¡Hey Poppy! Fucked, fucked Poppy |H•S|

Capitulo 12.

—Creo que estas caminando en la dirección equivocada...

— ¡Ahhh-Ámsterdam es la capital oficial de los países bajos! ¿Nunca te lo había dicho?—disimule el grito pero claramente la chica lo había notado. Maldije en bajo y mire la casa. Aun tenía la enorme X en ella. Quise preguntar pero solo la seguía observando sin saber que decir. La chica bufo con gracia, me miro y observo la casa.

—Significa ''Necesito Auxilio''—dijo lo que quería saber—. Como la casa es blanca solo pinte la gran X de rojo, es una bandera vigésimosegunda del código Internacional de señales.

— ¿Por qué la pintaste?—pregunte, se encogió de hombros y agrego.

—Quiero saber si alguien es lo suficientemente metiche para saber que significa y claramente tú fallaste—me sentí estúpido por lo que decía.

—Yo solo pregunte porque la pintaste, tú fuiste la boca floja que dijo que significaba sin mi consentimiento—bufe en mi defensa.

—Mírate nada más repugnante moco sin color. ¡Tus ojos rogaban por saber que significaba!

— ¿Pero yo te pedí que me lo dijeras? ¡No!

— Pff. ¿No tienes algo que hacer?—pregunto a regañadientes.

— ¡Claro! Soy una persona ocupada—dije—. No lo ves, ya me voy.

—Suerte camarada.

—Como sea—carraspeé y seguí caminando, pero claramente no sabía hacia donde me dirigía, solo salí para despejar la mente y termine enredándome por una simple X sobre una casa.

Lo admito, a veces –la mayor parte del tiempo—solía ser entrometido, más si se trataba de Beezus Greer Lowell. Di la vuelta y camine nuevamente hasta la casa abandonada del señor Mae. La chica seguía sentada fumando. Metí mis manos en los bolsillos de mi suéter y camine hasta sentarme a su lado.

— ¿Por qué necesitas auxilio?—la chica sonrió y calo una vez más.

—Eres muy metiche. Tu nariz busca hasta el olor a queso podrido. Guacala.

— ¿G-guacala?—repetí extrañado ante tal palabra desconocida.

—Y además sin imaginación—negó—. ¿Nunca has inventado o conjugado palabras con otras?—lo pensé y en realidad nunca me había tomado la molestia de hacer eso—. Eres tan triste como Igor... ¿si sabes quién es, no?

— ¡Claro que sí!—la escuche reír—. No soy tan aburrido. También tengo mis momentos de locuras como hoy o ayer. ¡Como en realidad sea! Solo no soy lo que llaman un viejo prematuro también se aprovechar las cosas. Y no soy tan tonto para no saber quién es.

—Por lo visto te has ofendido—dijo.

—No mucho—negué—, ahora di porque la X.

— ¿Es obligatoria decir?

—No...

—Bueno, quédate con las ganas entonces—calo una vez más—. ¿Leíste el libro?

—Ah...No del todo. Ni siquiera he podido dormir bien, no he tenido tiempo y no ha pasado ni una semana desde que me lo diste.

— ¿Y? a mí un libro no me dura ni tres días.

—Eso es ser enfermo mental.

—No—me golpeo—. Es saber apreciar cuan buen es el libro y acabarlo sin darte cuenta.

—No todo puede ser acabado sin que te des cuenta—admito que lo que había dicho tenía un doble sentido para mí.

—Tienes toda la razón—se echo a reír.