... ST2

6 1 0
                                    


En la mañana comienza la rutina de siempre, me levanto, me lavo la cara, los dientes, desayuno, me alisto, y tomo el autobús, le veo la cara a Paul, converso conmigo mismo mientras escucho música, y... espera ¿ella viene en mi autobús?

-Hola Santiago

-Hola Alexandra

-Veo que vamos en el mismo transporte

-Lo mismo digo yo

-¿Puedo?

El asiento que da a la ventana estaba libre así que le doy paso y toma asiento

-Y dime Santiago ¿Qué debo hacer en mi primer día?

-Creo que otra vez digo lo mismo

-No, no me refiero a cómo reaccionar ante un nuevo colegio y más si es mixto

-¿Perdón, ósea que tu solo has estado en escuelas de solo chicas?

-Sip

-jaja, debe ser un cambio total

-Por eso te pedía ayuda, estoy muy nerviosa

-Tranquila, haber lo primero, no dejes que te molesten

-Muy bien, eso no es de mucha facilidad

-Este, creo que no soy bueno con esto, ¿Verdad?

-jaja

-¿Mmm?

-Me pareces divertido

Supongo que me sonroje al momento

-Gracias

-Pero no te sonrojes, no fue para tanto

-No me sonroje

-Bueno pues creo eso no es verdad, jaja

-Creo que el rojo es tu color favorito, porque lo ves en todo lado

-jaja, de hecho es el naranja

-¿Naranja?

-Sí, ¿Cuál es el problema?, además me gusta porque es uno de los colores que forma parte de un atardecer

-Buena explicación

-Me agradece mientras hace una referencia con la cabeza, "¿Y el tuyo?"

-El verde

-¿Así nomas?

-Oscuro, es mucho mejor

-¿Y a qué se debe?

-Puess...

No pude responderle porque ya habíamos llegado, creo que el tiempo pasa muy rápido cuando hablas con alguien,

-Bueno, creo que esta conversación me la debes Shanta

-Ok, sonrisas

-Este, no me gusta ese sobrenombre

-Creo de deberías saber que a mí tampoco

-"Si lo sé", mientras sonríe

-¿Qué?...

Le devuelvo la sonrisa y ella se marcha, tomo mis cosas, guardo los audífonos y bajo del autobús, camino por los pasillos hasta el salón, pero al llegar ahí no había nadie, por lo que salgo y voy a la oficina de coordinación de bachillerato para revisar los horarios de clase. Al revisarlos me doy cuenta que tengo química y por tanto debía ir al laboratorio que estaba en la otra ala del instituto, comencé a correr con todas las fuerzas, pero ya estaba atrasado. Cuando llegue la puerta estaba cerrada, por tanto toqué, en menos de un minuto un profesor delgado, alto, barbón y con lentes me abrió.

Ocaso al despertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora