Fuimos al garaje para coger el auto, pensábamos ir al bar GATTO, allí hay discoteca y es donde suelen ir los chicos de Sarah y ella, además allí puedes conseguir droga y, a veces, hacen peleas ilegales de lucha libre, donde apuestan dinero y sexo.
Sam se dirigió a la moto, pero yo caminé hasta su coche.
–Perdona, pero iremos en el coche–. Él se quejó pero terminó aceptando. Sacó el llavero de su bolsillo. –Yo conduzco–. Le cogí las llaves de la mano, casi sin darse cuenta. Me acerqué a la puerta para abrirla, pero él se adelantó y apoyó su mano en la ventana del piloto. –¿Que haces? – Me di la vuelta. Estaba tan cerca de mí que empezó a intimidarme. Y me asustó. Parecía otra cosa.
–Eres la primera persona que va a conducir mi coche, un solo rasguño y te tiro por el acantilado. Nunca he permitido que lo conduzcan–. Abrió la puerta y me dejó pasar, luego la cerró cuando ya estuve sentada y dio la vuelta para entrar al asiento del copiloto. –Vamos–. Empezó a darme prisas. Salimos del garaje. –Con cuidado–. Fuimos a las afueras de la ciudad, a la carretera, que es donde se encontraba el bar, al igual que otras tiendas, moteles y gasolineras.
Aparcamos en la puerta de entrada. El lugar se encontraba a treinta metros de la carretera. No nos pusimos ni lo suficiente cerca para que nos vieran, ni lo suficiente lejos para que sospecharan.
–¿Vamos a quedarnos aquí? – Preguntó mientras tiraba el asiento hacia atrás al igual que el respaldo. –Estoy aburriiido–. Parecía un niño de tres años reclamando su juguete.
–Solo hasta que les veamos –. Bajé la ventanilla y miré por todos los lados.
–Uy, que bien. Somos espías –. Cerró los ojos y respiró hondo varias veces. –En vez de mirar todo el rato por la ventana ¿porque no vas y das una vuelta? – Dijo un rato después de haberse dormido y haber roncado con la boca abierta y babeando.
–Te has deshidratado ¿quieres agua? – Me burlé de él aún mirando hacia el bar.
–Ja, ja. Que graciosa–. Dijo sarcásticamente. Se sentó y se puso a mirar por la otra ventana. –Ahí están, nos observan–. Me comunicó alterado. Me cogió de la mano y me atrajo a él. Entonces, como ya nos habían visto, nos besamos. Cuando pasaron de largo y fueron hacia el bar, paramos. Les observamos pasar del lugar y dar la vuelta hasta detrás. Pensé que era nuestra oportunidad y salimos del coche, cerré con la llave y empezamos a caminar.
–Aquí hay demasiada gente, si son amigos no podremos hacer nada–. Entramos al bar y me di cuenta que yo no era la única que me vestía de la misma manera, de puta.
–Pues averigüémoslo–. Me cogió de la mano, pero seguimos caminando, me paré en seco, ahí estaba ella, Sarah. Hablaba con otras chicas y un par de chicos que se acercaron a ellas.
–Ahora vengo–. Me aparté de Sam y me acerqué a la mesa de Sarah. Ella me observó asustada, creo que vio a los chicos que Vin y yo les metimos una paliza. Le señalé el baño y caminé hacia él, ella me siguió y entró conmigo. Me di la vuelta para verle y me apoyé en la pared del fondo, la que estaba en medio de los wc y de los grifos y espejos. –¿Sabes que es lo gracioso?– Le señalé mientras le preguntaba, ella se quedó quieta en medio del lugar y negó. –Que te tuviste que acostar con todos para que te hicieran caso. ¿Es así? – Ella estaba confundida.
–Sí, digo no–. Alcé una deja. –Solo con dos. Jane, el rubio que se quedó en mi casa y Thomas.
–A sí–. Me acerqué a ella, pero dio unos pasos hacia atrás. –Thomas, el que casi me viola–. Ella abrió los ojos sorprendida.
–No lo sabía –. Estaba asustada. Le cogí del pelo bien fuerte y le tiré hacia detrás sin soltarle.
–¿Vas a dejarme ya tranquila? – Moví su cabeza hacia delante y le pegué un rodillazo. Empezó a gritar, pero con la música tan alta que ponían no se escuchaban los gritos fuera del baño. Se sentó en el suelo con una mano en su nariz y la otra apoyada en el suelo. Se pegó a la pared y estiró su espalda respirando hondo y apartando su mano de la nariz, ella sonrió.
–Una cosa más–. Me dijo, me agaché y le observé. –Samuel fue a la granja pero ya no estabas. Solo estaban Thomas y Alexandre con heridas en el rostro y demás, luego volvió a casa pensando que estaría allí. ¿Sabes como supo donde estabas? – Le negué con la cabeza. –Nos acostamos, me dijo que fue el mejor polvo que tuvimos en mucho tiempo. Después de eso, le dije donde estabas–. No debía creerle por si era un truco, pero lo hice. Le pegué un puñetazo en la frente y se desmayó. Me levanté y me lavé las manos de su sangre.
Salí por la puerta de atrás porque no quería ver a Sam, en ese momento no pensé y no me acordaba que los chicos estaban ahí. Los vi, me observaron porque la puerta chirriaba, estaban los tres excepto Vin, pero había otro hombre, vi como intercambiaban dinero por drogas. Ellos estaba en una esquina, yo me fui hacia la otra. Alguien me cogió de la muñeca y me apartó del camino pegándome a la pared. Me hizo callar, mi pecho estaba junto al suyo. Era Vin.
–¿Que haces aquí? – Le pregunté, me aparté y me pegué a la pared.
–Eso mismo te pregunto yo–. Le respondí que quería vengarme. –Solo les espío. Y no vas a hacer nada. Nada en absoluto–. Me miró tan fijamente que estuve apunto de hacerle caso. Se movió y siguió espiandoles. –El que vende las drogas se fue, esta es mi oportunidad–. Me quedé pensando en sus palabras. Empezó a caminar hacia ellos, Jane le pegó un puñetazo a Vin. Me acerqué y le pegué una patada en sus partes bajas y un puñetazo en el estómago.
Thomas se llevó varios puñetazos de Vin, y él una patada en la espalda de Alexandre.
Le hice un gancho de derecha a Alex, me iba a pegar un puñetazo pero hice un amago y le pegué en toda la barbilla, luego hice mi truco de siempre, agacharme y hacerle la zancadilla con mi pierna recta.
Thomas y Vin seguían peleando, Jane, recién se levanta del suelo y viene a por mí, pero le volví a pegar una patada en el mismo sitio de antes, luego le pegué otra para que cayera al suelo.
Avisé a Sam a través de mensajes, y le dije que me llevaba una amiga a casa.–Vámonos –. Me dijo Vin cuando terminó con el chico. Me cogió de la mano y me llevó a su moto, le dije que quería dar una vuelta antes de volver a la ciudad, así que me llevó hacia el lado contrario.
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No Entiendo De Besos #1 (Sin Editar)
Teen Fiction-Removería cielo y tierra solo para que estuvieras a salvo. No sé que haría yo si te pasara algo-. Le dijo él a ella.