme para también tener que preocuparme de los celos de Jennifer.