La luz entraba por la ventana y le daba en la cara a Lucia, eran las 8 de la mañana y ya era hora de despertarse, había pasado una mala noche de pesadillas, pesadillas que no la dejaron dormir lo suficiente, para el día que le esperaba por delante. A lo lejos escuchaba la voz de su madre.
-Lucia.... Lucia despiértate...- la madre desde la planta baja la llamaba sin parar.
-Ya voy mama!- le decía ella con una voz muy ronca, recién despierta. Se levanto se miro al espejo que tenía en su cuarto al lado de su cama, se vistió muy rápido y se peino, su pelo rubio, largo y suave, se lo recogió de forma muy natural con una goma del pelo. Bajo las escaleras de la casa y llego a la cocina donde la madre estaba desayunando.
-Vas a llegar tarde a tu nuevo trabajo - le recriminaba la madre a Lucia.
-No, mama tengo que estar allí a las 9, y aun me queda media hora - le decía a la madre dándole un beso en la mejilla y cogiendo una manzana, de una fuente en el centro de la mesa, donde la madre estaba sentada - me voy ya, luego te cuento que tal el día.
Tenían una relación muy estrecha se contaban todo lo que les pasaba y su madre era lo mejor que tenia, ya que a su padre no lo conoció. Su madre no le contaba mucho de él, solo sabía que había sacado el mismo carácter que él.
Salió de casa con los nervios de su primer día, mientras caminaba se le iban pasando. Su primer día de trabajo en una cafetería en el centro de la ciudad, donde transitaba mucha gente, el puesto se lo había conseguido una amiga. Necesitaba dinero ya que quería estudiar una carrera y había decidido tomarse ese año sabático. Al cruzar la calle allí estaba la cafetería con un cartel muy grande e iluminado: La esquina. Al entrar el encargado le dio el uniforme, le explico cómo hacer cafés, cosa que le parecía fácil, en un principio sin practicar, y hasta el quinto intento no le salió uno medio decente, se había puesto perdida con los primeros, pero su empeño en mejorar lo que hacía, valía la pena ya que no quería perder el trabajo el primer día.
Atendió a muchas mesas ese día, ya a última hora de su turno, había mejorado bastante, el encargado le decía que no perdiera la sonrisa, y que si tenía algún problema con algún cliente que se lo dijera, pero ese día no tuvo ninguno.
Habían pasado varias semanas, le iba muy bien en la cafetería, una mañana entraron tres chicas una de ellas morena con ojos oscuros y con una sonrisa muy bonita, se sentaron en una de las mesas que atendía Lucia.
-Buenos días, que desean tomar...- Lucia no perdía ojo de la morena, que no paro de mirarla desde que entro le había impactado sus ojos negros le imponían.
-Buenos días- la morena fue la primera en hablar se veía muy impulsiva- queríamos dos cafés solos y para mi un café con leche largo con dos sobres de azúcar, por favor.
-No quieren nada para comer...-Lucia les volvió a preguntar.
-A mí un cruasán con jamón y queso- le dijo una rubia bajita, y muy sonriente.
-Vale ya mismo estará listo- y se fue sonriendo Lucia, empezó preparando los cafés solos, ya se había convertido en una experta, en cuestión de semanas. Todo listo en la bandeja se lo llevo a la mesa,-aquí tenéis los cafés solos, el cruasán y cortado con dos azucarillos-le dijo
La morena se acerco a la barra:
-¿cuánto debo?- le dijo - es que tenemos prisa y no puedo esperar por la cuenta.-enseguida Lucia le preparo la cuenta se la dio, y le pago.-muchas gracias, estaba muy bueno el café, volveremos.-Lucia muy complacida le sonrió e hizo un ademan de agradecimiento.
Lucia quedaba hoy con su mejor amiga Virginia les encantaba ir a ver películas al cine de zombis, paranormales, al salir del trabajo estaba allí, esperándola en su moto, una Kawasaki, espectacular, de color rojo, le tendió el casco y le sonrió.
