Esa misma tarde los niños se trasladaron a Hufflepuff junto con Christian Nott y Charlotte Cumberbatch. Christian agradeció estar cerca de su hermana y Charlotte se sintió muy feliz de regresar a su casa. Nigela Bulstrode estuvo encantada de volver a Slytherin y prometió moderar sus comentarios dentro de la escuela. Durante la mudanza, Draco, que nunca había mostrado ningún interés por la casa del Tejón, encontró la sala común, de forma oval, muy acogedora. Estaba decorada en tonos ocre y la luz se colaba desde unos ventanucos en lo alto de la habitación. Desde ellos colgaban floridas enredaderas que aportaban alegría y color. Había numerosas mesas de madera y sillones tapizados en negro y dorado, de formas circulares. La sala tenía varias enormes chimeneas que daban calidez desde unos muros. cubiertos de estanterías rebosantes de libros y juegos, tanto muggles como mágicos, algo que no sucedía en el resto de casas. Scorpius, tan pronto como Holly le dio el alta, se unió a Dick y a Odette para probar juegos de mesa que Charlotte les explicaba. Cuando Draco abandonó Hufflepuff, el ambiente no podía ser más apacible.
Dos semanas muy tranquilas siguieron a todos los cambios en Hogwarts y el jefe de la Casa Slytherin al fin pudo dedicar tiempo a corregir las redacciones que había encargado a los alumnos el primer día: «Narra el mayor suceso mágico que hayas presenciado». Acompañado de té y golosinas, repasó con atención los escritos de los alumnos. Tal y como temía, la mayor parte hablaban de hechizos menores, algún duelo mágico y un partido aburrido de quidditch. Nada interesante hasta que llegó a la redacción de Jake Chambers.
«El profesor Firenze y la profesora Trelawney dicen que no estoy loco, que tengo el don de la adivinación. Lo que no entienden es que mi poder está roto, que yo estoy roto, partido entre mil presagios a la vez. Estoy maldito; en esta vida no hay paz para mí, no la hay porque estos son mis sueños:
El centauro es la verdad.
Firenze es la verdad.
El Renacido es la verdad.
Las Sombras que nos acechan son la verdad.
El Renacido y las Sombras están casados. Esa es la verdad.
Hogwarts es la verdad.
La Sección Prohibida de la biblioteca es la verdad.
Penetramos bajo las mazmorras, y esa es la verdad.
Había fantasmas bajo las mazmorras. Esa es la verdad.
Uno de ellos sonreía mientras jugaba con el futuro de unos niños a los que no amaba. Esa es la verdad.
Firenze me dejó morir. Esa es la verdad.
Todavía lo quiero.
Esa es la verdad.»
Draco miró la redacción sin saber muy bien cómo reaccionar.
«¿Qué le pasa a este chico? Tengo que hablar con él ahora mismo, seguro que Flora sabe cómo localizarlo. ¿Por qué siempre sabe dónde está cada alumno?»
Consiguió encontrar a la elfa doméstica cerca de los invernaderos y, cuando preguntó por Jake, esta lo miró con tristeza.
—Jake Chambers... Ha tenido un ataque en la torre de Astronomía. La profesora Trelawney lo ha llevado a la enfermería.
—Gracias, Flora. Voy hacia allí.
«¿Que sé de este alumno? Está en cuarto, Hufflepuff, muy unido a varios de sus compañeros, buen estudiante a pesar de que enferma a menudo. Su madre es muggle y su padre es un mago que trabaja en el Ministerio como especialista en relaciones con ellos. Hijo único. Todo parece normal. Debería haber leído antes las redacciones, podría haber trabajado más horas», pensó bajo el peso del fracaso en el desempeño de sus responsabilidades.
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El profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
FanfictionTras unos años ejerciendo como medimago en San Mungo, Draco Malfoy ingresa en Hogwarts como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, el mismo curso en el que su hijo Scorpius empieza en la escuela.