Capítulo 48

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Me las pasé toda la tarde con ellos, hablando de lo que habíamos hecho cada uno, de tonterías, fútbol...Hasta que a Paulo le cambió el semblante mientras los demás nos reíamos de la respuesta de Thiago a quién es el mejor jugador del mundo, quitándole la corona a su padre y poniéndosela a Cristiano, aunque luego rectificó al ver nuestras caras.

- ¿Qué pasa?- le miré sin comprender, él estaba perdiendo en algo o alguien del bar.- ¿Qué...?

La que faltaba, yo veo a Óscar y él ve a su ex, Antonella. Anto se dio cuenta y Leo también, Higuain solo jugaba con los niños. Leo intentó desviarnos de ella, pero Paulo estaba embobado y yo no paraba de pensar que tal vez Argentina me raería problemas, como siempre.

- Leo, Thiago está muy cansado, creo que deberíamos marcharnos y además, Higuain ya ha bebido suficiente.

- ¡No!

- Yo estoy perfectamente.

- Yo creo que no.- Leo le dio una colleja.- Creo que los dos debéis ir a dormir y Mateo también, así que andando.

La pareja se levantó, Higuain despertó a Paulo de su trance y Anto me agarró el brazo con suavidad y tiró de mi fuera del bar. Thiago sujetó mi mano y también tiró de mi hacia fuera, Leo llevaba a Mateo y miraba a Antonella por si venía, pero se ve que el argentino está ciego.

- ¿Paulo? ¿Sos vos?

- Mierda...- susurré.

- Ho...hola Anto.

- Cuanto tiempo.- ella sonrió, pero su sonrisa desapareció cuando me vio.- Hola Tania.

- Hola.

- Dale, hay que irse.

- Vosotros no saluden, no importa.

- Perdona Antonella, pero hay prisa.- dijo Leo intentando ser amable.- Thiago y Mateo tienen sueño y si no duermen ahora, no lo harán esta noche.

- ¡N...!- Thiago intentó hablar, pero su madre le tapó la boca con su mano.

- Bueno, adiós.- Higuain sujetó del brazo a Paulo y tiró de él, Anto de nuevo tiró de mi.

- Chao Anto.

- Chao Paulo, llámame.

El camino a casa fue algo extraño, Higuain seguía como antes, Leo intentaba despistarnos y Anto no paraba de hablarme de los niños, pero Paulo y yo estábamos callados, sin ni siquiera mirarnos entre nosotros.

- Chao Leo.- le abracé.

- Chao Tania y.- se acercó a mi oído y me susurró.- No te preocupes, sos más linda.

Reí levemente y los despedí con la mano, hace un rato Higuain ya se había marchado y ellos se iban ahora, me tocaba andar a solas con Paulo. Los dos callados y mirando al frente, parecía que no estábamos juntos.

- Chao Paulo.

- Espera.- me paró agarrándome suavemente del brazo antes de que fuera a mi casa.- No pasa nada entre nosotros, ¿No?

- No sé, dímelo tú.

- Por mí no, yo te sigo queriendo.

- Yo también.

- Entonces...

- Vení acá, boludo.- me acerqué a él y pasé mis brazos por su cuello, dándole un beso largo.- Hasta mañana.

- La próxima vez, dormís en mi casa y que sepas que te voy a llamar antes de que te duermas.

- A ver si hay suerte.

- Te quiero.

- Y yo a ti.- sonreí y solté sus manos después de un corto beso.

Clarity (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora