¿Cuantas veces no han leido en los asientos de las micros un sin numero de obsenidades y cosas sin sentido? ¿Será una coincidencia que justo ese dia el chofer de Suho se haya reportado enfermo y que no tuviese mas opcion el irse en el transporte pub...
No podia ser cierto, como podia ser posible que siendo uno de los herederos mas codiciados de todo Corea del Sur, el mas millorario he importante debia utilizar el transporte publico porque justo ese dia, ese dia en el que no podia faltar por un dichoso e importante examen al instituto, pero segun su padre debia saber lo que era la realidad de las personas que en un futuro trabajarian con él, eso y porque no tenia licencia de conducir, camino descargando su frustracion con una pequeña piedra que pateaba a cada paso hasta que llego a la dichosa parada.
Exactos cinco minutos debio esperar a un bus que segun sus conociemtos mecanicos debia estar ya en el cementerio de autobuses o en un centro de chatarra. Subio con desconfianza tomando asiento en la ultima corrida de asientos, queria llegar ya, le era incomodo oir las conversaciones ajenas y mas aun aquel olor a plastico quemado que emana aquella chatarra andante, a los minutos, su vista se posó en unos numeros que ya hacias en la parte trasera del asiento anterior, no era una persona que agregara numeros sin saber su origen pero el escrito bajo de él llamo mucho su atención.
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─Veamos quien eres Unicornio. ─Murmuro para si mismo dandole al enlace que daba de lleno al perfil del tal unicornio.
Estado: sonrie siempre, no sabes si mañana se te caera un diente.
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Sus parpados se ampliaron con asombro al ver a chico mas hermoso y por su estado divertido, no tenia nada de malo hablar con un completo desconocido, ¿O si?