-hola Lucy-se conocían desde pequeña, habían estudiado juntas y tenían mucha complicidad- que tal el día?- siempre con una sonrisa muy amable.
-Bien Virgie hoy no ha habido mucho movimiento, es viernes. Por cierto hoy que película nos toca ver, me han dicho que hoy estrenan la última de resident evil.
-Pues vemos esa, me encanta esa saga, ya lo sabes Lucy.
Después de ver la película, se fueron a un bar a tomar unas copas y a bailar. En la pista se le presentaron varios chicos, se acercaban rozándose, con una sonrisa muy sutil y con la copa en la mano, a Lucia le hacía mucha gracia como le entraban.
-Oye me das tu número? - le dijo uno acercándose al oído, pegándose a ella. Ella solo pensaba como te crees que te voy a dar el numero sin preguntarme mi nombre... vaya forma de ligar de algunos... pero no le importaba lo que le dijera, solo quería pasarlo bien y no verlo más...
Sin decirle nada Lucia se acerco a él, y le dio un beso en los labios
-No te lo voy a dar-le dijo Lucia- solo quiero pasarlo bien.-muy directa y sin tapujos él le puso las manos en el culo y la apretó contra él.
Esa noche no hubo nada más que besos y leves tocamientos, eran las dos de la mañana y al día siguiente le tocaba trabajar busco a su amiga Virginia, hasta que la encontró sentada en la barra tomándose lo que le quedaba de la copa.
-Nos vamos, ya es muy tarde Virgie-le dijo Lucia y su amiga asintió con la cabeza, y se fueron en la moto. Lucia vivía a cien metros de su mejor amiga.
Llego al trabajo, y por la tarde volvió a ver otra vez a la morena que la había intrigado, esta vez sola..
-Hola que desea tomar?-le dijo Lucia sonriente.
-hola guapa me gustaría tomar un café con leche con dos azucarillos.
-Quiere algo mas para comer?-Lucia estaba un poco nerviosa pero no sabia el por qué.
-No, por ahora eso. Estoy esperando a mi novia.-al decir eso Lucia se sorprendió y dio media vuelta sin saber que decirle, no se esperaba esa respuesta, ni se imaginaba que la morena de ojos oscuros le gustaran las chicas. Cuando lo tuvo listo le llevo el café.
-Aquí tiene tu café con leche con los dos azucarillos- ya había llegado su novia bajita pelo castaño con unos ojos claros, y estaba frente a ella le dijo-hola quieres algo para tomar?
-No gracias ya mismo me voy-le dijo muy seca.- se veía tensión entre ellas, le dio la impresión que estaban discutiendo.
Siguió atendiendo a las otras mesas sin quitar ojo a la mesa de la morena, al rato vio a su novia irse y vio que no tenia mas café, aprovecho el momento y se acerco.
-Quieres algo más?-se fijo que tenía los ojos muy vidriosos y le pregunto-estas bien?
- Estoy bien, dime cuanto te debo- le dijo la morena sin mirarla y limpiándose una lagrima que le caía.
A Lucia le dio pena verla así.
-No debes nada, te invito yo-la morena la miro y le dedico una leve sonrisa.
-Ya te invitare a uno, otro día, gracias Lucia- al decirle su nombre se quedo de piedra.
-Como sabes mi nombre?.
-Si lo llevas en la chapa-le indico con el dedo, miro a donde le indicaba el dedo de la morena y se echaron a reír las dos.
-Ups, perdona es verdad que tonta.
-Bueno si te quedas tranquila, yo me llamo Verónica- se levanto y se fue.
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Lucia y Verónica
RomansaLucia una chica que no tiene claro lo que le gusta, conoce a Verónica muy clara en sus gustos e impulsiva. Le ofrece vivir una historia de amor, que no olvidará.