III

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Porque ahora tú eres casa,
eres hogar.
Y además, eres Roma.

No sé cómo lo has hecho,
pero ahora todos los caminos que sigo
me llevan hasta ti.

Y no es casualidad que Roma y amor
se escriban invertidamente igual.

Que dicen que el amor y Roma
son, al fin y al cabo, ruinas,
pero contigo...

Uf, no saben lo que encontré contigo.

Celebremos que te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora