De mariachis a media noche [Yoonmin OS]

Parte única.

Advertencia: Algunos modismos mexicanos.

Dedicada a yxxngi_thx ❤️

Yoongi sentía su cabeza dar vueltas. Las suficientes para tambalear a cada paso que daba y sentir el piso temblar bajo él. Su mirada parecía enfocarse en lo que era el final de la carretera, mientras su cabeza andaba en otras, pensando en aquel chico rubio que le sacaba el aliento. El único responsable y la razón de que Min Yoongi se encuentre en ese estado de ebriedad absoluta.

Se sienta en el pavimento, ya lo suficiente cansado para continuar, extrañando a Jimin, su cama, su Jimin, su cama y su Jimin. Quería llegar a su hogar, pero ni podía cargar con su propio peso. Ya lo daba por perdido.

El sonido de una guitarra lo hace levantar la cabeza inmediatamente, sus ojos de forma gatuna concentrándose en el local de en frente que no había notado antes, con un gran cartel colorido y luces neón adornando este.

-Caray hombre, ¿por qué tan triste?

Lo primero que captó la atención de Yoongi al alzar la mirada, fue un bonito sombrero de mariachi adornando la cabeza del hombre que, además de mirarlo confundido, le regalaba una sonrisa divertida, al parecer deduciendo que estaba bajo los efectos del alcohol. Pero no hay mucho que pueda responder Yoongi, no cuando cualquier recuerdo de Jimin invadía su mente y lo hacía actuar de forma tan débil. Y quizás, solo quizás, necesita desahogarse con alguien.

-¿Qué haces cuando tu pareja se enoja?

Creyó haber visto el rostro del señor iluminarse por su pregunta.

🌷

Jimin mira el reloj de reojo, un poco preocupado, tratando de cortar simétricamente la carne para hallar distracción, pero ni el programa de cocina que aparece en la pantalla lo saca de su pequeño mundo. Un mundo donde Min Yoongi no había dado señales de vida desde el día de ayer, después de la pequeña discusión que tuvieron.

Jimin a veces no controlaba ese fuerte carácter que llevaba escondido, así como el impulso a hacer cualquier tontería. Y oh, ni hablar de Yoongi, era una bomba por explotar cada vez que se enojaba. Lamentablemente no contaba con una paciencia nata como la que poseía Jimin y si alguno de los dos no cedía, se desataba un intercambio de palabras que haría temblar a cualquier persona que los escuchara. Jimin solo puede agradecer que eso casi nunca sucediera y ambos llevaran una relación dentro de lo que se podría llamar "normal".

Pero lo del día de ayer si que había dejado un gran vacío en su pecho, porque por más que todo se inclinaba a que nada malo sucedía y no era más que otra discusión del montón, el rubio le tomaba tanta importancia porque se trata de su novio, de su gruñón hyung al que amaba demasiado. Tanto así que una pequeñez como aquella podía causar ese remolino de preocupación dentro de él sin necesitar tanto peso de conciencia.