Esta historia trata de una chica, que va de vacaciones a Irlanda. La cosa es que esa chica soy yo, y este relato no trata de un simple viaje, sino que trata de mi viaje.
Podría decir que todo empezó hace tiempo, en realidad, desde pequeña siempre he soñado ir allí, sin embargo, el hecho de que ahora este en el auropuerto, esperando el avión, no fue por eso.
Principios de año, ¿en enero?, o ¿fue en febrero?; ya ni me acuerdo. Estábamos mis padres, mi hermana, el novio de mi hermana y yo, en un restaurante. Se comía bien, la verdad, quizás el pollo sin aquel gustito que le da mi madre pero no quiero salirme del tema. Pues ese día, esperando el postre, fue algo así como algo espontáneo, me salió solo, como quien tiene una idea y va corriendo a escribirla o cualquier cosa, el problema es que cuando estás ya con el papel en la mano, se te han ocurrido miles de ideas de decir esa frase y cuando la escribes, ya no es como la había pensado en un principio, sino una versión un poco más retorcida y no queda tan fántástica como deseabas. En fin, que fue algo así:
-Mamá, quiero ir a Irlanda.
Exactamente, no sé si se lo dije como un hecho que tiene que ocurrir sí o sí, o un poco menos afirmativo como:
-Mamá, me gustaria ir a Irlanda.
Supongo que el hecho de decirlo de una manera o de otra cambia un poco las cosas, sin embargo empezamos a hablar y hablar. Quería ir a vivir con una famía, nada de intercambio, clases por la mañana en un instituto y por la tarde en casa con los nativos. La pega que tiene, sobretodo viviendo en España, es que tanto los irlandeses como los ingleses y supongo que otros países más, las tiendas cierran temprano, y aquí, acostumbrada a la fiesta, a quedarme por la calle hasta tarde y demás, supongo que va a ser un poco raro, aunque solo hace falta acostumbrarse.
Desde ese momento, mi madre contactó con un amigo que organizaba viajes para estudiantes y lo fuimos preparando todo, con los nervios a flor de piel y el corazón cada vez más acelerado.
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Viajar para experimentar
Teen FictionEsta historia no va más allá de la realidad. Sí, mi realidad, porque voy a contar cada una de mis aventuras en un nuevo país, con nuevas personas, nuevos lugares antes nunca vistos (por mi, obviamente) y nuevas experiencias. Una chica de catorce año...