Los personajes no me pertenecen (¡y a ustedes tampoco!)
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Q) Querer
–Te quiero –murmuro acariciando los cabellos negros de su amante aun tratando de regularizar su respiración agitada por su vigorosa actividad. Sintió como se tensaba levemente y pensó que la declaración lo asusto ya que los murciélagos parecían ser filofóbicos.
Conner ya pensaba como disculparse quizás no era tiempo aun de decirlo, llevaban unos tres meses "saliendo" y durmiendo juntos aunque el de verdad lo quisiera tal vez era pronto para el murciélago.
– ¿De verdad? –Sabía que esa pregunta no debía sonar tan esperanzada, que sus ojos no deberían mostrar esa ilusión porque sus palabras fueran ciertas; Damian (ni nadie realmente) debía dudar cuando alguien le decía "te quiero" pero claro, con su historial era lo menos que podía esperar.
Lo abrazo y beso su frente intentando que las acciones le dieran más credibilidad valor a sus palabras. –Te quiero, más de lo que crees.
R) Rojo
Siempre había gustado del color rojo, desde la capa de heredero/futuro regente del gremio asesino hasta los campos teñidos con la sangre de los enemigos. Como asesino y más tarde como vigilante sus uniformes no podían tener mucho ese color, necesitaba volverse uno con las sombras por eso decidió que el manto de Ghoul será gris oscuro casi negro... pero ahora estaba manchándose de rojo.
El traje estaba tiñéndose con su propia sangre que brotaba sin parar, no podía moverse y detener la hemorragia necesitaba ayuda rápidamente pero el murciélago más cercano se encontraba a quince minutos de distancia. Los ojos se le cerraron por el cansancio, esperaba que llegaran pronto no le quedaban fuerzas ya.
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Red Hood sentía el corazón en la garganta, la llamada de auxilio que su hermano había mandado hacia minutos sonó no frenética sino que apenas y era un murmullo en el comunicador que fácilmente pudo ser descartado como estática... no así los lentos jadeos que le siguieron. Siendo el quien más cerca estaba corrió a su llamado, no esperaba hallarlo inconsciente en un enorme charco de color rojo.
S) Silencio
Conner apreciaba mucho el silencio debido a que era algo difícil conseguirlo gracias a que su sensible oído podía captar todo sonido, incluso un grillo a cinco kilómetros de distancia, por eso lo tenía como algo muy valioso.
Pero ahora agradecía no tenerlo, los ruidos que hacían las maquinas en la habitación lo estaban manteniendo cuerdo. Se suponía que no estaría ahí sino en casa con su amada familia compartiendo una tranquila noche, pero la vida era una perra cruel que le gusta chingarle la existencia así que decidió que llevaba mucho tiempo siendo feliz por lo que era hora de recordarle lo que era la angustia, la desesperación. ¿Y qué mejor forma que casi matar a su esposo?
Damian había salido a patrullar con sus hermanos como muchas otras veces pero algo había salido mal, un enemigo (que hasta ahora no sabían quién era pero las aves ya estaban investigando) lo ataco y casi se desangraba hasta la muerte.
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Nimue se había acurrucado al costado izquierdo de su mami esperando que despertara, esperaba que Damian no se molestara con él por permitir a su hija de cuatro años verlo en ese estado convaleciente habían decidido no hablarle de sus identidades como súper héroes hasta que tuviera la edad para entenderlo o ella lo descubriera, lo que pasara primero. Pero no pudo evitarlo, inconscientemente la tomo en brazos y la llevo con él a la mansión cuando le avisaron lo que sucedió.