capitulo#1

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Aquella tarde; como de costumbre hojeaba revista y libro de mi interés. Tenia varios años viviendo con mi familia en una casa humilde, ubicada en un barrio de gente buena y de excelente sentir solía conversa con los muchacho mas destacados del sector. Nos reuníamos en tertulias a hablar de temas diversos, los más anotados eran de política y deporte. compartíamos en ocasiones tragos para hacer más placentero el momento.

Conversaba con los ancianos más connotados del pueblo. Siempre hay que aprende de ellos, y más de quienes ha vivido en carne propia los peligros, muchas veces jugándose la vida. Hablábamos de los pasos de los hombres sobre la tierra; unos de ellos me decía con regularidad "no espere de la vida más de lo que ella pueda darte". También me recordaba que el mundo era para los verdadero guerreros, quienes puedan luchar hasta consigo mismo.

Me desenvolvía con entusiasmo, haciendo deporte y gimnasia para poder rebajar unos kilos que me sobraban. Siempre trataba de resolver los problemas del barrio; principalmente aquellos de jóvenes rebeldes. Creó que Jesucristo vino a buscar los perdidos y hay que seguir su ejemplo.

Sin embargo aquella tarde no pude continuar mi tren de vida, al hojear un libro de esos que no pasan desapercibido, por la calidad huracanada que tiene cada una de sus lineas, encontré unos versos tallados de una forma brutal y salvaje que reflejaban angustia, dolor y desprecio por las elucubraciones malsanas de la vida.

Los releí varias veces, los versos eran de muchacho atormentado y traicionado. Las letras comenzaron a bailarme en los ojos, era una danza de ritmos desterrados no me permitía pensar con lucidez.

Los pensamiento tormentosos de aquellos años rebeldes se asomaron de nuevo a las ventanas de mi mente y me aturdian como droga al adicto. Me tire a la calle, caminé sin Norte y sin Sur,con las ansias golpeándome las dos sienes, mi alma y mi corazón parecían dos rameras que se desnudaban ante mis ojos. Volvían las preocupaciones de mis años mazos.

Fue como si hubiera tocado una tambora pegada a mi oídos y se repitiera en los lugares mas remotos de mi compasión humana.

Condenado A Vivir  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora