6-¿Todo fue una mentira?

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•Lorenzo

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•Lorenzo

Hoy es lunes, han pasado un par de días desde que ocurrió todo con Gabo, y yo no puedo dejar de pensar en eso. Tengo un sentimiento de culpa, y me es extraño, porque yo nunca lo tengo.

Después de aquel momento, me quedé sentado en las gradas de la cancha y no volví al partido. En esos instantes no me importaba que estuviera lloviendo o que mi peinado y chaqueta se arruinaran.

Martina se enojó conmigo por no haber ido al resto del partido, pero ni siquiera eso hizo que me olvidara de todo lo ocurrido.

No sé cómo sentirme, porque como dijo Gabo, logre mi objetivo de hacerle sentir culpable, pero al final, mi victoria no sabia tan bien.

•Gabo

—¡Gabo decime que pasó el viernes!— Protesta Zoe, mientras me persigue por los pasillos del IAD.

No quiero contarle, es algo irrelevante, no creo que le interese a mi amiga.

Ella logra alcanzarme y me toma del brazo, impidiéndome seguir con mi camino.

—Ya te dije que no pasó nada.— Le volví a afirmar de manera seria.

—A mí no me mentís. Estabas llorando ¡no puedo creer que pienses que no me di cuenta!.— Me quedo callado. —Ahora, contá ¿qué sucedió? ¿Alguien te hizo daño?

—Sólo... Solo hablé con Lorenzo, es todo.— Trato de seguir caminando, sin embargo Zoe no me deja.

—¿Es todo? No no, algo más pasó, decime bien ¿por qué lloraste? ¿Qué te hizo?— Preguntó con un tono igual al de una madre preocupada.

Me le quedé viendo.

—No te soltaré hasta que me digas.

—¡P-Por que ya estaba harto! Harto de sus malos tratos. Le dejé en claro que no lo iba a soportar más... Y lloré por desesperación.

Esta vez ella es la que se queda callada. Suelta mi brazo y segundos después dice:

—¿Y ya no te ha hecho nada?

—No. En serio no sé que fue, pero no me ha vuelto a dirigir la palabra.— En seguida, Zoe me soba el hombro.

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—¿Y qué harás con Lorenzo?— Pregunta Ricky, dando pequeños golpecitos sobre la mesa con un vaso.

Me siento en una de las butacas, frente a mis amigos.

—Nada, yo ya eh hecho suficiente. Me disculpé y le dije todo lo que tenía que decirle.

—Y dices que ya no te a vuelto a hablar ¿cierto?— Comenta Dedé.

Bajo la mirada hacia mis muslos. Si es cierto. Y de alguna manera me siento raro, como si faltara algo, pero no sé que es eso.

—Es verdad.— Confirmo. —Pero... Me siento incompleto, algo me hace falta ¿saben? Es como si extrañara a... Lorenzo.— Admito.

En la cancha | O11CEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora