Just a Little Girl - Foxangle ||Pausada||

Just a Little Girl

Mis parpados se sienten pesados, como si no se hubiesen abierto por mucho tiempo, ¿Que ocurrió?, No lo recuerdo, ¿Que paso conmigo?.

- Al fin despiertas, Amigo... - Esa voz se me hace familiar, pero no se quien es el dueño de aquella...

- ¡No te acerques! - Exclame llevándome las manos a la cabeza y apretando con fuerza mi cabello de forma que mis nudillos empezaron a doler.

- ¿Te encuentra-...? -

- ¡Aléjate!, ¡No me toques...!

Y así comenzó mi historia. De nuevo.

Mis trastornos mentales cada día me atormentaban mas y no sabia controlarlo. El hecho de que "Ellos" me llamaran de aquellas formas simplemente me quebraba por dentro.

- Cobarde -

Basta.

- Inservible -

Deténganse.

- Solo desaparece -

!Ya cállense¡.

- Haz caer el aquel liquido carmesí sobre el suelo... -

Si. Eso es. Lo haré.

Deje de lado mis pensamientos y solo escuchaba las voces que me atormentaban y guiaban el cuchillo en mi mano derecha a cualquier parte de mi piel.

Así continuo, solo deseaba terminar con todo.

- ¿Eh...?, ¿Donde estoy? - Susurro para mi mismo al verme en una habitacion blanca y vacía...

- Hola, Amigo... - Dijo aquel muchacho que extrañamente me miraba sonriente

No.

No te acerques.

Déjame en paz.

Aquellas voces iniciaron de nuevo, dejándome con la cordura casi nula.

- F-Foxy... !¿Porque haces esto?¡ - Exclamo aquel chico en el suelo con una leve herida que me vi obligado a hacerle.

Otra vez. La habitacion vacía y blanca como una hoja de papel.

Todo era oscuridad.

Pensar en eso me aterra.

Pero lo hago. Las lagrimas me hacen la vista borrosa y poco a poco aquellas saladas gotas bajan hasta dejar húmedas mis mejillas, para luego caer al suelo.

- Vaya idiota. -

Aquella voz era la que mas me aterraba, la que causaba mi insomnio... Aquella que me trastornaba y me rompía.

Entonces decidí... Debía escapar de este lugar, mi trastorno me trajo hasta aquí... y por poco termino como si fuese una persona incapaz de levantarse cuando se tropieza.

La alarma suena.

Mi corazón se acelera.

Mi respiración se entrecorta.

Solo se escucha el sonido de mis pasos.

Después de haberme refugiado por un tiempo me encontró aquel muchacho que confeso ser mi hermano. Por supuesto, no lo conocía, y de haber sido así no lo recordaría.

- Vamos, No te dejare aquí... - Dijo tomando mi brazo mientras mis ojos solo apuntaban a la cicatriz en su mejilla y una pequeña venda en la parte superior de su cuello.