En la cabaña.

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La luz nos cegó por un instante, tenía el pulso acelerado, mi corazonada había sido un error, como no me pude imaginar que algo así podría pasar, temía lo peor, si esto era una trampa había caído como toda una tonta y a la primera.

Antes de que pudiéramos hablar, la figura que sostenía la lámpara que nos había deslumbrado, pronunció algo ininteligible, ví a Enrique, en cuanto el extraño personaje que apareció de la tinieblas hablo, la cara de preocupación de el desapareció dando lugar a una de tranquilidad.

Enrique me vio, y sonrió, avanzo por la estancia dejando la mochila que cargaba al hombro en un cómodo sillón enfrente de una agradable chimenea, se sentó y nos volteó a ver.

La persona de la lámpara me sonrió también y me hizo señas para que me sentara en los confortables sillónes que rodeaban la chimenea, la lámpara ya no era tan necesaria ya que el sol ya entraba por la ventana.

Me senté al lado de Enrique y note que en la mesa que había en medio de la estancia había tres tazas con un humeante y aromático té, trate de adivinar de que era sin probarlo, olía a Menta y a Jazmín.

Enrique y está rara persona si se podría decir que era una, empezaron a conversar como si fueran antiguos conocidos, tenía el tono de voz más insólito que he escuchado en mi vida, era como si una mujer y un hombre hablarán al mismo tiempo, las arrugas surcaban su cara y manos, y no había rastro de senos o algo en particular para saber si era hombre o mujer.

Me intrigaba de sobremanera el idioma en el que hablaba la anciana (no sabía que era por lo que por ahora sería anciana) su manera de hablar era fluida y producía una extraña sensación de paz en cada palabra que pronunciaba, y Enrique no sé quedaba atrás, hablaba como hablaba el español; sin temor y con mucha calidez.

No sabía que hacer mientras platicaban así que me acerque a la mesa de centro y tome una taza, mire de reojo a la anciana (más tarde me enteré de que estaba en lo correcto) para ver si no se enojaba de que tomara una, ella solo se rió y me señaló un caramelo que había al lado.

Yo solo lo tome sin importar lo que pudiera pasar, le di un sorbo al té y fue una sensación maravillosa, múltiples sabores se arremolimaron en torno a mi boca y lengua, los sabores eran difíciles de identificar.

Al principio era un sabor parecido a la menta, luego se tornaba a el dulce sabor del Jazmín con un delicado toque de rosas pero no sabía si eran esas plantas en verdad, al final dejaba un refrescante sabor a yerbabuena con hinojo.

Me comí el curioso caramelo de color café, cuando lo deguste era lo más asqueroso que había probado en un dulce, y para que la anciana no se ofendiera me lo pase rápido con el refrescante té.

En cuanto me pase ese horrible dulce, entendía todo lo que hablaba Enrique y la anciana, no me lo podía creer, que cosa me acaba de tragar no lo sabia, de seguro me podrían drogar y yo ni en cuenta.

Ellos solo me vieron y se empezaron​ a reír, no cabía en mí, el dulce me permitió entender ese extraño idioma, oí como la anciana me decía algo que entendí a la perfección
"¿Como te sientes?", No dude en responder estaba ansiosa por saber si también podía hablar ese singular idioma.

– De maravilla, aunque ese dulce sabía feo, el té está fenomenal– respondí
– Me alegro lo hice especialmente para ti– me dijo ella
– ¿Para mí? Pero si apenas nos conocemos– conteste dudosa
– Amanda, Práxedes puede ver el futuro a corto plazo, así que despreocúpate– aclaro Enrique con una gran sonrisa en la cara.

Ver el futuro, recitar versos para protegerse, bestias que solo una persona puede ver, dobles de ti mismo, que más me esperaba si seguia por este camino con alguien completamente desconocido, apenas llevaba un día y medio con Enrique y más cosas asombrosas han aparecido en todo este tiempo que en toda mi vida de persona normal.

Que más me esperaba, solo el destino lo diría, mire a Enrique por un largo tiempo, mire su hermoso perfil, la manera en que sonreía y el extraño brillo que aparecía en sus ojos cuando platicaba con Práxedes, sus suaves y carnosos labios moviéndose en sintonía con el melodioso y raro lenguaje, y de la nada apareció una imagen, mi pulso se aceleró desbocadamente cuando me imaginé los labios de Enrique sobre los míos.

Me asusté, como podía imaginar eso cuando si apenas lo conocía, por qué creaba esa rara sensación en mi, cuando deje de pensar en el me encontré con unos oscuros ojos mirándome extrañados y otros grises comprendiendo lo que sentía por aquél ser que a pesar de conocerlo de tampoco tiempo ya tenía una parte mí en su poder.

– Vamos a desayunar, ¿ vienes o te vas a quedar aquí?– me dijo el
–  Esteee, si yo también quiero desayunar– reaccioné
– Genial, entonces pasen a la mesa cuando los llamé, voy a prepararlo– dijo Práxedes
– ¿Quieres que te ayude?– pregunte indecisa
– Un par de manos extra no me harán daño, así si, por favor–.

Cuando estábamos en la pequeña pero práctica cocina todo ya estaba preparado, me saque de onda para que me quería Práxedes entonces.

– Amanda por la forma en que miras a Enrique podría deducir que estas enamorada de él o me equivoco– comento ella en voz baja
– ¿ Cómo cree que voy a estar enamorada de alguien que apenas conozco?– me sorprendí de que dijera eso
– Sabes acerca del amor a primera vista, mira no es porque me quiera meter en sus asuntos pero la joventud pasa muy rápido y luego te das cuenta de que no hiciste nada por lo que más amabas, te digo de todo corazón y eso porque solo me queda uno, que lo que sientas no lo dejes morir, disfruta que la vida es corta.

Me parte el corazón ver que los jóvenes siempre hacen lo mismo solo por qué la sociedad lo dicta, deja a tu corazón libre, permite que el amor corra por tus venas, no desperdicies tu tiempo pensando que es correcto o no–.

Me quedé sin palabras al escucharla hablar, era como si todos los abuelos me hablarán en ese momento, nunca poder conocer a los míos, me sentí querida y lo único que hice fue abrazarla.

– Está bien querida, no llores y ayúdame a poner la mesa, ¿sí?–.

Al terminar de desayunar, Práxedes nos dijo que era mejor que dormieramos el resto del día para tener fuerzas suficientes para seguir cuando lo noche llegara, nos enseñó las habitaciones y nos dejó solos.

– Hey, ¿ya te vas a dormir?– me pregunto Enrique recargado en el marco de la puerta
– Pues si, no creo aguantar toda la noche si no me duermo ahora– respondí
– Ah, es que........bueno......Yo........ Olvídalo, hasta la noche, que descanses – me dijo regalandome una extraña sonrisa, después cerro mi puerta y se fue rápido a su cuarto.

"Que raro" pensé " Que me habrá querido decir" lo deje pasar y me acosté el sol entraba por la habitación, llenando de luz todo el recinto, estaba muy cansada, así que solo cerré mis ojos y no supe nada más.

Cuando me desperté, estaba totalmente oscuro, me vestí rápido con la ropa que Práxedes había dejado al lado, tome mis cosas y baje a la sala, no encontré a nadie, me preocupe, cuando empeze a buscarlos, entro Enrique cargando a Práxedes entre sus brazos, estaba muerta.

Abrí mis ojos desmesuradamente, me acerque a ellos, observé la gran herida que tenía en el pecho, que criatura pudo haber hecho eso.

– No fueron las desgarradoras, si era eso lo que pensabas– me dijo un serio Enrique
– ¿Qué fue entonces?– pregunte con lágrimas amenazando con salir
– No lo se, pero será mejor irnos de una vez, quiero que recojas todo, ahora– su voz sonaba impotente.

Me apresure, guarde comida en las mochilas y mis pertenencias junto con las cosas que me decía Enrique, me dió también unos papeles con runas para que los colacara en cada parte de la casa.

Cuando acabe, solo salimos de ahí y el dejo el inerte cuerpo de Práxedes en frente de la casa, no entendía el por qué pero me limité a no hablar se veía muy enojado.

Dejo un paquete encima de su cuerpo, y se separó, dijo algunas palabras y camino hasta mi, me tomo de la mano y me obligó a caminar, yo gritaba para que me dejara y me explicara que estaba pasando.

Me soltó y solo empezó a llorar, yo también llore, ya no podríamos quedarnos más tiempo en la cabaña.

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SIENTO QUE ESTE CAPÍTULO ESTA MUY TRISTE, HASTA LLORE AL ESCRIBIRLO, BUENO ME GUSTARÍA QUE VOTARÁN Y QUE COMENTEN SI TAMBIÉN LES PARECIÓ TRISTE, GRACIAS POR LEER. 

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2017 ⏰

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