Ámame hermano (Gru x Dru)

Capítulo 6: Burla

Edith y Dru estaban ansiosos de que ya cayera en la broma el calvo pero les parecía eterno la plática que se tenían ambos adultos que estaban afuera.

—Tardan mucho —se quejó la rubia.

—Sé paciente, pronto caerá —río el mayor imaginando el gesto que pondría su hermano en caer en el sucio juego.

Margo y Agnes se acercaron a donde estaban escondidos los bromistas. Edith bufo al ver a su hermana mayor, sabía que si ella venía era porque tenía que evitar sus juegos.

—¿Qué creen que están haciendo? —pregunto la de lentes viendo a los dos pero en especial a la de gorra.

—Le estamos haciendo una broma a tu padre —responde Dru mostrando su sonrisa.

—¿Acaso no saben que Lucy también está fuera? —cuestiona la castaña—. ¿Y si la que le cae esa cubeta sea ella y no Gru?

—No molestes —murmuro la rubia cruzando de brazos y teniendo el ceño fruncido—, siempre arruinas la diversión.

—¿Disculpa? —se hace la ofendida—, creo que deberías controlarte.

—Niñas, no peleen por favor —dijo Dru tratando de calmar a sus sobrinas.

En eso se escucho la puerta abrirse y la cubeta cae haciendo su gracia. Agnes y Margo miraron y quedaron calladas, mientras que Dru y Edith salieron de su escondite y empezaron a burlarse creyendo que era Gru.

—¡Caíste! —exclamaron ambos aún riéndose y teniendo los ojos cerrados.

Luego miraron y su sonrisa cambio a una de asustados, Lucy estaba empapada por completo de agua y el balde le tapaba la cara. La mujer estaba inmóvil, con el rostro de seguro un tanto enojada. El calvo llega y le quita la cubeta a la de cabello naranja que ahora su peinado estaba todo desarreglado y se miraba triste.

—¡¿Quién lo hizo?! —pregunto Gru enojado y viendo quien se confesaría de su acto.

Todos estaban silenciados, Edith trago en seco y trato de hablar, ella fue la de aquella idea y no miro lo que podría suceder. Sin embargo no pudo ya que alguien hablo antes.

—Yo fui —dijo Dru dando un paso adelante y teniendo la mirada un poco baja.

El calvo lo miro, sus ojos expresaban muy bien lo que sentía en este momento. El rubio tembló y bajo su cabeza para no verlo.

—Ven conmigo, quiero hablar contigo. —Se fue caminando poniendo sus manos detrás de su espalda y su hermano lo seguía desde atrás.

El rubio miro de reojo a su sobrina quien estaba negándose y observándolo. Le despidió con la mano y le dedicó una cálida sonrisa, después volvió a centrar su vista en el camino en donde lo llevaba el gemelo para platicar en privado y cada vez su expresión se desvanecía transformando a una triste. Sabía que había metido la pata y sería regañado.