Dick, Odette y Scorpius pasaban la tarde en el cuarto de los niños inmersos en la investigación sobre fantasmas cuando una llamada a su puerta los interrumpió. Se miraron asustados y escondieron con rapidez el material más sensible debajo de las camas.
—¿Se puede? —preguntó la voz de Cumberbatch desde el pasillo.
—Sí, pasa —contestó Dick.
La prefecta de Hufflepuff entró en la habitación y echó una ojeada alrededor.
—¿Qué hacéis? —inquirió.
—¡Nada! —exclamaron los tres a la vez, lo que provocó una sonora carcajada en Charlotte.
—Ni yo miento tan mal como vosotros. Venga, a la nueva sala común del colegio: órdenes de la directora.
—No, Charlotte, estamos mejor aquí, deja que nos quedemos —pidió Scorpius.
—Es que en la sala común de Gran Comedor hay muchas corrientes y no me sientan bien —argumentó Odette—, Dick y Scorpius se quedan conmigo porque Rose, Thea y Melissa están en el biblioteca.
—Si es por eso, podéis quedaros, pero solo por hoy. Haremos algo con esas corrientes —contestó Cumberbatch—. Y no salgáis a merodear por los pasillos.
—Aquí tenemos todo lo que necesitamos —dijo Dick señalando un montón de juegos, libros y dulces.
La prefecta se marchó al fin pero los niños esperaron unos minutos por si volvía.
—Jolín, ¡qué manía de ser tan responsable tiene! Desde que Thea no se cae a todas horas tiene demasiado tiempo libre. Nigela es prefecta de Slytherin y pasa de nosotros —refunfuñó Odette.
—Eso es porque vamos con Dick y es hijo de muggles —puntualizó Scorpius.
—Bueno, ahora no toca hablar de mis problemas, toca ocuparse de los tuyos —contestó Dick mientras miraba a su amigo con los ojos entrecerrados.
Odette sacó los libros de debajo de la cama y los puso en medio de los tres.
—Todos estos rituales son una guarrada, ¡normal que tengas pesadillas, Scorpius! ¿Falange derecha del muerto? ¿Pelos de la víctima? Y aquí dice que una de las formas de devolver a un fantasma al velo es matar al huésped.
—Trabajar con espíritus es asqueroso y por eso hay tan pocos libros sobre el tema —sentenció Dick.
—Dejad de quejaros, tenemos que encontrar una solución —se impuso Scorpius—. Al menos tenemos los libros.
—Es que los hechizos que traen son muy difíciles —protestó su amiga—. ¿Desde cuándo tienes tanta iniciativa?
—Desde que hay una cosa dentro de mí que quiero quitarme ya.
—¿Y si probamos el de Dormir espíritu? —propuso Dick—. Así hacemos tiempo y estudiamos el resto. Lo que pasa es que es muy complicado. Ojalá hubiese una nana mágica para fantasmas.
—Eso es una tontería, ni que Scorpius fuese el protagonista de La veela durmiente —contestó Odette.
—No es ninguna tontería, seguro que si conjuras con palabras de algo que conoces mucho, como una nana, el efecto es mejor —expuso.
—Lees demasiados libros de fantasía muggle —se quejó la niña con desdén.
—Y a ti no te gustan porque no tienes imaginación —dijo el Hufflepuff algo molesto.
—O lo que pasa es que como soy una criatura mágica, no tengo que inventar cuentos sobre ellas.
—Parad los dos —intervino Scorpius por segunda vez—. Intento librarme de un fantasma que está en mi cuerpo, me vale que se duerma y no verlo en una temporada. Vamos a trabajar.
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El profesor de Defensa contra las Artes Oscuras.
Fiksi PenggemarTras unos años ejerciendo como medimago en San Mungo, Draco Malfoy ingresa en Hogwarts como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, el mismo curso en el que su hijo Scorpius empieza en la escuela.