Capítulo cuatro.

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Lunes 08:53 de la mañana

Betty besa mis labios y pasa su mano derecha por mi hombro, mientras se pega más a mí. Es un simple beso de buenos días.

-Pareces agotado ¿de nuevo no has dormido por la noche?

-Estaba pensando -me giro para introducir el código y abrir mi taquilla. Busco en su interior los libros que necesitaré en la primera hora de clase.

-Tú padre estará bien Jughead. Este viernes puedes ir a verlo ¿no?

-No es eso lo que me preocupa. Me preocupa más saber si es cierto que fue él quién mandó a ese tipo para hacerle daño a Kiara. -admito, por primera vez.

-No te metas con esos hombres solo para saber más, Jughead. Son gente peligrosa. -me mira directamente a los ojos, y por unos segundos me convence para que me mantenga lejos. Solo por unos segundos.

De nuevo, y de forma ocasional le miento a mi novia:

-Tranquila, estaré lejos de ellos.

A nuestro alrededor empiezan a sonar murmullos. De repente todo el mundo está hablando sobre algo. Cuándo miro a mi derecha me doy cuenta de que Kiara está ahí, caminado tranquilamente como si estuviera por encima se todos, como lo hace siempre.

-Hola parejita. -saluda la chica castaña cuándo llega a nuestro lado.

-¿Te ocurre algo Kiara? -Betty pregunta a la misma vez que se cruza de brazos.

-Quería dar las gracias por participar en mi búsqueda el sábado pasado.

No había dado explicaciones a nadie a pesar de que la mitad de Riverdale pasó el fin de semana buscándola.

-No fue nada lo importante es que estes bien ¿lo estás verdad?

Kiara clava sus ojos marrones en mí en cuento Betty termina de preguntarle. Eso no es una buena señal, y me doy cuenta cuándo sonríe.

-Por supuesto que estoy bien. Tu novio me ha ayudado mucho ¿sabes? -está sugiriendo algo que no es verdad. Tengo miedo de que Betty piense algo que no es.

¿Le he ayudado mucho? Por favor.

-Jughead es bueno con todos. No se ha portado de forma especial contigo Kiara.

En ese momento, una guerra de miradas empieza. Ambas chicas se miran intentando dictaminar quién tiene mayor fuerza y mayor autoridad sobre la otra. Pero no iba a dejar que siguieran haciendo eso, me parece una tontería actuar de esa forma. Me parece una tontería que Kiara quiera molestar a Betty sugiriendo que ha podido tener algo conmigo.

-Vamos a clase Betty. -tiro delicadamente del brazo de mi novia para que terminen con el contacto visual.

Mi novia no se queja por mi gesto, en absoluto. Supongo que también quería terminar con la pequeña guerra formada con Kiara.

Lunes 18:09 de la tarde.

Guardo la libreta en la mochila y me tiro en la cama con resignación. Había pasado toda la tarde estudiando para un examen importante que tengo mañana. Tenía que aprovechar la ausencia de Archie en casa.

La puerta de la habitación suena. Después se abre para dar paso a mi amigo pelirrojo.

-Hey.

-Hey.

-¿Que tal tu día?

-Bien Archie, gracias.

No habíamos hablado desde que volví el sábado. Entré en la ducha directamente. Es un milagro que no me haya dado fiebre después de haber pasado tanto tiempo bajo la lluvia y mi amigo una vez salí del baño, estaba preparado para que le contara todo lo que me había pasado con Cheryl y Kiara, pero decidí no decir nada. No sabía qué decir y tenía la sensación de que la castaña si me decidía a formar algo vendría a por mi y dejaría de ser amable, o lo que fuera que intentara ser conmigo.

-Me alegro, realmente me alegro de que tengas buen día. Kiara vendrá dentro de diez minutos así que me gustaría tenerte fuera de aquí por un par de horas -utiliza el tono amable y de convicción. Mierda, no voy a poner ninguna objeción para que tenga sexo con ella.

-Vale, supongo que me puedo ir a dar una vuelta mientras te diviertes.

Bajo las escaleras después. Sabía que mi amigo no estaba muy centrado últimamente desde que su padre recibió aquel disparo. Ahora está mejor, se recupera en el hospital y pronto recibirá el alta. Probablemente.

Y entonces, mientras pienso sobre cómo se debe de sentir el pelirrojo, llaman a la puerta. Sé que es Kiara, así que simplemente arrastro mis pies hasta la puerta. Sin prisas.

-Hey.

La chica entra moviendo sus caderas de la misma forma que lo hace siempre cuándo anda por el pasillo. Siempre tiene aires de superioridad.

Cierro la puerta cuándo entra. Se queda parada en medio de la sala mirándome detenidamente, de pies a cabeza. Es la primera vez que lo hace y eso me resulta inquietante. Bueno, también me resulta inquietante que me odie sin demostrarlo demasiado. Sólo lo dice como si fuera algo casual. Pero realmente para mi el odio no es algo casual, joder.

-¿Ocurre algo? -después de un buen rato en silencio decido hablar.

¿Que hacía de pié en medio de la sala mirándome sin decir nada?

-Nada.

-Bueno, sube las escaleras y podrás encontrarte con Archie, te está esperando cómo si tener sexo contigo fuera una gran cosa. Otro cliché más de tu parte.

-¿Tener sexo es algo cliché? - y sonríe.

-El sexo o relaciones entre jugadores de fútbol y animadoras es lo más cliché que existe. - sueno frustrado. Realmente no sé porqué pero ella me hace sentirme así.

Esta vez ni siquiera sonríe. Se mantiene impasible mientras suelto todo lo anterior.

-¿Quieres que deje de ser cliché? Toma.

Mete su mano dentro del amplio abrigo que lleva y saca una pistola. Me la extiende. Debe de estar de broma, es decir, una chica de diecisiete años que saque casualmente de su ropa una pistola no es algo común. Y también creo que esa pistola debe ser de plástico. No entiendo porqué tiene interés en hacer eso frente a mí.

-Es de verdad. No está cargada por cosas de seguridad, ya sabes. Pero ahora es tuya. Creo que la necesitarás a partir de ahora.

Debe de seguir estando de broma. No entiendo nada de lo que dice ni tampoco entiendo porqué hace todo esto ¿Para que tenga miedo? Sí, probablemente está deseando verme con miedo, esa debe de ser su jodida venganza personal o algo así.

Agarra mi mano y noto lo helada que está la suya. Coloca sobre la palma de mi mano derecha del arma y al notar el peso de esta sé que es auténtica. Mierda. Un escalofrío me recorre toda la espalda. Por un momento, quiero darle un empujón para mantenerla lejos de mí, por alguna razón su tacto está quemando mi piel.

Quiero tirar el arma contra el suelo, pero incluso eso me da miedo.

No sé que decirle a Kiara, tampoco tengo ninguna idea sobre su intención con todo lo que acaba de pasar. Pero eso da igual cuándo ella sube las escaleras dejándome atrás.

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Creo que probablemente esto es mediocre así que muchas gracias por votar y comentar, enserio. 💓

Maldito cliché. » Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora