La noche del traslado Odette Alger se despertó inquieta, agitada por un fuerte ataque de tos. Por suerte, sus compañera de cuarto tenían miedo a la oscuridad y siempre dormían con una pequeña luz iluminando ligeramente la estancia; por lo que pudo coger sin problema el vaso de agua en la mesilla de noche y refrescar la irritada garganta. Miró hacia la jaula del señor Blanco y vio que estaba vacía, con la puerta abierta: su mascota se había escapado. Dejó el vaso y mientras las otras niñas dormían, se puso las zapatillas, la túnica y la bufanda. El doctor Draco (al que ahora tenía que llamar profesor Draco) le había dicho que no saliese sin abrigarse bien. Iba a buscar a Scorpius Malfoy, su mejor amigo. Seguro que él la ayudaría a encontrar a su querido conejo.
—Lumos —susurró con decisión nada más salir de la habitación. Su nuevo dormitorio estaba en la casa Slytherin; era un lugar más oscuro y tenebroso que la torre de Ravenclaw y tenía menos libros en la sala común, preferiría haberse quedado en la casa de los córvidos. Caminó por los pasillos del ala de chicas, bajó a la sala común y subió la escalera que daba a los cuartos de los niños. Ni un solo sonido del exterior traspasaba las gruesas paredes de piedra del antiguo castillo, todo estaba en completo silencio.
—Una, dos, tres puertas, a la derecha —contó en voz muy bajita. Intentó no hacer ruido al entrar de puntillas en el dormitorio.
—¿Scorpius? —susurró mientras tapaba la punta de la varita con la mano para atenuar la intensidad de la luz.
Richard Grayson, el compañero de cuarto de Scorpius, se levantó de cama al instante.
—¿Quién eres? —preguntó a la intrusa.
—Soy Odette Alger.
—Eres una chica, no puedes estar aquí.
—Es que el señor Blanco se escapó otra vez y Scorpius siempre lo encuentra antes que nadie — explicó.
—¿Quién?
Scorpius se despertó con el ruido de las voces.
—Odette, es muy tarde y te va a coger el frío. Mejor lo buscamos mañana —propuso preocupado por su amiga.
—No, porque esto no es como en casa, aquí hay bichos y fantasmas. Seguro que está asustado y solo. Muchos niños tienen animales malos y se lo van a comer.
—Claro que no, ¿cómo se lo van a comer? Todos tienen bien alimentados a sus bichos —Scorpius se calzó, cogió la varita y se puso la capa de Slytherin—. Venga, vamos a encontrarlo. Seguro que no ha salido de la casa.
Odette sonrió de inmediato y Richard imitó a su compañero, cubriéndose con su uniforme de Hufflepuff.
—Os acompaño. Me llamo Dick. ¿Quién es el señor Blanco?
—Mi conejo.
—¿Es el primer día y ya sabes hacer hechizos? Hala... —observó tocando con admiración la varita de Odette.
—Es que mis padres son magos y me enseñaron.
—Pero la directora dice que tenemos prohibido hacer magia fuera del cole.
—Eso es desde que entras en él, antes nadie nos controla. ¿Y tus padres?
Richard salió del cuarto sin contestar.
—Dick, tu varita —señaló Malfoy.
—¿Para qué si no puedo conjurar nada? Hasta que nos den clases de hechizos... —contestó.
Los niños buscaron en todos los recovecos del ala de los chicos sin encontrar al señor Blanco. Bajaron a la sala común y vieron con disgusto que la puerta de entrada a la Casa Slytherin estaba abierta. Odette se acercó a ella.
ESTÁS LEYENDO
El profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
FanficTras unos años ejerciendo como medimago en San Mungo, Draco Malfoy ingresa en Hogwarts como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, el mismo curso en el que su hijo Scorpius empieza en la escuela.