Combate de Titanes

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Izuku miraba espectante a Kendo, el peli-negro parecía dudar de su fuerza, pero aún así se mantenía firme ante su rival, el futuro símbolo de la paz.

Kendo desapareció de la vista de todos al dar un gran salto en dirección a izuku, el suelo del cuadrilátero no aguanto la presión ejercida por el impulso de Kendo y se fragmento. Izuku tuvo una rápida reacción y lo esquivo con mucha facilidad. Para ambos era una gran satisfacción poder golpear a su contrincante sin contener su potencial, ver como una lluvia de rocas bajaba y subía a gran velocidad, como grandes y rápidas ráfagas de aire chocan y barren con todo a su alrededor, sin dejarse un segundo de respiro, sin dejarse flaquear, sin miedo golpeaba y pateaba el cuerpo de su contrincante, un contrincante digno y de grandes reflejos.

El aliento se perdía, pero no podían renunciar ante la adrenalina que los consumía, ante la felicidad y la locura del momento, un frenesí de puñetazos. Sangre y el sonido de huesos rotos, sumado a los incesantes gritos, convertidos en una orquesta. Toda la tribuna gritaba, se emocionada y saltaba, clamando por un ganador. Un tranquilo profesor esperaba paciente la derrota de alguno de sus alumnos.

Solo fueron unos segundos, cuando todo termino ante el grito de izuku ¡¡¡Carolina smash!!!, Kendo salió volando junto con gran parte del escenario, izuku sonreía, y sus compañeros gritaron de emoción, mientras otros corrían en dirección de un cansado Kendo, que, aunque haya perdido, mantenía una enorme sonrisa victoriosa. Ochako estaba por felicitar a su amigo, cuando esté cayó en sus brazos, izuku se desmayo en aquellos cálidos brazos, Ochako se alarmó, y se llevaron a izuku junto a Kendo.

Ochako estaba llena de sangre ajena, Katsuki se acercó a ella, luego de revisar que el "inútil" de su compañero aún respiraba. Ochako no estaba del todo shoqueada, pero, miró con horror a su pareja, Katsuki se la llevó a la enfermería, y le entrego un cambio de ropa. Ochako aún no podía ver sangre ajena en su cuerpo, sea o no sea de un villano, aún le causa pavor ver tanto líquido rojo esparcido por su cuerpo, tantos malos recuerdos y tantas malas sensaciones la inundan y en el peor de los casos podría desmayarse del terror.

Katsuki es la persona que la trae nuevamente a el mundo real, con palabras dulces, una sonrisa o un abrazo le era suficiente, ese hombre la hacía amar nuevamente el mundo en el que vivía, por lo que cuando termino de quitarse la parte de arriba del traje para colocarse una playera negra, abrazo a Katsuki por la espalda. Él como respuesta la saco de su espalda y le tomó la mano, la próxima pelea se acercaba.

El último combate, demaciado difícil de redactar, Bakugou Katsuki entro al cuadrilátero de forma tranquila, mientras de reojo veía a la tribuna, o más bien a Ochako, una sonrisa de oreja a oreja adornaba su tierno rostro. Del otro lado del cuadrilátero, Todoroki Shouto, camino mirando igualmente a su pareja, Momo lo alentaba mientras se sonroja de forma exagerada, muy tierna para la vista del bicolor, que como respuesta sonrió de forma leve mientras la miraba, Momo se escondió entre sus manos de la alegría y la vergüenza.

Ambos chicos se miraron y sonrieron de lado, ese encuentro les traía tantos recuerdos, algunos amargos, y otros dulces, la determinación en la mirada de ambos reflejaba la adrenalina que los invade, Ochako y Momo lo saben, por lo que van rápidamente hasta los primeros asientos, listas para gritar a todo pulmón. Todoroki, un genio nato, de grandes habilidades técnicas, con una fuerte determinación, un gran deseo, y la habilidad para hacerlo realidad. Katsuki, el autoproclamado mejor del mundo, un gran rival, de rápida reacción, y una gran convicción, con un fuerte sueño a cumplir, y muchas metas por lograr. Unos contrincantes natos, unos genios, dos personas con pensamientos y mundos distintos, pero con el mismo sueño. En ese cuadrilátero se vería una de las peleas más reñidas de todo el año escolar, no eran necesarias las palabras, esta vez no podían contenerce, y no les importaba manchar todo el suelo de sangre. Tenían que ganar.

El timbre sonó....

Ambos se miraron...

Y una oleada de capas de hielo avanzaron hasta Bakugou a toda velocidad. Sin embargo era el truco más barato de Todoroki, por lo que Bakugou unió sus manos, ya sudadas, y disparos con kilos de explosivos contra la avalancha. Todoroki salto sobre Bakugou y su lado de fuego se encendió, Katsuki se impulso contra Shouto, y ambos, casi como si se hubiesen sincronizado, dispararon, las llamas de Shouto podían incinerar un bosque entero, mientras que las explosiones de Katsuki podrían haber tirado 5 edificios en un segundo. La fuerza del ataque los mando a volar a ambos, más ninguno cayó fuera, Ochako y Momo saltaban en las sillas, gritaban como locas, y a veces se escondian detrás de la pared, para no ser alcanzadas por el impacto.

—¡¡¡Vamos katsu-chan acaba con él!!!.- gritaba Ochako a todo pulmón.

—¡¡¡Tú puedes shou-chan!!!.- Momo dejo atrás su vergüenza y también comenzó a gritar.

Sus gritos de apollo, eran gloriosos para sus parejas, que se empezaban a cansar, no querían perder, pero su resistencia estaba llegando a su límite, a Bakugou desde hace rato el resonar de sus explosiones lo tienen aturdido, mientras que Todoroki comienza a perder la temperatura de su cuerpo, jadean, pero no quieren caer. Sus miradas pierden algo de brillo, pero aún se mantienen firmes.

Ochako y Momo lo notan, al igual que todos sus compañeros, Aizawa no es del tipo de profesor que acepta un empate. Ellas se miraron... Tomaron el barandal, Ochako se paró sobre este, y Momo se arrodilló sobre la pared sin soltar la barra metálica.

—¡¡¡¡Si ganas prometo darte la mejor noche de tu vida!!!!.- sin pudor en sus palabras ambas chicas dejaron estáticos a sus compañeros, e incluso lograron hacer reír a su profesor.

En el campo, Bakugou y Todoroki miraban sorprendidos a las causantes del alboroto, era raro verlos sonrojados, pero en situaciones como esas, la vergüenza y el orgullo resaltaban. Ambos se miraron, eran tan diferentes, pero ahora, el deseo de ganar los invade, luchan por el mismo cometido. Y ahora más que nunca...

No perderán.

Te atreviste a enamorarme [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora