Me desperté en el sillón de la sala. Qué demonios hago yo aquí, me incorporé y mire el reloj que colgaba de la pared. Son 4:30 de la madrugada. Se supone que yo estaba en mi habitación con Brooke, como llegue aquí. Sólo recordaba que Blake había desaparecido, entonces yo me acosté a dormir en mi cama. Fruncí el ceño, no entendía absolutamente nada, tal vez, soy sonámbula. Me levante y fui a la cocina por un poco de agua mi boca estaba bastante seca. Abrí la alacena y saqué un vaso, tomé la jarra del refrigerador y me serví. Aún seguía pensando en lo que acababa de pasar. No encontraba motivo alguno para que yo despertara metros lejos de donde se supone que me había acostado. Escuché un ruido proveniente de la habitación de mi hermano, caminé para saber qué había sido y era él, al verlo le sonreí.
- ¿Qué haces despierto a estas horas, eh?- Él solamente me ignoró y siguió su camino al baño, pero ni siquiera se digno a mirarme. Seguí su camino y el no me hacía caso. ¿Estaría enojado conmigo? Él entró al baño y cerró la puerta en mis narices. Qué mierda estaba pasando aquí, espere qué él saliera del baño para aclarar mis dudas, escuché que abrió la llave de el lavamanos y supuse que ya saldría. De repente abrieron la puerta y ahí estaba.
- ¿Estas enojado? por qué sí es así quiero que me digas tus motivos.- Me recargué en el umbral de la puerta del baño esperando su respuesta pero él seguía sin responderme. Esto comenzaba a ser bastante molesto para mi. Salio del baño y parecía que aún no notaba mi presencia, comencé a sacar mis hipótesis pero no podía asegurarlas hasta no probarlas. Lo alcance antes de qué él entrara a su habitación y traté de tocarle el hombro. En ese momento sentí un fuerte dolor de cabeza que provocó que mi mente se aturdiera y mi vista se volviera borrosa. Solo escuché la puerta de la habitación de mi hermano cerrarse.
- ¡Amber!- Sentí que alguien me sacudía fuertemente, mis ojos pesaban mucho, qué había sido todo esto, ¿un sueño?, no lo creo, se sintió tan real. Abrí los ojos y veía nublado. En ese momento la persona qué tenía frente a mí comenzó a bombardearme con puras preguntas.
- ¿Qué pasó ayer?- Brooke no tenía la menor idea de como había llegado a mi casa, mirar su cara desconcertada me causaba risa. Aunque yo también me encontraba algo aturdida por lo que sea que había acabado de pasarme.
- Lo mismo me pregunto yo, ¿qué pasó ayer contigo? se suponía que estábamos juntas.- Brooke parecía no entender nada de lo que le estaba diciendo.
- Por dios, ¿qué te pasó?- Abrió los ojos como plato y miraba atentamente mi mejilla.
- No lo sé, una loca me atacó. Justamente cuando decidiste desaparecer.
- Ah, yo, de verdad lo siento sólo qué..- ella parecía decirme totalmente la verdad.- no recuerdo absolutamente nada, a excepción de cuando tomamos aquellas bebidas.
- Qué raro, bueno a m...- Comenzó a sonar el celular de Brooke y me miró apenada.
- Lo siento, tengo que contestar.
- No te preocupes.- Me recosté en mi cama mientras la veía caminar de un lado hacía el otro. Estaba cerrando mis ojos cuando sentí que un bulto cayó encima de mi.
- ¡Tenemos qué irnos a la escuelaaaaaa!
- Está bien, pero no alargues las palabras.- Dije con el poco aire que quedaba dentro de mi. Se quitó de encima y sentí como el oxígeno regreso a mis pulmones.
- Ya es muy tarde, para que ir.- Me volví a acostar.
- ¡Oh por dios! son las 8:00 de la mañana, todavía tenemos tiempo de llegar.- Se acercó peligrosamente a mi y me quitó las cobijas.
- Esta bien, pero tú primero ve a bañarte.- Gruñí.
- Mejor solo hay que cambiarnos y desayunar.
- Ahora quien es la floja.- Enarque una ceja mientras la miraba burlona.
- Cállate, Anderson.- Tomo una almohada y me la arrojó. Las dos comenzamos a reír.
Nos apresuramos para no llegar tarde, Brooke estuvo haciendo el desayuno en lo que yo estaba arreglando mi habitación. En eso un vago recuerdo inundo mi mente. ¿Qué habrá sucedido con Jane y Blake? Tal vez su mamá les dijo que debían regresar a casa. Encogí los hombros y reí para mis adentros.
- ¡El desayuno ya está!
- ¡Ya voy, mamá!- Tome mis cosas y baje corriendo las escaleras como una niña que recién ingresa a su primer escuela. La verdad es que Brooke cocina delicioso, varias veces me a querido enseñar a cocinar pero simplemente soy un total desastre.
- Espero te vaya bien en la escuela, hija. Si tomas, no manejes.- Me guiño el ojo y contuve mi risa en lo que veía el delicioso desayuno.
- ¿Qué clase de madre le da ese tipo de consejos a sus hijos?- Me senté y de inmediato tome mis cubiertos para cortar mi hot cake con una gran sonrisa. Abrí mi boca y sabía delicioso.
- Una que quiere que sus hijos no sean como su madre.- La mire con los ojos bien abiertos en lo que trague mi comida.
- Por que sino sus amigas tendrían que andar buscándola por todas partes con dos casi extraños, ah, y una cortada en su cara.
- ¿Extraños?
- Si, después te cuento.
Terminamos de comer, fui al baño y me eché agua en mi herida. Busque algo con que cubrirla pero no había nada.
- Ni modo.- Lave mis manos y me salí.- Vamonos.- Brooke asintió, fui de nuevo por mi moto y nos fuimos.
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Sin Memoria
VampireCada ángel nació para complementar un demonio. Cada demonio necesita un poco de bondad en sus vidas. Se llama destino.