53 2 1
                                    

Un placer inmenso inundaba la realidad del muchacho, en quien jamás había suscitado semejante impresión el acto simple y sincero de tomarse las manos.

Taehyung flotaba, y se dejaba mover a gusto de las mareas en su mente aunque éste no fuese un hecho aislado. El rubio, siempre visto como el "extraño" del grupo, solía rumbear la mayor parte del tiempo entre sus dilemas más comunes; tratara de puro ocio o real conflicto, la capacidad de introspección del chico solía confundirse por torpeza, incluso estupidez y hasta cualidad de "alienígena". Sin embargo, ahora que lo meditaba, aquel apodo no era algo que le agradase.

Abandonó las corrientes del pensamiento superfluo al que se dirigía, afianzando entre los finos dedos el agarre del chico frente a sí, quien - notó- comenzaba a evidenciar sus dudas en el tick nervioso del meñique; éste no dejaba de temblar en el sitio, para ello Taehyung posando una segunda mano sobre la ajena que evitaba el estrés continuase invadiendo al compañero; a la vez que, sin saberlo, confería la seguridad que tanto le era en falta a JungKook . 

Después de todo, si sopesaban como prometían tiempos posteriores, aquella escena los envolvía inevitablemente en la palma de su mano y se reducía a ello; un casi destino cuyo camino solo contaba con una dirección para ubicarlos en aquel precioso momento, y en aquel preciso lugar; frente al ventanal favorito de Kim, bajo la suave penumbra de una habitación vagamente iluminada por el Sol que intentaba atravesar las cortinas de origen y limpieza cuestionable. Mas poco importaba para el dueto, cuyos ojos solo parecían conocer al par opuesto.

Repentinamente, uno habló:

- Kookie, ¿Estás seguro de que quieres hacer ésto? Podríamos aguardar y hablar con nuestros hyungs: estoy seguro que podrán entender todo lo que ha estado sucediendo entre tú y yo. Sabes, he creído conveniente primero hablar con Hobi hyung, desde que él se ha acercado cada vez más a YoonGi, ¿Has visto a esos dos? Yo creo que están escondiendo algo, ¿Acaso imaginas que estén atravesando lo mismo que nosotros? No niego que sería fenomenal no ser los únicos; ciertamente me ha parecido muy sospechoso desde que cambiaron el aspecto de Twitter a "Sope", ¿Lo has visto? Además...

Pero el rubio fue interrumpido.

- Taehyung, calla.

Para demostrar su punto, el menor apretó un poco más la diestra de donde pendía también la mano del segundo, demostrando en aquel simple gesto que se encontraba bien, que él podría hacerlo. Sólo trataba con una breve crisis.

Envalentonado ante el mutismo del otro, JungKook se permitió dar un pequeño paso más cerca en el abismo que los separaba por lo que parecían kilómetros de tierra. Sin embargo, los pechos comenzaban a agitarse a un ritmo incipiente al principio, vertiginoso al final; el vaho dulce de sus bocas entremezclándose ante el frío invernal que se hacía sentir también en aquella habitación.

La mano libre de Taehyung se disparó por inercia hacia el rostro del castaño, buscando contactar con la piel tersa casi en frenesí, mas su mente no le dejó actuar de nuevo, reteniendo el impulso ya que otra fracción de JungKook reclamaba su atención durante largos días. La línea de su mandíbula, quizá algo típico de destacar pero qué atractiva se le hacía, fue alarmante a su instinto: con el índice recorrió la quijada del ajeno, mostrando luego su deleite en una efímera sonrisa al observar los párpados de JungKook, como alas de mariposa, cerrarse: alejando así las tensiones que anteriormente le impedían disfrutar a pleno el momento. Taehyung continuó su lento y exhaustivo trazo, deteniendo su mirada inquisitiva en las facciones del muchacho que le tenía tan encantado desde el primer día que le había visto; pómulos proporcionados, labios rellenos y rosados como uvas a punto, cabello al natural y sus dientes, cuya sola idea le robó otra sonrisa.

El castaño parecía no lograr controlar aquellos suspiros que surgían de su organismo sin permiso, mas tampoco eso le sorprendía una vez Taehyung deseaba tocarle. Aquello, de lo más íntimo y soñado, delicado y pulcro contacto, se esfumó en una tormenta de sensaciones cuando Kim cambió la intención de su tacto, afianzando la nuca del segundo.

JungKook acalló sus palabras, mas agradeció la determinación de su hyung quien en aquel movimiento no le permitía quitar la vista de él . Después de todo, pese al deseo irrefrenable que recorría su ser, se conocía a sí mismo y sabía que tarde o temprano podría retroceder en su cometido.

  - Quiero que me observes. Mírame, Kook. Mírame como yo siempre te he visto. Quiero que observes mi rostro. Aquí.

Señaló, tomando con plena seguridad las manos del segundo para luego engancharlas de su propia nuca, ambos pares de brazos pendiendo del cuello del otro. 

Se observaron por un tiempo infinito, mas no lapso perdido. La visión de cada uno se deslizó en las impolutas facciones del otro, como el adorable lunar que Taehyung exhibía en la nariz,  la expresión suave y aniñada que adoptaba Jungkook cuando algo era de su agrado, las gráciles comisuras del mayor que no tardaban en darse a luz cada ciertos segundos, o los labios del menor, cuyo leve temblor sólo le volvían más deseable.

Entonces, sucedió.


"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".



Fin.

Tacto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora