Acampando Bajo Las Estrellas

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Cuando Will aceptó la propuesta de Nico de ir de acampada, no pensó que Hazel, la hermana pequeña de Nico, también se sumaría.

Había llegado a la casa del italiano esa mañana, y pasó una media hora en la sala hablando con Bianca, la mayor de los hermanos, sobre la competición de arco local en la que ella había quedado primera mientras esperaba al chico de ojos marrones.

Bianca era una gran chica, y una feminista empedernida. Cuando Will la conoció en el primer campeonato de arco en el que él participó, la muchacha lo felicitó por su gran participación, pero dijo que nunca llegaría a ser tan buena como las chicas de su categoría. Nico iba con ella en ese momento, y esa fue la primera vez que vio al chico de cabello negro que ahora era su mejor amigo.

-Will, siento haberte hecho esperar -Nico dijo, bajando las escaleras de su gran casa con unos cuantos bolsos a cuestas.

-No, no hay problema. Tu hermana me ha mantenido bien entretenido -le sonrió a Bianca.

Nico miró a su hermana mayor, quien tenía una sonrisa socarrona en la cara, y gruñó.

-Si por haberte mantenido entretenido te refieres a hablarte de su nueva novia por todo este tiempo, creo que necesitas reconsiderar tu definición de entretenimiento.

-Oye, que yo haya conseguido pareja antes que tú no es mi culpa. Y, para tu información, no nos la pasamos hablando de Thalia, sino que hablamos de mi competencia de arco, listillo -Bianca le sacó la lengua a su hermano-. Ahora, Will, si me disculpas, iré a hablar con mi muy atractiva e interesante novia. Que tengas un buen fin de semana.

Nico y Will la miraron mientras ella subía la escalera. Luego se quedaron en silencio un rato.

-Uhm... ¿No deberíamos irnos? -en cuanto Nico dijo eso, se escucharon pasos en la escalera.

-¡Hey, te dije que también quería ir! -ambos chicos se giraron al escuchar la voz de Hazel.

La muchacha corría por las escaleras con una pequeña mochila en la espalda. Cuando al fin llegó hasta donde ellos estaban, la pequeña hizo un puchero y miró a su hermano.

-Casi me dejas en casa.

Nico miró a su hermana, luego a Will y dejó escapar un suspiro. Se agachó para estar a la altura de la muchacha y le revolvió el ya de por sí indómito cabello.

-Hazel, ya te lo dije, no puedes venir con nosotros.

-¡Pero no quiero dejarte a solas con él! -ella le lanzó una mirada que daba a entender lo mal que le caía el rubio. Nico nunca supo por qué, pero su hermana jamás apreció a su mejor amigo.

Desde que su padre y Perséfone (la madrastra de Nico y Bianca, quien no podía tener hijos) adoptaron a la pequeña Hazel hacía tres años, cuando ella tenía ocho años y él 12, los dos se hicieron prácticamente inseparables. Pasaban todo el tiempo juntos, y se volvieron muy protectores el uno con la otra. Nico recordaba que, cuando su hermana volvió de su viaje a Italia y al fin conoció a la nueva integrante de la familia, la pequeña se negaba a darle a la mayor de los tres el trato propio de una hermana. Sus padres dijeron que era debido a que Hazel no quería que le robaran a Nico, y cuando Hazel se dio cuenta de que nadie le quitaría a su querido hermano, sus sospechas se confirmaron; en un abrir y cerrar de ojos, Bianca se volvió la hermana mayor que Hazel siempre quiso, y Nico no la dejó abandonada por su hermana de sangre.

-Hazel, ¿cuántas veces te lo he dicho? No debes ser tan grosera con él. Además, el chico es más inofensivo que una mosca, no me hará daño.

-Aún así, no quiero que pases un fin de semana entero a solas con un rubio teñido.

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