Capítulo 40

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Por ser el primer día estaba más que contenta y emocionada. Había hecho un par de amistades con chicas de su clase, ya tenía un grupo para presentar el primer proyecto de una de sus materias, así que podía decir que sí, estaba feliz, estaba muy feliz y conforme con todo lo que había pasado en apenas unas horas.
Era la hora del almuerzo y se encontraba en la cafetería de la universidad sentada en una mesa con otras seis chicas con las que compartía la primer clase del día y con ellas había quedado para almorzar juntas antes de tener que volver a la clase que seguía.

A Camila no le costaba hacer amistades, lo contrario, su imagen agradable y esa sonrisa que atraía a cualquiera  ayudaba mucho al momento de tener que hablar con nuevas personas. Tenía la virtud de generar confianza en la otra persona, de dar seguridad y agradar al instante. Además, era divertida y le encanta hacer nuevas amistades lo que era de gran ayuda en momento donde de eso se trataba. Sabía bien que nunca estaría aburrida si seguía así, haciendo amistades y conociendo personas.

Lo único que rondaba por su mente y le preocupaba, era Lauren. Durante dos días no supo nada de ella, ni siquiera la veía fuera del departamento o se la había cruzado, no hasta ese día cuando entró a lal cafetería con Maia y otras personas, era un grupo de personas bastante grande, había chicos y chicas, se iban riendo de lo que hablaban y Lauren también parecía muy cómoda con todos. Estaba hermosa, ese día con jeans azules, un suéter y el cabello algo alborotado, algo tan común en ella.

No se había dado cuenta, pero llevaba viéndola por varios minutos mientras se mordía el labio. Lauren estaba diferente, tenía algo que… Que la hacía querer todo de ella. Quería golpearse por haber sido tan estúpida de dejarla ir de alguna manera. La estaba necesitando más de lo normal y eso la aterraba aunque sabía que cuando ella quisiera podría tener a la oji verde, pero no, no quería que las cosas fueran así. Jamás se aprovecharía de esa hermosa mujer.

Las chicas con las que había almorzado debían ir a sus respectivas clases, otras ya no tenían más, así que se irían a sus departamentos, a sus casas o a alguna que otra parte mientras que ahora Camila tenía una media hora antes de su siguiente clases, por lo que prefirió seguir sentada en la mesa revisando los apuntes que había comprado y necesitaba leer para el día siguiente cuando tuviera clases de esa materia.
No contó con que Lauren la había visto hace rato y no paraba de observarla, hasta que vio que la morena quedó cola, leyendo concentrada y sintió la necesidad de acercarse a ella, así que lo hizo. Ya no quedaban muchas personas en la cafetería porque las clases seguían y otras comenzaban.

—¿Qué tal el primer día?—Dijo al sentarse junto a Camila que se asustó y contuvo el aire hasta que vio que era la oji verde.—Lo siento.—Se rió.

—Hola.—Dijo desviando la mirada algo avergonzada.—Me asustaste… Y me fue bien.

—Ya veo. Tienes amigas nuevas.

—Apenas las conozco.—Medio rodó los ojos y la oji verde se rió asintiendo.

—Tienes razón. ¿Todo bien?—Camila jugó con el marcador en sus manos y luego se giró a mirarla. Estaban muy cerca porque Lauren seguía siendo la misma persona despreocupada, ella iba a sentarse donde se le diera la gana y tan cerca como quisiera y no porque quisiera provocarla o algo, sino porque ya era así y no iba a cambiar, Camila lo sabía.

—Lo siento por actuar así.—Lauren apoyó un brazo sobre la mesa y se giró para estar frente a frente con Camila, llevó una mano a la mejilla de esta y le apartó uo¿nos mechones de cabellos que tenía suelto de la coleta.

—No, yo lo siento. No debí irme así, fue estúpido, pero me sentí mal porque no me creías, no confiaste en mí.—Camila la observó fijamente.

Plenitud {Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora