Capítulo IV

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- Entonces...Por eso no participaste en la guerra... - dijo el anciano mientras jugueteaba con uno de sus inventos.

- Sí - esquivaba y atacaba a las sombras - No era necesario. Era...Tontería - eliminé a dos de un giro.

Continuamos hablando durante un rato, hasta que me di cuenta de que alguien abrió la puerta. Era la chica. 

- ¡Buenas! Al fin despierta, señorita. Un placer verla - el viejo le dio un beso en la mano.

- ¡Ah! - una sombra estuvo a punto de darme, aunque seguí peleando.

- Lo mismo digo...¿Y usted es?

- Damien, y por favor, no me hables de usted, soy mayor pero no tanto.

- Lo siento - sonrió - Yo...Yo soy...Disculpa pero...No recuerdo mi nombre - puso una mano en su cabeza.

- ¡Mierda! - grité tras recibir un corte en el brazo, a lo que deshice a mis oponentes y los dos me miraron - ¿Qué pasa? ¿Nunca os habéis cortado? - tomé un pañuelo y limpié la sangre.

- Si...Pero viniendo de ti es extraño - comentó el hombre.

Damien y la chica siguieron conversando, yo, mientras tanto, me quité las cuchillas y la parte de arriba de la armadura. Subí un poco la máscara y sequé el sudor.

- No te sonrojes. Parece que ser sexy se le da bien - rió el viejo.

- ¿Qué? - se sorprendió la mujer.

- ¿Sabéis que os estoy escuchando verdad? - me quité la camisa.

Observé de reojo a la muchacha, miraba hacia abajo mientras apartaba un mechón de su pelo.

- Hiart - pronuncié con voz seria.

Volvieron a mirarme a la vez, pero con rostro confuso.

- A partir de ahora...Te llamaré así - puse mis ojos sobre la joven y salí de allí.

Pasaron las semanas y fui a la ciudad. Las casas, calles y alguna que otra tienda ya volvían a ser lo que eran. Casi no se notaban los rastros de la guerra. Recorría la zona transformado, intentando pasar desapercibido, hasta que, algo me atacó. Sentí dividirme en dos y rápidamente comencé a volver a mi forma humana. Pero fue extraño. No podía, notaba mi cuerpo aparecer y en menos de un segundo de nuevo era sombra, todo ello muy seguido. El golpe fue duro y me afectó bastante. Me alejé e intenté calmarme, entonces escuché unos pasos tras de mi.

- Zed...

Aquella voz...Tan conocida...Tan odiada...

- Shen...

- El golpe de la espada hizo que se separara en dos, tras ello, no es capaz de controlar su forma - anotó en una pequeña libreta.

- Hijo de...- me puse en posición de ataque - ¿Por qué?

- Lo siento Zed, pero hasta aquí llegaste. No puedo permitir que sigas existiendo - se lanzó a por mi.

En un reflejo, convertía en sombra las partes de mi cuerpo que intentaba atacar y el problema de antes me ayudaba, desaparecía rápidamente. Devolví sus ataques ayudado por un doble, por lo que el daño era bastante elevado. Después de pelear intensamente, Shen comenzaba a notarse cansado.

- ¿Ya está? ¿Has terminado? Que rápido ha sido.

- Igual que la existencia de tu Orden - dijo entre jadeos.

Aquellas palabras me dejaron paralizado. En cierto modo tenía razón, pero no podía dejar que dijera eso y no pagara por ello. Le lancé un shuriken, el cual quedó incrustado en su hombro.

- Todos...Murieron - intentó hablar - Los vi luchar, Zed...

- Cállate - grité.

- Ten por seguro, que no dejaré que formes una nueva Orden - desapareció.




Breathe (3º Temporada 'Y De Repente Tu) - League of Legends FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora