In your Dreams / O.S 윤민

단일 부분 / 너의 꿈에

JiMin corría por toda su casa buscando algo con lo cual defenderse.

Alguien estaba dentro de su morada acechándolo desde alguna parte de esta. Y JiMin se sentía indefenso.

Intentó tranquilizarse. Entre más se desesperara, más lento trabajaría su cerebro.

"Mi teléfono"

Con pasos cortos se dirigió al segundo piso donde se encontraba su celular.

Él realmente estaba asustado.

- ¿Dónde rayos está?

Por una extraña razón no se le pasó por la mente salir a pedir ayuda en la calle.

Eran alrededor de las 02:46 y era prácticamente imposible encontrar a alguien despierto a esa hora en Busan. O eso parecía.

Un chico de aproximadamente unos 23 años observaba al menor mientras éste otro perdía los estribos. Miro sus manos donde estaba el objeto que JiMin buscaba con desesperación.

JiMin estuvo a punto de dar un grito al cielo cuando sintió que las luces se le iban. Literalmente hablando.

El desconocido de cabello azabache había cortado los cables de la energía.

Ya su casa no era segura para el morocho.

JiMin agarro lo primero que encontró. Unas tijeras de unos 12 centímetros de largo. Seguramente le serviría de algo.

Quizá para acabar con su propia vida.

Se escuchaban ruidos por toda la casa.

Era un gato asustando a su presa.

Quería jugar un rato con él.

Sin saber por qué, la televisión comenzó a sonar en un programa de variedades.

A JiMin se le erizó la piel con solo oír la voz del presentador tan viva.

Era como tener dos parlantes a sus dos lados con el volumen a tope. Lo más extraño era que la tv estaba en la primera planta.

- Tranquilo... Todo estará bien.

Intentaba calmarse él mismo, el asesino en serie quería reírse a carcajadas del menor, pero eso conllevaría a revelar donde estaba, el juego terminaría rápido. Pero él quería divertirse.

- JiMin~

El nombrado escucho como alguien hablaba sobre el sonido de la TV. Su voz se le hacía conocida pero no lograba ubicarla.

- ¿Dónde estás enano? - Se escuchó una risa burlona.

JiMin con miedo, corrió hacia la habitación de sus padres y se escondió bajo la cama.

Un chico de 15 años no podía morir tan rápido.

Otra risa.

Con la tijera en su mano izquierda y la otra en su boca, JiMin mantuvo silencio. Casi ni respiraba.

Vio como unas botas se asomaban por la puerta de su cuarto.

Alguien estaba ahí dentro.

Su espalda no era muy ancha, cabello negro, piel blanca, muy blanca. Ropa oscura.

Eso fue lo único que el puberto pudo examinar de su acosador.

La sensación de haberlo visto y escuchado antes nunca abandono su mente.

- JiMin... - Canturreó su nombre - ¿Dónde estás honey?

JiMin frunció el ceño dándose cuenta de que uno de sus vecinos lo había llamado antes así.

¿Acaso...?

Sin darse cuenta el extraño entró a la habitación donde el menor estaba escondido.

Él chico reconoció esas botas.

YoonGi. Min YoonGi.

Las tijeras eran firmemente sostenidas por las pequeñas manos del chico que estaba completamente asustado.

YoonGi buscaba a JiMin. Estaba dispuesto a encontrarlo.

- Prometo no hacerte sufrir mucho. Lo prometo JiMin~

La risa que soltó el mayor pudo escucharse a una cuadra entera. Pero nadie iría a salvar al pobre chico en apuros. Nadie.

Cuando el mayor salió de la habitación, JiMin se preparó mentalmente para salir corriendo de la casa. Era sencillo, correr lo más que pudiera y alejarse de ese maniático que estaba en su casa.

Sonaba fácil.

Los nervios se notaban a flor de piel, el menor estaba con las lágrimas casi fuera de sus ojos. Las limpio con brusquedad dispuesto a iniciar con su plan.

YoonGi esperaba a que JiMin saliera de la habitación. Solo estaba parado a un lado con su cuchilla en mano. Él sabía que JiMin estaba ahí dentro. También sabía que en cualquier momento este saldría de ahí.

Guardo silencio hasta que divisó como la cabellera café de JiMin se hizo borrosa a su vista. Estaba intentando escapar.

Corrió tras él intentando clavar su cuchillo en alguna parte mortal de su cuerpo.

Sin mucho éxito corrió tras él pequeño y agradeció que se había tomado el trabajo de trabar las puertas y ventanas.

El menor estaba atrapado con una bestia sedienta de sangre.

Cuando JiMin se percató de esto, las lágrimas salieron como las aguas del río Han e intento cubrirse del filo del cuchillo.

Comenzó a chillar mientras el metal cortaba sus manos y antebrazos. En un intento por salvarse corrió hacia la cocina buscando algo con que defenderse. La tijera que antes tenía había desaparecido de sus manos.

YoonGi fue tras el, ya preparándose para acabar con la vida de este otro. La sonrisa que llevaba en la cara era simplemente aterradora.

JiMin logró agarrar un pequeño cuchillo de la alacena y cuando se giró para encarar a su oponente, este enterró el asoma blanca en su estómago. Sus labios formaron una 'O' por la sorpresa y el dolor. Bajó la mirada viendo como el cuchillo salía con lentitud de donde estaba.

Sin perder tiempo, e ignorando el agudo dolor y la repentina falta de aire que se le hizo presente, enterró el cuchillito en el costado de YoonGi. Este sólo solo le dirigió una fría sonrisa.

- Estoy contigo JiMin. Siempre lo estaré - Comenzó a reír mientras metía una y otra vez el cuchillo en el estómago del menor - Moriremos juntos enano.

Las órbitas de los ojos de JiMin, estaban azules, al igual que sus labios. No podía respirar y pronto cayó al suelo.

- No mueras tan pronto JiMin - YoonGi se acuclillo frente del cuerpo de JiMin. Pronto moriría - Bueno juego - YoonGi hizo algo como una especie de celebración con las manos. - Buenas noches Minnie.

JiMin abrió los ojos sintiendo como un rayo de sol le pegaba directamente en la cara. Con la vista aún borrosa, se sentó en la cama con una sensación de haber tenido un mal sueño. Algo que le ocurría muy recientemente. Lo único que si sabía con certeza era que esos sueños eran los mismos. Cerró los ojos con frustración. No poder recordar los sueños lo iban a volver loco.

Levantó la cabeza cuando alguien abrió la puerta.

- Buenos días Minnie - Un hombre guapo le dirigía una mirada enmelada.

- Buenos días YoonGi - Respondió JiMin con una sonrisa enamorada.

End.