El hijo de la maestra || Jikook

OSCURO

CAPÍTULO QUINCE
Oscuro.

Incertidumbre, miedo y confusión. Todo se movía a su alrededor pero no lograba entender nada. Estaba desesperado por sacarse la maldita venda que le limitaba los sentidos, pues, no podía ver. Había algunos detalles que lo hacían sentirse más consciente que otros; estaba en un coche, atado. De alguna u otra manera esas dos cosas lo mantuvieron en la tierra, sabía lo que pasaba y pensaba que solo buscaba dinero. Eran casos muy vistos en la ciudad y, según Jimin, estaba siendo víctima de un vándalo flojo y sin futuro, que, después de recibir una cantidad "fuerte" de dinero lo dejaría ir.

Sin saberlo, Park estaba siendo secuestrado por quien, en el pasado, llegó a considerar su único y verdadero amor.

Jimin se mantenía inquieto en la cajuela, mientras que Yoongi, en el puesto de piloto, conducía torpemente sobre las calles en dirección a su hogar. Algo tonto considerando que Jimin conocía ese lugar de pies a cabeza. Pero no culpemos a Yoongi, iba sumamente drogado.

Gracias a la falta de delicadeza con la que manejaba Jimin golpeo se cuerpo varias veces dejándolo con dolor en piernas, cabeza y abdomen, coloreando su blanquecina piel con desagradables manchas púrpuras.

"Vamos Jimin, no te quedes dormido" Se repetía a si mismo.

El carro frenó repentinamente. Pasaron algunos minutos más, en los que Yoongi aprovecho para comprar algunas bebidas y cigarrillos, mientras que Jimin rezaba a todos los dioses que conocía para que le ayudasen a salir de esa situación.

El frío golpeó el cuerpo de Jimin, la cajuela había sido abierta, cosa que le erizó la piel. Unas manos se pasearon por su cuerpo y poco a poco Park sintió como su labio inferior comenzaba a temblar, su respiración era irregular y sus ojos comenzaban a sentir ese escozor que él ya conocía bien. Repentinamente, el hombre se alejo y todo quedo en completo silencio.

— Yo... te quería — Ahí fue cuando Jimin supo de quien se trataba.

••• 

— ¡Fue increíble Tae!

Jungkook yacía en su cama, con el teléfono en mano y los ojos cerrados, recordando su salida con Jimin, claro, el recuerdo de el supermercado seguía presente, pero ya no le encogía el corazón pensar en eso, pues Jimin se había encargado de calmarlo y hacerle entender que pasara lo que pasara los dos estarían juntos.

— Mira, se que no siempre soy así pero... Hoy me toca ser el pesimista — JK frunció el ceño y escuchó con más atención — Hace poco el tipo te dejó plantado por... ¡Por sepa Dios que! Y ahora viene y te pinta hasta el culo de ilusiones — Taehyung suspiró desde la otra línea — No me da buena espina Kookie.